Centro Deportivo Mendigorría

Llevo varios años jugando en una liga de fútbol sala local. En este tiempo he pasado por varios equipos y he sufrido todo tipo de pistas infames. Desde campos de albero, plagados de hoyos, a pistas en patios de institutos, bastante hechas polvo de tantísimo uso. Después de todas esas penurias, este año, por fin, nos ha tocado jugar en una pista en condiciones. Las mejores condiciones, sin duda.
El polideportivo de la calle Mendigorría es de los más nuevos que hay en Sevilla. De hecho lo han inaugurado este mismo año. Está todo nuevecito. Se ve nada más entrar que te encuentras una recepción con unos tornos para entrar, que separan la entrada a la pista de las gradas. Sé que es una tontería, pero me hace ilusión jugar en un pabellón con gradas, para que puedan venir a verme.
Antes de entrar a la pista están los vestuarios. Están nuevos, y son completísimos. ¡Por fin puedo ducharme después de jugar! Y las pistas… puede ser la mejor en la que he jugado. A diferencia de otros pabellones no es de parqué o de goma verde. Es de cemento, pero no de este que raspa cuando te caes, sino que está perfectamente pulido. Es una gozada, porque agarra perfectamente, pero tampoco es de esas superficies en las que uno se queda clavado (y en las que he visto a más de uno lesionarse la rodilla).
En la liga este año no vamos demasiado bien. Llevamos varias jornadas y todavía no hemos inaugurado en casillero de victorias. No sé si es porque estamos cada año más viejos, o nos faltan las ganas y la ilusión de los primeros años. Desde luego, lo que no puede hacerse es echarle la culpa al pabellón en el que nos ha tocado jugar, que es de gran categoría.