Yocomotuarte

Había ido ilusionada porque mucha gente lo había recomendado, pero no sé, no disfruté demasiado, la verdad. Entramos a cenar al pasar por la zona porque íbamos con dos personas vegetarianas y después me arrepentí un poco de haber sido yo la que les metiera allí.
No es que hicieran algo mal, pero para empezar… No tenían bravas. ¿Cómo se puede tener bravas en la carta y que no te queden? Me dejó loca, es patata frita, por el amor de Dios.
La relación calidad-​precio no la vi muy buena. Las calidad era buena, sí, pero la verdad, la cantidad escasa para el precio. Pedí los bocadillitos yocatitos esos o algo así y eran tamaño 100 montaditos pero del pequeño de 1 €. Sólo que aquí costaban 2,50 €. En un bar cualquiera tengo media baguette por ese precio, la verdad. Y el relleno tampoco era nada espectacular, vamos, me resultó hasta algo desagradable la textura. Vamos, que pensaba que eso sería como mi «plato principal» y lo único que conseguí fue acabar en el McDonals al salir porque no quedaba nada abierto y tenía mucho hambre.
Mis acompañantes no salieron mucho más contentos. Había traído amigos alemanes que estaban de visita y fue un poco desastre. Tampoco había ninguna opción semi-​baratita para los menos pudientes así que un amigo terminó cenando un entrante de chips de berenjena.
Al margen de eso, el servicio regular. Igual fue porque tienen al mismo camarero para ambas zonas, que están separadas por un pasillo, y la nuestra tenía menos gente y se pasaba menos, pero andaba despistado. Cuando le pedimos la cuenta ni siquiera la pasó a cocina y tuve que volver a pedirla diciéndole que perdíamos el tren y en efecto lo perdimos, porque no había pasado la nota y tenían que pasar todo al ordenador.
En fin, muy decepionada. Quizá vaya un día a la hora de comer, si es que tienen menú y pruebe así, ya que es precio y platos cerrados y la cuenta clara quizá la experiencia sea más positiva, pero a cenar ya no me arriesgo a recomendarle a nadie este lugar.

Fuimos a comer en un evento Unilocal de menu.
Teníamos poco tiempo para comer, ya que había que volver a trabajar, y en ese aspecto el restaurante estuvo fantástico. Rápidos en servir, pero sin perder calidad en el servicio.
Había un menú con varios platos a elegir;
Crema de campiñones con migas de albahaca. (no lo probé)
Ensalada oriental de mango y aguacate con vinagreta d naranja, después y cacahuete. (Muy rica y abundante, yo que no soy muy amante del mango, tengo que decir que disfruté comiéndola)
Falafel con yogourt de tomate secos. No lo probé.
Hojaldre se salmon a la crema de naranja (según mis compis, muy sabroso) /​Tajín de seitan con cucus de semillas. A pesar de que no soy fan del seitan, me pareció un plato riquísimo y muy completo.
Postre a elegir, que yo no tome e infusion del día que era de flores y estaba muy rica.
El servicio muy amable y el local muy acogedor.
A pesar de ser un sitio de comida sana, no es totalmente vegano. Para el postre que tomaron mis compañeros, que era un brownie con helado de vainilla, se utilizaba huevos y leche y también uno de los platos a elegir era salmón.
Fantástico porque así, en un grupo de amigos todos pueden comer un poco el tipo de comida que quieran. Volveremos.

I went to this restaurant because of the Unilocal event. It was a really cute and cozy place. The food was yummy and creative. We had a full menu of the menu del dia (menu of the day). There are two plates, a dessert and a drink. Also, you can chose to have only one dish or two dishes which are cheaper.
This restaurant is good for vegetarians and whoever like healthy food. However, they also serve salmon.
The first dish I ordered was a salad with mango and sesame oil dressing. It was really fresh and interesting. The second dish was baked salmon stuffed in a puff pie (there is a name in Spanish but I don’t remember what it’s exactly called) served with green leafs and curry sauce. It was a really good combination. For the dessert, I had mango mousse and it was yummy!
The atmosphere of the restaurant was friendly. I like their decoration which is from recycling materials. The service was good. The waitress who took care of our table was really friendly too. I highly recommend this place!

Una maravillosa elección del grupo porque es original, fresco, delicioso, casero, vegetariano, trato amable y acogedor, perfecto para disfrutar…

No es el típico restaurante solo vegetariano, sino que puedes encontrar otras cosas pero siempre con alternativas vegetarianas.
El restaurante por fuera destaca por su colorido, y una vez entras a él puedes apreciar distintos cosas recicladas (cajas, botes) con un colorido tanto en el mobiliario como en las paredes. Está dividido en dos áreas principales, en las que enmedio encontraremos el siempre socorrido aseo.
Tuve la ocasión de probar varios platos, en el que la ensalada de mango le faltaba un ‘algo’, no obstante estaba bien. Los platos que sí que me gustaron fueron la crema de champiñones, que tenía una textura y sabor fantástico, luego el hojaldre de salmón que mezclaba salmón, hojaldre y curry. Por último probé el taijín de seitán, que para nada eché de menos la carne.
Para rematar el postre, tanto la mousse de mango como el brownie estaban deliciosos. Para finalizar un té para ayudar a hacer la digestión.
Recibimos un trato fenomenal, se portaron muy bien todo el personal de restaurante y tuvimos flexibilidad a la hora de pagar cada uno lo suyo.

Fui a este restaurante por mi cumpleaños y desde luego fue un acierto.
Un restaurante vegetariano con platos veganos.
El sitio en cuanto a decoración es precioso. Tienen una pared con un colibrí de mil colores pintado por Julieta, una grafitera que hace unos dibujos preciosos. Un montón de decoración con materiales reciclados como las lámparas que son coladores y botellas, y mucho colorido. Además de una estantería llenas de libros de todo tipo: cocina, manualidades, …
El entorno era muy tranquilo, los comensales hablaban muy bajito y suave, se nota que es tipo zen y cuidan los gritos, que por supuesto no habían.
Nos cantaron el menú: de primeros vichyssoise, buñuelos de patata, ensalada de hortalizas con manzana y vinagreta de anacardos, y de segundos calabacines rellenos de humus con arroz integral (buenísimos, me encantaron) y lasaña vegetal. De postre había brownie con helado (mi acompañante dijo que no era casero, pero no puedo opinar porque no lo probé), un flan de coco y zanahoria vegano.
Te traen agua en una botella de cristal, aunque creo que poca, y cuando pide pan, te lo traen de centeno, aunque trozos muy pequeños (rodaja por la mitad por persona).
Y la camarera fue muy amable y cercana desde el principio, y al final en mi flan me puso una vela para que la soplara por mi cumple, a petición de mi madre.
La cuenta de cuatro menús ascendió a 50 euros con dos infusiones digestivas.
Volvería a repetir, porque de sabor estuvo impresionante y me encanto el ambiente!

Auch im Urlaub darf’s mal was Gesundes, Leichtes, Vollwertiges sein? Dann unbedingt hier vorbei schauen! Abgesehen vom sehr persönlich — die Besitzerin hat zu vielen Städten Bilder gemalt und ein paar persönliche Worte hinzugefügt — eingerichtetem Innendrin, ist dieses Bio-​Restaurant die perfekte Anlaufstelle für Vegetarier und Alternative Esser. Wir hatten ein tolles Degustationsmenü um absolut preiswerte 15(!) € und wurden mit großartigem Essen überrascht: Avocado-​Erdbeersalat, der seinesgleichen sucht; interessante Mandelmilchsuppe an Pesto; geniale Crochetten mit Gorgonzola gefüllt; herrliche Tostadas mit Avocadocreme und ein Sammelsurium an Bocadillos. Das große Highlight für mich wie immer die kreativen Variationen an Süßem. Das alles in super gemütlicher Atmosphäre und bei aufmerksamen Service. Da hätten wir gerne auch eine der Nächte dort verlebt, in der es sogar Livemusik gibt. Wir kommen wieder!

«Yo como tu arte» es un restaurante que te ofrece confianza tanto por la calidad de la materia prima, todo ella proveniente de agricultura ecológica, por su esmerada elaboración, por su cálido trato como por sus precios ajustados, aunque bien es cierto que la carta es escueta. Y también quiero reseñar que gran parte de esta confianza viene dada por el hecho de saber que sus propietarias y cocineras participan activamente del concepto de comida sana con estudio y trabajo los cuales comparten en cursos y talleres.
Finalmente nos decidimos por elegir platos sueltos pero verdaderamente el menú degustación ofrecía una propuesta sugerente por 16 euros,(adjunto foto así como de la carta general). De todos los platos escogidos destacaría sin duda el Lomo de atún con salsa del piquillo y galleta de hojaldre (pescado fresco y sabroso), la Sopa tai de coco y cacahuete con verduras y gambas (con fideos de arroz y un toque picante de gengibre, muy nutritiva y reconfortante), las grandes ensaladas con deliciosas vinagretas y la hamburguesa artesana de ternera. Las bravas y las croquetas, correctas, pero sin nada especial que comentar. Quiero aconsejar el katén de algarroba y agar agar como una gran opción para los que nos gustan los postres ligeros y nada empalagosos.
Así mismo me parece una muy buena opción el poder elegir en el menú de mediodía entre tres distintos precios dependiendo de si tomas uno, dos platos, con o sin postre.
Muy recomendable

Me pareció un sitio muy agradable tanto por su decoración como por la camarera que nos atendió que fue encantadora desde el principio hasta al final.
Probamos el menú degustación y pedimos una botella de vino. A destacar que toda la carta de vinos eran valencianos, cosa que nos alegro mucho, hay que apostar por los buenos productos de la Terreta!
La comida buenísima, platos con un toque original y nada pesados. Ideal para una cena en pareja o con amigos, ya que el local se presta ya que es grande y luminoso.
El menú degustación son 15,95 € con bebida aparte.
Para repetir.

Es un restaurante con una propuesta interesante si quieres descansar del carnivorismo por un tiempo (una comida, un día, una semana, la vida entera…) y además intentar comer con cierta responsabilidad ecológica.
Yo he ido a comer y estaba bueno, la verdad me esperaba sabores algo más marcados y sorprenderme un poco más, pero en su defensa diré que llevaba tiempo queriendo ir y quizás las expectativas estaban un poquitín altas.
Además de funcionar como restaurante, dan cursos de actividades varias que pueden ir desde cocina vegana a masajes…
Un día de estos vuelvo y igual salgo gratamente sorprendido.

Casi es un vegetariano. Y me refiero a casi porque ha introducido pollo en su menú y en su carta. Abre especialmente de jueves a sábados y ha logrado sumar su clientela. El lugar tiene su encanto porque es un caserón de techos altos y con una decoración old-​fashion realizada con gracia. En cuanto a lo que importa, su carta, se queda muy corta. Los platos son reiterativos y repetitivos. Cuando has ido dos veces has probado casi toda la carta, compuesta principalmente de platos para picar. De variedad escasa y de calidad estándar. Destacan sus mini hamburguesas. El precio alcanza la media. De vinos andan algo cortos. En definitiva, un local para probar por curiosidad, del que no sales desencantado aunque tampoco satisfecho. Como la gama de vegetarianos no resulta demasiada amplia en Valencia consigue su público.