Alkázar

Fuimos a cenar ocho personas, nos pusieron en terraza, donde las mesas están igual de equipadas que en el interior, los camareros fueron atentos y rápidos, pedimos tapas para el centro como bravas, calamares, esgarraet,… y como segundos pedimos algunos pescado (lubina a la sal), y otros carne (carne mechada). Del restaurante puedo decir que el género es de primera calidad. Cenamos muy agusto y volveremos a repetir.

En la calle Mossen Femades, hay algunos de los restaurantes más prestigiosos de Valencia, quizás sea por el precio o por la atención muy profesional, amigable y servicial.
Lo que te sorprende cuando vas caminando por esta estrecha calle, es que hacia la hora de almorzar, para los españoles, las mesas de este tipo de locales ya están ocupando gran parte de la calle, con sus manteles, platos y cubiertos ya preparados, con los camareros esperando de pie, con los brazos en la espalda, a su objetivo primordial… Los turistas, que hacia esas horas o un poco después empiezan a aparecer los primeros «incautos» que por la buena imagen de estos lugares eligen comer allí a unas horas que nos parecen algo extrañas a los del sur de Europa…
No es extraño que encuentres también a varios de los famosillos valencianos por estos locales, futbolistas y directivos que eligen la taberna Alcazar para almorzar y charlar con sus amigos…
Yo estuve almorzando no hace mucho en el interior de este local. Me pareció que los bocadillos eran muy buenos y completos. Nos atendieron, como he dicho casi familiarmente, pues fuimos unos cuantos amigos y estuvimos súper tranquilos, fuera del bullicio del centro de la ciudad… pero el precio es algo excesivo… orientado como he dicho a turistas y a gente de cierto nivel, una no se puede permitir el lujo de parar aquí todos los días.
Decir que tanto la decoración como la presentación de sus platos es muy elegante, manteniendo una limpieza y una disciplina casi espartana.
Buen lugar con comidas típicas españolas, pero que en cierto modo se ha vendido a un turismo, que por otra parte es su fuente de ingresos más solvente.

Everyone has their traditions. Every year, this means that we descend upon Taberna Alkazar our first night in Valencia. We have been doing this for three years now; over the three years, I have seen the gradual decline in quality of the once-​stellar food and a steady increase in prices.
The owners of La Riua were on vacation, so the restaurant was much more crowded this past summer than in recent memory. This, however, did not impact the level of service which we received, which remained very warm, inviting, and friendly.
For an amuse, we were given gazpacho, which was much too heavily spiced. The pan con tomate appetizer was fine, but our razor clams were absurdly expensive. We were not asked how many pieces we wanted because my waiter scuffled off even after my polite «Perdon, perdon!» to get his attention. Eight razor clams were brought out, totaling almost 60 euro. (They weren’t even this expensive in Galicia and the quality is much better there!) The ensalada mixta was standard, nothing outstanding, but was more expensive than other restaurants in Valencia.
The paella was a huge disappointment — not only because Taberna Alkazar prides itself on its paella, but all of us had such strong memories that this was our paella of choice in Valencia. The paella was not cooked for as long as it should have been, as evidenced by some remaining liquid. Also, the pan was not moved around the burner frequently enough as the paella was very cooked in the middle, but not around the edges of the pan. Due to this cooking error, there was not a whole lot in the way of soccarat.
Because of the higher-​than-​average prices (mostly attributed to the paella, the razor clams, and the bottle of wine we ordered), our cheque was much more than we anticipated. The quality of the food did not warrant such high prices.
As another summer and another trip to Valencia draws near, I must ask myself whether I break with tradition or continue to support a restaurant that has been a memorable part of our previous visits.

Este restaurante con una larga trayectoria culinaria, tiene una cocina sencilla, pero un genero de primera, el cual lo pagas sin ninguna duda. jajaja!no es raro tropezarse con algún famoso cenando o comiendo, buena bodega y buena selección de puros, los cuales ahora no los puedes degustar ano ser que tengan puesta su terraza, muy bonito sobre todo un comedor, el cual es todo de madera, como si estuvieras en algún camarote de un barco cenando. recomiendo, los percebes, la quisquilla, la puntilla, la gamba roja de denia, los chanquetes con huevo y los medallones de solomillo con patatas a lo pobre, huevos y jamón.por cierto, sus paellas bajitas, de un dedo de arroz no te dejaran indiferente.

Restaurante clásico, en la calle Mosén Femades.
Cocina tradicional, arroces, carnes, pescado, marisco.
Buena bodega.
Servicio regular, mezcla de veteranos con experiencia y jovenes, en un local recargado.
Caro para lo que ofrece, aunque tiene su clientela, y muchos turistas de los que se piden una paella para cenar :)