La Vendimia

Lugar sencillo, sin aspavientos. Gente amable y clara en su función. Comida casera y sencilla a un precio adecuado.
Repetiremos seguro.

Restaurante de comida casera, donde todo esta buenisimo. Es como comer en casa de mamá!
La camarera es un encanto, y te explica los platos con tanto cariño que dan ganas de probarlos todos.
Merci toujours c’est un plaisir que de manger avec vous.

Pocas veces salgo de un restaurante sin sacarle alguna pega y esta vez no será distinto pero debo confesar que me ha costado.
Es un lugar ideal para ir a comer. A comer de menú. Su precio son 11 €. Mucha variedad de platos tanto en primeros como en segundos. También en postres.
Destaco los arroces y en especial, los caldosos.
En cuanto a segundos, destaco la carrillada.
Los postres son de otro planeta.
Te sacan dos entrantes, una ensalada con una salsa muy buena y queso con sobrasada! Con acompañamiento de pan.
Ni que decir que es todo 100% casero.
Para repetir!
Como pega pondre los aseos, que están para renovar.

Siempre que hay alguna celebración en mi familia elegimos este restaurante para comer. La relación calidad-​precio es excepcional y el trato por parte de sus dueños es perfecto. Una de las cosas que quiero destacar es la forma que tiene Lola de decirte el menú explicándote como lo han hecho, si la dorada es mas grande o pequeña, si la salsa de tomate lleva cosas o no, siempre con una voz pausada como si no hubiera prisa. El tipo de cocina es casera como la de la abuela o la de la madre. Y el menú es muy variado, de primero arroces, cremas de verduras, sopa, pasta y de segundo carne o pescado. Si te gusta la carne cocinan un lomo en salsa de roquefort que se deshace en la boca. Si optas por el pescado y no te gustan las espinas hacen un rape con una salsita que esta rica rica. Los postres son tema a parte, yo me pediría todos. La verdad que no sabría con cual quedarme. Una curiosidad es que los postres llevan el nombre de toda la familia. En mi caso me pedí uno que era de chocolate negro que creo que se llamaba el postre de la abuela (apto para adictos al chocolate) pero si os gusta mas el helado de turrón podéis pedir un San Dionisio.

Domingo 28 d diciembre, centro d Valencia y hemos comido x 13 euros, bueno q digo comido, nos hemos puesto las botas! Comida muy casera (sopa d ajo, longanizas y chorizos, arroz con alcachofa… en ese plan) ideal para un dia navideño d frio. Además el sitio es perfecto para grupos. Gracias a Maria x la recomendación!!! Ah! Y los postres buenisimos!!!

Un postre que se llama Doña Antonia es para catarlo, y allá que fuimos.
Después de varios intentos, llegamos a La Vendimia con muchas ganas, y acertamos de pleno. Este restaurante puede pasar desapercibido, en una esquina de Císcar con Reina Doña Germana, si no te fijas. Ahora ya lo sabes ¡no pases de largo! En él te sientes como en casa desde que atraviesas la puerta, es una maravilla. La decoración rústica, inspirada en el nombre del lugar, ayuda a que te sientas como en una antigua posada familiar. Me llamó la atención, desde que entramos, que el dueño iba de mesa en mesa saludando a todos los comensales (incluidos nosotros) y que conocía a la mayor parte.
Tienen un menú de mediodía que incluye varios platos a elegir (bastantes de hecho) de cocina, yo diría mediterránea con un toque francés. Hay arroces tradicionales, carnes, pescados, verduras, todo hecho con amor. Yo me pedí una menestra y una carne con salsa de mostaza, pero antes de empezar nos trajeron dos platos sorpresa que al parecer incluyen todos los menús: un plato de queso con sobrasada y una ensalada valenciana. Así, sin esperártelo, como que cae de maravilla, le pregunté a la chica si no se habían equivocado y me dijo que no, que lo incluía el menú. Pues nada, genial.
La menestra teníà la peculiaridad de ser con caldo, oye buenísima, y con mucho sabor. Mi pareja pidió arroz al horno y le gustó mucho también. Luego llegaron las carnes, tiernas y bien cocinadas, sencillo pero muy rico todo. Las raciones están muy bien, te lo puedes acabar todo sin reventar, pero no abuses del pan (delicioso, por cierto) porque el postre es lo que más me sorprendió de toda la comida. El camarero nos soltó la lista de postres (caseros todos) así de carrerilla, pero Doña Antonia y San Dionisio se me quedaron clavados en el córtex cerebral para el resto de mis días. ¿Qué podía ser aquel manjar con nombre de señora del pueblo? Pedimos uno de cada, era precís! Sólo os digo una cosa: PLACER. Se trata de dos tartas caseras que se han inventado y cuyos nombres atraen lo máximo; Doña Antonia es una preciosidad de tarta de natillas, galleta y chocolate negro con helado, madre mía, yo no soy de dulce pero aquí me pierdo. En cuanto a San Dionisio no se quedaba cortito: tarta de mascarpone con chocolate negro y galleta, y con helado de galletas aparte ¿cómo os quedáis? De piedra. Cuando le preguntamos al camarero el por qué de aquellos nombres tan graciosos, nos comentó que son tartas que van creando y cambiando y a las que poenen nombres de ese estilo. Tengo muchísimas ganas de volver para ver si han añadido algún Don Conrado o Doña Eulalia a la carta.
Un detallazo que me parece muy inteligente: puedes añadir el café a tu menú (cortado, solo…) por solo 50 céntimos más. ¿Quién va a decir que no? Trato excelente, servicio rápido y amable, buena comida y postres deliciosos. Una valoración casi perfecta.

Muchas veces he pasado por la puerta de este restaurante y su menú del día a 9,50 € con platos tan variados siempre me llamaba la atención. Últimamente he ido dos veces y las dos me ha parecido de una muy buena relació calidad/​cantidad/​precio. En el menú entra al centro una ensalada y queso para picar, un primer plato (siempre algo de arroz), un segundo con carne y pescado, bebida y postre casero. Si te pides agua, te sacan una botella de 1.5L. Si te pides café sólo te cobran 0,50 € más. El servicio es acogedor y eficiente. Los postres son caseros y están muy buenos. De lo mejorcito del barrio para comer a medio día sin duda.

Sin duda uno de los mejores sitios de la zona para comer un día cualquiera.
Relación calidad — precio: muy buena. El precio del menú a medio día es de unos 10 euros entre semana y 11 los fines de semana. Incluye dos platos, postre, bebida y café.
Comida: es casera, de toda la vida. El menú tiene varios platos y nunca sales de allí con hambre. Lo mejor, en mi opinión, son los postres. Recomiendo encarecidamente la tarta de chocolate blanco o la tarta de manzana para aquellos que prefieran algo mas light.
Ellos, George y Lola, son una pareja encantadora. Hacen de la vendimia un sitio muy familiar.
Mejor comer (de menú) que cenar.

Un sitio muy acogedor en la zona de Cánovas. La decoración es acorde con el nombre del negocio, con aparejos de labranza y utensilios rústicos colgados por las paredes.
Entre semana ofrecen un menú de lo más amplio, por 9,50 € tienes cinco primeros platos a elegir y cinco segundos. La comida está buenísima, muy casera, y las raciones son grandes. Los postres, en la linea general de la casa, comida sencilla pero rica, recomiendo la manzana con hojaldre.
Por cierto, en el precio del menú entra todo (pan, vino, etc), por lo tanto, excelente relación calidad-​precio, de ahí que siempre está lleno.

Cuando trabajaba por la zona de Cánovas, este restaurante era de los que más frecuentaba cuando tenía que comer fuera de casa. Disponen de un menú bastante asequible, en torno a los 9 €, con variedad para escoger lo que más te apetezca. La comida es casera, nada que ver con la fritanga de otros bares-​restaurantes.
Con unas raciones generosas, no encontrarás platos muy sofisticados, pero la calidad de los ingredientes y su estupendo sabor, hacen de la Vendimia un lugar agradable para comer tranquilamente cualquier día laborable. Por cierto, probad cualquiera de los postres, están realmente deliciosos.
Otra cosa es por las noches en fin de semana. Celebramos allí, la particular y anual cena de primos de la familia de mi novia, y aunque lo que comimos (muchas tapas de buena calidad) estaba aceptable, el bullicio de la gente en el concurrido local no fue muy de mi agrado.
Personalmente, lo prefiero para comer entre semana. Eso sí, puede ser idóneo para una cena en grupo de amigos con ganas de empezar una noche de marcha.

El ambiente de este local recuerda a las casas de labranza del XIX, pues tanto la decoración como la estructura general del lugar esta hecho de forma que te haga evocar esa época…
Este restaurante tiene un amplio comedor, acondicionado incluso para celebraciones y grupos grandes, ofrece menú diario (nueve euros), también los sábados (once euros) con seis primeros platos y seis segundos a elegir.
La comida es casera y de muy buena calidad… aunque debo destacar los postres, una delicia, elaborados por ellos, con mucho tacto y mimo, y eso se nota… por lo tanto se impone este lugar con una gran decoración, con buenísimos platos y una calidad/​precio insuperable.
Para recomendar a los amigos o para celebrar un evento importante.