Un almuerzo típico, medio bocata, cervecita, aceitunas y café por 3,90 € Y muy bueno, ya sé que no hay mucho misterio en el asunto pero en ocasiones lo más simple se complica. Aquí todo lo contrario, servicio rápido, una tortilla de alcachofas perfecta y todo lo que se puede pedir. Y eso que hoy no era día de terraza, acomodadado en un taburete fijo como antaño, dando sabor al entorno. Para volver.
Salva T.
Classificação do local: 5 Valencia
De toda la vida. Unos de los mejores bocatas de Valencia. Y a ellos, SUPER trabajadores y con ganas. Siempre atentos y amables con quienes lo son. Correctos con el resto. Mis favoritos. El albañil y el bombón. Si quieres saber que llevan, ven y pruébalos…
Guillermo P.
Classificação do local: 4 Valencia
Kiosco la pérgola es un bar que esta en el paseo de la Alameda cercano a los jardines de viveros. El sitio es acogedor fuera por la terraza y las vistas que tiene viendo la Alameda y el cauce de el río. En cuanto al menú puedo decir que los bocatas están buenos, especialmente el bombón Deberían mejorar las tapas, sobretodo las papayas bravas, nunca he visto unas patatas con mayonesa y perejil, cuando siempre las bravas llevan la mayonesa y la salsa brava. Por otro lado la cálida precio un poco caro pero no esta nada mal
Toni G.
Classificação do local: 1 Barcelona
No se ni por donde empezar. Servicio espantoso, calidad mala. La paella todavía peor. Camarero mal educado. Perfecto para tomar una caña con amigos y que te atraquen.
Josep Manel B.
Classificação do local: 5 Emperador, Valencia
Aquesta entrada l’he de fer en valencià. Sí, aquesta llengua que ara hem descobert que remuntant remuntant ens porta poc menys que al paleolític. I és que què collons sabran aquests descerebrats historiadors i els seus estúpids mètodes científics. La reconquesta, en què estarien pensant?. Però bé, al que anem. Per què en valencià? Perquè tornar després de tants anys a aquest racó de l’Albereda, a tot just uns centenars de metres de l’antic hospital La Cigonya on vaig obrir els ulls al món, al costat dels Jardins de Montfort on vaig viure grans aventures d’infància, a la vista dels Vivers on vaig córrer entre coloms i vaig donar de menjar als ànecs, m’ha fet recordar una altra València. Una ciutat que t’abraçava amb afecte i amb la que et podies identificar, de la qual et senties orgullós de formar part, una ciutat que tot just començava a reivindicar-se, als seus espais, en la seua llengua, amb la seua energia creativa. Era un temps en què per fi podíem ser nosaltres mateix i alhora formar part del món. Però a algú se li va ocórrer dir-nos que per ocupar un lloc en el món havíem de renunciar al que erem, i ens ho vam creure. I m’envaeix un sentiment agredolç i pense, ¿què vam fer malament?. El màgic de tot això és que«tots aquests records que semblaven destinats a perdre’s en el temps, com llàgrimes a la pluja» reneixen al meu interior gràcies al senzill fet de seure tranquil lament a la terrassa de la Pèrgola, a creuar la mirada amb Joan, el cambrer, capaç de memoritzar qualsevol comanda per nombrosos que siguen els comensals asseguts a taula, una mirada còmplice que et fa saber que et reconeix, que malgrat els anys transcorreguts, formes part d’alguna cosa que va més enllà del record. Que en aquest afany per retorçar la realitat per acomodar-la a uns interessos innobles no s’ha perdut tot, que hi ha canals subterranis d’aigües cristal lines que flueixen pels nostres records i connecten els nostres afectes, a resguard de les gargamelles que tot ho devoren. Són llocs com aquests, perennes en el temps gràcies a la dedicació de tota una família, els que et recorden que una altra València és possible, que et reconcilien amb la ciutat que et va veure néixer, i t’empenyen a no renunciar a estimar-la amb la il lusió que malgrat tot ella mai va deixar d’estimar-te.
Ming B.
Classificação do local: 5 Valencia
Los mejores bocatas
Samuel M.
Classificação do local: 3 Valencia
Un sitio muy agradable donde ir a tomar algo. Es sencillo con buen servicio y con bocadillos variados para almorzar, aunque también es cierto que es un poco más caro que otros, la terraza es envidiable.
Jorge T.
Classificação do local: 4 Valencia
Increíble terracita en el Paseo de la Alameda. Almuerzos comidas y hasta cenas al aire libre. Imprescindible en verano.
María Q.
Classificação do local: 5 Valencia
Iba al colegio que está justo enfrente, así que he comido, almorzado y cenado en incontables ocasiones en este kiosko de la Alameda. Su terraza es de lo más agradable en las tardes y noches de verano y hay que ir pronto a coger sitio porque se llena rapidito. Es curioso que la cocina la tengan en otra pequeña pergolita enfrente de la madre, y sus camareros y dueños(dos hermanos que se parecen muchísimo y nunca he llegado a distinguir) van de una a otra a recoger y llevar los pedidos a las mesas. La comida no tiene secretos, la diferencia está en el amor que le ponen al hacerlo, porque todo está delicioso. Es muy típico el bombón, un bocata de lomo con queso, champis y mayonesa, pero mi favorito de siempre es el de tortilla de patata con cebolla y tomate natural restregado ¿de dónde sale esa explosión de sabor? Otro de campeón es el de lomo con pimientos o la brascada. Las tapas son otra delicia: bravas, ensaladilla rusa, calamares… y encima de precio está fenomenal, con lo cual este bar no tiene más estrellas porque no se puede. Pégate un almuerzo si tienes ocasión en su barra interior(por las mañanas no montan aún la terraza por el calor), que es auténtica de bar de Valencia de toda la vida, con taburetes redondos de esos que están fijos en el suelo y siempre intentas acercarte al de lado y no puedes. Si es que ya lo dicen por ahí, no es tan difícil hacer las cosas bien.
Marta P.
Classificação do local: 5 Valencia
Desde los primeros años de estar en Valencia había visto este bar como una cosa bizarra en medio de un parque, pero poco a poco empecé a oir hablar de él, hasta que un amigo me llevó. En este kiosco un bombón no lleva ni chocolate ni leche condensada sino champiñones a la plancha, lomo, queso, mahonesa y salsa verde. Es el bocadillo de la casa y probablemente uno de los mejores bocadillos de Valencia. Según nos muestran las fotos en blanco y negro que cuelgan de las paredes, lo que hoy es la cocina, antes(hace un siglo como mínimo) era un pequeño kiosco donde tomaban refrescos los que paseaban por la Alameda. El ambiente ahora es de lo más variopinto: adolescentes con sus brackets, enfermeras con sus uniformes, ejecutivos con sus corbatas y jubilados mirando el móvil por encima de las gafas. Los fines de semana, mientras los novios se hacen fotos en los jardines de Monforte, los invitados con sus mejores galas se toman un tercio fresquito en su inmensa terraza rodeada de verde. Y de postre qué tal un blanco y negro o una leche merengada en vaso de cortado. No olvideis buscar al doble de Miquel Barceló. Hay tres o cuatro camareros y uno de ellos es clavao al artista. De este bar me gustan hasta sus servilletas, con un dibujito muy chulo de la pérgola y un lema que te avisa de que las tapas y bocadillos son caseros. No lo puedo ocultar. Estoy enamorada de este bar.
Nicolau A.
Classificação do local: 5 Valencia
No te engañes por el nombre, La Pérgola no es un quiosco ni un restaurante, es un simple bar de tapas ya legendario en un lugar privilegiado, al lado del Puente del Real y en el inicio de la Alameda. Su gran atractivo es que dispone de una amplia terraza donde casi siempre hay cola para esperar mesa. Para ser sincero, nunca he entrado dentro del local, ya que siempre(y he ido por lo menos una veintena de veces), me he sentado en una de las mesas que pueblan la terraza. Y es que tapeo + sol es una de las mejores combinaciones para un almuerzo en Valencia. Es un negocio familiar con un hospitalario servicio. Pero en lo que destaca es por los sabrosos bocadillos. El más genuino es el bombón: lomo, champiñones, queso y mayonesa. Una auténtica bomba de sabor. Y si quieres que sea atómica, puedes escoger el superbombón, añadiendo patatas fritas. Muchas veces he almorzado esto, y te aseguro que me salto la comida de después. Además del bocadillo, las tapas son de gran calidad. A destacar la sepia a la plancha y sobre todo la ensaladilla rusa. Todo a un precio asequible. Por 10 euros sales rodando. Para grandes almuerzos al sol.
María José H.
Classificação do local: 4 Valencia
Situado en un lugar más que emblématico, el Paseo de la Alameda, se encuentra un kiosco un pelín peculiar. No encontrarás el periódico del día ni la última revista del corazón con las noticias de su señora duquesa. Sin embargo, no encontrarás un ambiente mejor. Lo tengo al lado del trabajo, pero por motivos obvios no voy todos los días, así que espero a los viernes como el que espera a dios. Me encanta sentarme con los compañeros en la terraza, que siempre está llena a no ser que vayas prontito. Y por supuesto, pedir un bombón… esa mezcla en bocadillo es auténticamente una delicia. El lomo con los champiñones… algunos días la tortilla de patatas, recién hechita… toda una delicia. Los viernes nunca como. Con el almuerzo, más que de sobra. Pases a la hora que pases, siempre está lleno de gente, y puedes ver a los camareros de arriba a abajo, de la cocina que está en un «edificio» a parte, y digo edificio a parte porque está situada en una pergolita más pequeña, tienes a las cocineras preparándolo todo. El interior del local, es bastante pintoresco, es todo una barra cuadrada que recorre todo el perímetro del local y ya. No hace falta más. Los camareros, que ya nos van conociendo, casi ya no nos preguntan que queremos, y para hacerles la chamba algunas veces cambiamos de parecer. Hoy es miércoles. Creo que haré una excepción.
Raúl A.
Classificação do local: 4 Bétera, Valencia
Me parece uno de los más sitios más bonitos de toda la ciudad. El edificio es precioso y su excelsa ubicación podría utilizarse como el decorado de una película que cuenta a su modo la historia de Valencia. Junto a los Viveros, frente al Puente del Real, al principio de la Alameda, a 20 metros de los Jardines del Viejo cauce del Río Turia… Toda esa zona constituyó hasta hace un par de siglos el lugar que ocupaba el maravilloso Palacio Real que contaba con mas de 360 habitaciones. Lamentablemente durante la guerra de la independencia contra los franceses. Los valencianos de la época lo bombardearon a cañonazos para que no fuese utilizado por los franceses en su ocupación sobre Valencia. De aquello ya no queda nada. En su lugar ahora se encuentra todo lo que he comentado antes. Y en medio de ese marco, la Pérgola. Me encanta su interior con esa barra cuadra. Sin paredes de cemento y todo hecho de cristal. De verdad, cuando voy allí, siempre tengo la impresión de formar parte de la figuración especial de una película. Es un lugar encantador y entrañable. La situación de su terraza con orientación: este, sur, oeste… hace que sol ilumine la vida de los que allí se detienen. Y es que cuando uno se sienta allí y saborea uno de sus maravillosos bocadillos parece que el tiempo se detenga y el mundal ruido de la ciudad se desvanezca como por arte de magia. Maravilloso de verdad. Perdimos un palacio y a cambio ganamos una Pergola. Quien no se conforma es porque no quiere.