Ricks

Great service bartenders are cute and friendly. Good group of guys. Great music. No attitude really was welcomed here

Hace años, el Ricks era, probablemente, el último sitio al que te planteabas ir. Salías de un bar cualquiera tarde y, cuando querías darte cuenta, las colas en tus discotecas y clubes de cabecera eran tales que no había manera de entrar sin esperar fuera horas a la intemperie. Para estos momentos, se inventó el Ricks, con una música que devaneaba entre el petardeo patrio y el internacional más imposible y un público de lo más variadito (osos, modernos que no saben ni dónde están, adolescentes más perdidos que qué sé yo, hombres talluditos e incluso estrellas de la televisión autonómica y de los programas de deportes. Un poco de todo.
La cosa es que, hace unos cuantos meses, lo reformaron un poco. ¡Oye, y les ha quedado bien! Sin embargo, ha perdido un poco el puntito canalla que tenía antes. Una pena, porque eso era lo más divertido.