Clarita

He de decir que llegué aquí después de leer que era un local «ideal» para ir con niños. Que si hay tronas, les dan pinturas… Y en mi caso no hubo nada de esto. Una trona, que ya estaba reservada, y nada de pinturas o papel para entretener a los pequeños.
El local me pareció muy bonito y la comida fue estupenda. Destaco la crema de calabaza, la brocheta de rape y langostinos, el magret de pato y los chipirones.
No le doy las cinco estrellas porque no cumplió mis expectativas respecto a la atención con los niños, que no fue mala, para nada. De hecho ese día hubo varios niños y les trataron de maravilla. Pero que yo me había imaginado otra cosa al leer eso de «ideal»…

Sitio agradable, tranquilo compramos un menú degustación por mediación del teatro Lara al 50% sopa de melón, rollitos, zamburiñas, raviolis Magret de pato y el
Postre al 50% consideró que esta bien de precio ya que 29 € para la cantidad me parece demasiado dinero. Eso si todo muy bueno. Al estar cenando hemos visto platos pasar con un precio bastante bueno según la carta y pinta. Seguro que repito para probarlo. El personal, hacia tiempo no me servia una camarera tan atenta simpática y que presenta los platos. Tardaron con los postres y nos ofrecieron el café invitación de la casa.
En resumen buena opción tendremos que repetir

Muchas expectativas… Y mucha decepción. Es un quiero y no puedo. Una cocina de Falsarius, sin menospreciar a dicho artista.
Sus alcachofas confitadas a la brasa son alcachofas cocidas pasadas levemente por la brasa antes de emplatarlas y añadirles la «confitura», que no pasa de una salsa con un toque de miel; de buen sabor, pero no lo que te ofrecen.
Las zamburiñas al azafrán con crujiente de jamón, riquísimas… pero por el molusco en sí, porque el azafrán sólo lo ves en la carta, no en el plato. Uso mucho el azafrán, y lo reconozco fácilmente, tanto por el sabor como por el color: creedme, no lleva azafrán; si acaso, cúrcuma, que tiene un color parecido (sólo parecido), pero no así el sabor.
Por último, pulpo a la brasa. Lo mismo que las alcachofas: tres trozos de patas cocidas ya con su aceite y su pimentón, pasadas tan ligeramente por la brasa que estaban frías. Y las supuestas patatas asadas, a las que llaman cachelos sin saber que un cachelo es una patata cocida en el caldo del ingrediente principal, son patatas hervidas sin más; ricas, sí, pero ni cachelos ni patatas asadas.
Y a todo esto hay que añadir que los precios de los platos son altísimos para la cantidad y la calidad de lo que contienen, y que te cobran 1’50 por servicio… Qué servicio? El llevarte los platos que te cobran ya exageradamente? Porque tampoco se puede decir que el servicio en sí sea nada reseñable; correcto, a lo más.
Si hablamos del local, tampoco puedo decir mucho bueno. Llegamos pronto, por lo que estaba agradablemente tranquilo, pero pronto empezó a llenarse de gente y de ruido, mucho ruido. Las mesas, con el espacio justo para pasar entre ellas de lado y con cuidado, así que te enteras más de la conversación de la mesa vecina que de la propia. Y los baños, bajando unas escaleras empinadas (no pueden ir personas con problemas de movilidad???), con solo uno para mujeres, con la cantidad de personas que había allí reunidas, dejaba la sensación de que, con la pasta que te dejas, ya podía estar mejor.
No volveré

Ayer tuve la suerte de ir al Clarita. Íbamos 3 personas, pedimos de carta porque teníamos un descuento del 30%.
El local sorprende porque es grande y espacioso con una decoración sencilla y de la que tengo que destacar que es acorde para dar esa sensación de armonía al local.
Nada más entrar tienes dos puntos a favor de este local:
1. WiFi gratis.
2. Botella de agua fresca en la mesa.
Luego ya descubres que la atención es estupenda, con lo cual la cosa se supera. Y ya vienen los platos: compartimos un ceviche, la mar de refrescante. Yo pedí unas vieras muy buenas y mis acompañantes eligieron el lomo de buey (espectacular) y el atún rojo (estaba bueno, pero me ha gustado más en otros sitios). Acompañamos todo con una tarta de tiramisú, un tatin de manzana y un café y ¡listas!
Conclusión voy a volver porque por allí salían menús del día con una pintaza… Y la carta tiene muchas costas que me activan el paladar

Un sitio con un buen ambiente y decoración pero la comida no especialmente buena, y cara… El servicio EL PEOR QUE HE VISTO EN MADRID! El jefe o quien era, no se, nos echaron y encima con una actitud muy irrespetuosa. Nos estaban echando nada mas de ponernos una copa y la cuenta. después de cenar 9 personas y gastado mucho dinero, este sitio no lo merecía. Jamás volveré.

Estuvimos cenando un sábado por la noche (previa reserva) y nos sorprendió gratamente. Carta no muy abundante, pero los mejillones estaban bastante buenos y la hamburguesa «al punto +» perfecta. Lugar acogedor y servicio rápido y eficiente. Recomendado

Escribo aquí mi juicio parcial del famoso Clarita, porque todavía no he tenido la oportunidad de sentarme a comer tres platos y postre. Sólo he estado en la barra y, aún así, me ha parecido un sitio agradable y con pinchos bastante buenos.
Del local, me gustaron sobretodo las lámparas, mira tú que cosa tan al azar, pero me fijé. El resto bastante armónico, limpio y cuidado sin destacar por nada en especial. Nunca bebo claras, pero en aquella ocasión me sentí inspirada y, llevada un poco por la responsabilidad de que fuera miércoles por la noche, me tomé dos bastante buenas. Con la comida también quedé satisfecha: wrap de jamón y queso, bocatin de queso de cabra y otro de jamón, además de las patatas, aceitunas y kikos que servían con las bebidas. No fue una cena equilibrada, pero estaba todo bien hecho. Los camareros muy tranquilos y simpáticos y la cuenta más barata de lo que me esperaba en un principio.
He podido comprobar al pasar por aquí que suele estar bastante lleno a determinadas horas, así que ojo. Por lo demás todo bien: volveré

Desde que tengo Unilocal ir a Madrid a visitar a gente e ir a cenar a un buen sitio es cosa fácil y mas alli con la amplia oferta que hay de restaurantes y cafeterías de todas las clases y tamaños.
En esta visita decidimos ir al teatro Lara que se encuentra en el barrio de Malasaña y decidimos reservar en uno de los restaurantes que hay cerca para cenar siguiendo los comentario de Unilocal, (hay tantos restaurantes por esa zona y tienen todos tan buena pinta…), la elección fue todo un acierto, me encantó.
El local tiene un primera entrada donde esta la barra y algunas mesitas y en el fondo tiene un comedor amplio, la decoración es moderna, tuvimos opiniones encontradas sobre las sillas de colegio de los años cincuenta que había para sentarse, pero se ve que eran cómodas, yo me senté en unos bancos con cojines bastante cómodos. La comida muy buena, pedimos rollitos vietnamitas, ravioli de calabaza, espectaculares, calamares encebollados, hacia tiempo que no probaba unos tan deliciosos, tratar de salmón, muy bueno también y un entrecot de buey que casi me hace llorar de la emoción. Un diez de cena, la atención también increíble y de precio unos 25 euros que supongo será lo normal por la zona. Sin lugar a dudas volveré.

Ambiente acogedor, camareros simpáticos, wifi gratis… Famoso en la zona para ir de cañas y comer, pero no hay que olvidar lo bueno que está aqui el café!!!

Un local coqueto y acogedor. No tiene mucho misterio. También digo que fuimos a tomar una caña y no a comer, pero según comentan no está nada mal. El local dispone de WiFi gratuita y, quieras que no, es de agradecer. Con las cañas nos pusieron un cuenco de frutos secos que nunca viene mal.
Probamos unas tapas de jamón con pimiento que estaban ricas, pero como digo, el resto del género me es desconocido. Lugar agradable en una buena zona.

Intenté ir un sábado por la noche e imposible sin reserva así que volví un martes a cenar y ahí ya no tuvimos problemas. Con reserva es un sitio a tener en cuenta para grupos, porque tienen un par de mesas grandes.
La decoración está muy cuidada, en tonos claros y el servicio agradable. Te ponen una botella de agua del grifo sin que lo pidas, un detalle muy parisino. Por otra parte cobran 1.5 de servicio, un detalle también parisino pero menos cool.
En cuanto a la comida: la carta no es muy larga y todo tenía muy buena pinta aunque salí algo decepcionada.
Las gambas crujientes estaban rebozadas pero no crujientes, eran más bien unas viejunas gambas en gabardina.
El ceviche — creo que sólo falta el McDonald’s por poner ceviche en el menú — sólo sabía a cilantro y lima. Especifican que lleva bien de lima, pero aún así me pareció demasiado.
Las carrilleras buenísimas, en su punto.
De postre pedimos un soufflé de chocolate que resultó ser un coulant. Eso sí, rico.
En resumen, podría volver a probar otras cosas de la carta pero tampoco me parece un imprescindible en una zona tan llena de buenos restaurantes.

After taking un momento to relax in our flat, my husband and I need to venture out for some sustenance. We opened up our Unilocal apps and got to work. Clarita seemed to be close and was opening soon. Perfect; enough time to stroll the streets and make our way around the neighborhood.
I forgot we were in Europe. They may have posted hours, but the individual establishments tend to operate on their own schedule. And that is one of the things that attracts me to it & has me dreaming about retiring on the coast of Spain one day.
We eventually were able to make our way in to the café only to find out they don’t serve food until later into the evening. No worries, I’ll take a café con leche & my husband will have a glass of wine. We were toasting the start of what would turn out to be an amazing vacation.
Tip for future diners: They don’t prefer you to use credit cards when you have a small bill. They were nice enough to accommodate us as we had not yet made our way to the ATM, but just want diners to be aware.

Por fin este fin de semana pude probar la carta de Clarita, aprovechando una oferta del 50% en platos. Ya conocía el sitio de sus menús de M-​V a mediodía, que tienen una relación calidad — precio fantástica. Lo cierto es que la comida aquí está buenísima pero los precios son un poco elevados en mi opinión, de ahí el aprovechar una promoción.
Probamos la ensalada Clarita de cecina y mango con queso de cabra, el pulpo a la brasa y el lomo de buey con foie y de postre compartimos un ligero carpaccio de piña con sorbete de manzana. Todo súper rico, pero pagando el precio completo creo que no compensa demasiado.
La decoración de la sala es muy agradable y cuidada y como nuestra reserva era a las 13:30 el ambiente era tranquilo y silencioso. Luego comenzaron a venir familias con niños que hacían bastante ruido pero claro, tampoco es culpa del restaurante.
La chica que nos atendió fue encantadora y los platos salieron todos muy rapido. A veces entre semana hay un encargado bastante brusco y antipático pero parece que el resto de la plantilla es todo lo contrario.
En resumen, súper recomendable para el menú del día o con alguna promoción, y carillo en otro caso.

Tras leer tanta crítica positiva y alguna recomendación… Yo que soy de investigar nuevos lugares, posibilidades culinarias y sabores… me fuí hasta allí en la mejor compañía y dispuesta a disfrutar.
Me hallé un local abarrotado de personas y con un ambiente un tanto ruidoso… Bueno, siendo viernes noche y con el teatro al lado… lo consideré un tanto normal. La carta me resultó un tanto corta pero muy sugerente y apetecible…
Pedimos un poquito de todo para probar sus especialidades y he de decir que las alcachofas confitadas con piñones me gustaron, muy buen punto en el atún rojo laminado y el pulpito brasa con chutney de mango y el ceviche.
En cuanto a los postres… su famosa torrija… está rica pero es mejorable… pues no deja de ser un bollito con helado… Yo disfruté más el tatín con manzana y su crujiente filo… aunque sin echar campanas al vuelo.
En cuanto al local… acogedor, familiar y hogareño… con su toque rústico-​campero que me recordó muy vagamente a la cocina de la abuela y sus mesas de madera.
El ambiente… ruidoso… es el único y verdadero defecto de éste lugar… el alto voltaje de la reverberación acústica que dejaba flotando en el ambiente el vocerío habitual de los ambientes latinos… Un toquecito a éste aspecto estaría muy bien.
Ahora bien… al menos en ésta primera visita, el servicio de mesas aunque a velocidad de F1 fué alegre, simpático y amable.
A la hora de la comanda… «correcto» sin más.
Un lugar que exploraré alguna vez más, aunque intentaré hacerlo en horas menos visitadas para una degustación más tranquila y apacible. Espero que en próximas visitas pueda yo subirle las estrellas.
Resumen: Se deja gustar y apetece volver… (Continuará…)

I had walked by Clarita un montón de veces, but never ventured in until last Thursday for dinner. My date ended up finding a great dinner deal for Clarita on the phone app El Tenedor, so we decided to try our luck. I had always asusmed this locale was just a regular, run-​of-​the-​mill bar, but no sir — in the back of the bar there is a giant salon with ample seating space.
Firstly I’d like to commend the wait staff. Our waitress was delightful and unimposing, but perfectly attentive and always smiling. Her disposition definitely added to our dining experience. We shared the ceviche for an appetizer and it was a HUGE portion! We couldn’t even finish it all for fear of not having room for the rest of the meal. Flavor was right on. Then I got the pulpo a la brasa, one of my absolute favorites, and it was quite good. It was served with potatoes and mango salsa. My date got the teriyaki/​sesami tuna steak. I’ll admit that I’m not a big tuna fan, but I must say this one hit tyhe spot. Even I would order it. Dessert was a pastry dish with dulce de leche ice cream. Warning, it is VERY rich. Definitely to be shared.
Noise level isn’t awful, bathroom downstairs was very clean, and free wifi is always a plus.

El otro día entre por primera vez y no estuvo mal. Fue más bien correcto. Fui con dos amigos en busca de desayuno rico rico, pero la verdad que no vimos nada muy apetecible. Bueno más bien yo jajaja que con lo de la intolerancia la verdad que una no puede comer mucho desayuno! Así que fue más bien un café.
La verdad que tiene una pinta excelente en cuanto a ambiente. Nos sentamos en el rincón de la barra con el gran ventanal y nos atendieron rápidos y muy bien :) Sobre todo porque eramos los únicos un domingo!!! Pero el café estaba muy bien la verdad!
Supongo que tendré que volver para probar algo de comida y poder reseñarlo como se merece.

¿Qué te puede no gustar de este sitio? Está al lado del Teatro Lara, con lo cual es una de las apuestas seguras cuando te acercas a un evento en este recinto. Tiene WiFi gratuita, que siempre es un plus para cualquier lugar. Y los camareros son bien simpáticos, que también es un plus.
Ideal tanto para la hora del aperitivo como para comer, porque en el fondo tienen una estupenda sala en la que puedes rellenar la andorga con un poco más tranquilidad que en las mesas de la entrada.
Por la tarde-​noche suele animarse bastante, y por la mañana está muy tranquilo. Es cuestión de tenerlo en cuenta.

Lugar agradable, con música (al menos cuando estuve yo) de gente que lleva muerta varios años, lo cual mola. Música cincuentera de dar con el zapato en el suelo. Tal vez un poco alta de más.
El café parecía café y sabía a café. Las tartas tenían una pinta de la leche, aunque me acababa de comer un cordero y no podía pedir más que el café. De todas maneras, me dejaron con el culo torcido (mi nueva expresión favorita) y volveré a probarlas.
El único pero la camarera. El colega con el que fui no dejaba de mirarla y no hacía caso a mi disertación sobre la física cuántica.

Uno de mis favoritos en la zona ¿por qué? por lo agradable del ambiente sobretodo del comedor, me encanta su sencillez, y por la música casi siempre bien elegida.
La carta es corta pero muy aceptable, muy ricas las croquetas de hongos, el steak tartar y el ceviche de pez mantequilla.
Apuesta segura

Desde que volvió a abrir ha mejorado mucho con la reorganización del menú. Además que para comer de día es más que agradable y para tomar un vino en su larga barra mucho mejor! tienen una gran variedad de blancos y tintos, además del comedor al fondo así que naide molesta andie.
Los días en que el teatro lara abre se vuelve un poco locura de gente, pero si todos van allí será por algo ¿no? Realmente acogedor, de verdad.

Clarita, se llamó Larita en sus inicios (hace un par de años o tres), pero hubo problemas con el teatro Lara que está al lado ladito y tuvieron que cambiarle el nombre, el resto es todo igual :)
Tienen menú entre semana que no está mal. yo lo que más me ha gustado de lo último que tomé allí fue un bizcocho de amapola. El lugar es pintón, y está sencillo puesto y bonito, la carta es interesante, tirando a un poco más de lo mismo de lo que está de moda, bueno, está todo bien.
Hay algo no obstante que no me acaba de convencer, creo que es energético.

Muy agradable, muy tranquilo, muy diáfano, acogedor. Un bar gemelo al Circo (por la disposición y estructura del local), aunque el Clarita, en mi opinión, gana a los puntos: las exposiciones suelen estar más curradas, la música (van programando distintos tipos a partir de cierta hora y durante un tiempo determinado, en plan temático) es más interesante y, sobre todo, que al ser un restaurante el menú (10,50 eu.) está más currado. Veredicto: Clarita para comer, el Circo para las copas de sobremesa. Están pegando.