Casa Gerardo

Cerveza bien tirada, para presumir con los foráneos. Buena selección de vinos, productos de temporada fuera de carta (ahora en otoño tienen unos tomates espectaculares) y si, queso. Tostas a 4,50 con quesos de rincones de España. También tienen raciones de chorizo, anchoas.. . No vayas buscando nada fancy, porque aquí lo que hay es materia prima y cosa bien cañí. Tu banderilla de tapa con la caña, y esas cositas. Además que es un bar que lleva en el barrio desde hace la tira (mi madre de 60 años se acuerda de ir a él con mi abuelo cuando era joven y lo recuerda igual). Esas cosas molan.

¿Te gusta el queso? Pues aquí, nada más entrar, huele a queso y es que su especialidad son los quesos. Los hay para todos los gustos y de todas las variedades. A mí me pierden todos, tanto los curados como el queso fresco. Por tanto, no soy objetiva porque diría que este es el paraíso para las personas queseras.
El espacio me encanta, así como una bodega antigua con sus depósitos de vino y todo. Cuentan con poquitas mesas para que puedas disfrutar sentada de lo que te quieras tomar, pues tienen varios tipos de tostas. La carta no es extensa, pero sí de las que llama la atención. Son cositas ricas e hipercalóricas y,… pasa de ir a este sitio si tienes colesterol, tensión alta… pero si te quieres dar un regalo… No te lo pierdas. Por cierto, también hay unas ensaladas divinas. Aquí tienen tomates de los buenos, de esos que los vas a cortar y huelen a tomate y sale juguillo.
Los precios son precios de barrio y con cada consumición te ponen un aperitivo que suele ser delicioso.
Por cierto, a finales de año hay degustaciones de quesos madrileños y, a principios de año, podrás catar quesos de diversas partes del país.

Como te diría… es que entras y un olor a quesos que te llama y te activa la pituitaria, la ambientación que hay, es una bodega antigua con sus depósitos de vino y decoración añeja.
Con la caña te ponen un aperitivo, y los precios son los estándar, cañas 1,20 € y el precio de las raciones está mas que correcto.
Su especialidad son los quesos, tienen de muchos tipos y zonas. Hay variedad de tostas y si te fijas en alguna pizarra de la pared te sorprende con alguna ración maravillosa
Tienen cerveza artesana, cava y vinos… por lo que hace que este bar sea de los grandes descubrimentos. Fui un lunes y estaba vacío, solo con paisanos del barrio y alguna que otra pareja.
Por cierto lo encontre en Unilocal,me dejé guiar… y acerté

Estuve en este restaurante hace dos semanas o así y como ayer fui regañado por no haberlo reseñado pues voy a corregirlo: P
Es un sitio pequeñito (con sabor a taberna añeja) que suele estar bastante lleno de gente pero si tienes suerte pillas mesa más o menos rápido. La variedad de platos en carta es muy reducida y si estás embarazada encontrarás que la mayoría de los platos los tienes desaconsejados por el médico (hay mucho embutido y no hay patatas bravas) pero lo cierto es que eso no es un lastre para el lugar ya que el objetivo de venir a este sitio debe ser tomar vino o cerveza acompañados de su enorme (pero enorme de verdad) variedad de quesos.
Yo ese día no pude aprovechar para hincharme de quesos ya que no gustaba la carta normal a mis acompañantes y solo yo soy adicto al queso pero algún día volveré (¿quizás en una reunión de Unilocalers?)

Lugar agradable. Decoración pintoresca pero con diseño.
Buena atención y buen género.
Ideal para aperitivo.

Yo soy de las que si entra en un bar y lo que le recibe es un olor a quesos espectacular, ya me han ganado. Debí ser ratona en una vida pasada y me quedan reminiscencias ;P
Llegamos a este sitio porque lo había leído en una artículo «vetetuasaberdonde», porque me he dado cuenta que tengo unos vicios muy adquiridos y en la Latina siempre acabo en los sitios de siempre.
Mucha oferta de cervezas y de vinos. Dicen que tienen un vermú de grifo muy bueno, así que lo probaré la próxima vez que vaya.
La carta de raciones está muy bien y tienen una variedad de quesos muuy interesantes.
Pedimos tres tostas de diferentes quesos (por supuesto!) un manchego, un picón (maaaadre que rico) y un cabrales (éramos chicas valientes ;).
Tiene poquitas mesas y se pone a reventar, pero llegamos pronto y tuvimos la suerte de poder sentarnos.
El personal muy amable, así que lo incluyo en mi ruta por la Latina y además en un rango de precio muy aceptable.

Un gran vermú de grifo y excelente carta de vinos por copas, con una veintena de referencias.

Me encantó este sitio! Había pasado muchas veces por delante pero nunca había entrado. Estas calles de la zona de la Calle Toledo y la Paloma son estupendas. A mí me gusta ir por allí en fiestas porque te ponen esa limonada riquísima que tiene truco porque te coges un pedo tremendo!!!
Es pequeño y se pone hasta arriba, pero si aguantas mucho al final te puedes pillar una mesa y disfrutar bien de los vinos. Tienen de todos los tipos e incluso para los amantes del cava tienen una gran variedad. Bueno y mejor no hablar de los queso!!! madre mía, tienen incluso una carta solo de quesos!!! jajaja yo me ponía mala de leerla y no poder comer ninguno!
Lo mejor es pillar una botella entre varios y unas tostas, que tienen de muchos tipos y están hechas con pan gallego, que está tremendo! La de brie con sobrasada tenía pintaza! Yo no pude resistirme a pedir unas pepinillos rellenos y unas anchoas, ¡¡me vuelven locas las conservas!
Un sitio ideal para tomarse un vermú, la primera o tirarse allí un buen rato :)

Some friends live on Calatrava, and this is their favorite of the bars/​cafes/​restaurants on that street. This place is classic Spain, or rather classic Madrid: dark wooden interior with a raised bar manned by well-​dressed bartenders, clientele a socioeconomic mix, united by proximity, beer slung beside vermuth and all your traditional cured meat plates and some seafood with the «cecina» standing out as the heavy hitter.
We always end up spending more money here than we mean to. One more plate of cecina, another round of vermuth, another hour soaking in the setting, tossed on the waves of conversation. That’s Spain for me, and in that undertow it’s hard to escape with your bank account intact. It’s not that Casa Gerardo is an expensive place by any means; it’s that the place foments prolonged social engagements so characteristic of its host culture. Having a good time costs money!
TL;DR Casa Gerardo is a must-​see if you want to be immersed in a typically Madrileño experience.

Taberna tradicional con mucho encanto y oferta muy variada tanto en bebida como en comida. El azulejo de la barra, las mesas pequeñas, las tinajas antiguas… todo le da un ambiente castizo muy auténtico. Si te gusta el vino, en este sitio tienes un montón de referencias de todas las D.O. Además, tienes cava por copas y cervezas artesanales como Rosita o Sagra. Y también mucha variedad en la comida, donde suelen tener un par de raciones de oferta como la ventresca con tomate o las setas con puerros. También tiene una gran selección de quesos. No te puedes perder el del hippie. Los choricillos, la morcilla… aquí todo está buenísimo.

Almacen de Vinos is exactly that. A great place for fantastic wines of Spain by the glass. You can even get a Priorat by the glass.
The bar is over 100 years old and off the beaten path. Every time I go there are only Madrileños.
Try the «Hippie Cheese» tostada. Excellent!

¡Qué descubrimiento! ¡Pero si he pasado 1000 veces por aquí y no me había parado a mirar! Pues a la 1001 va la vencida y he conocido un sitio que seguro me ayudará a valorar el sabor de un buen vino (o por lo menos a dejar de tener el impulso irrefrenable de mezclarlo con Cocacola en cuanto se despistan mis colegas).
Ayer me tomé un chisme en este sitio y me encantó, porque conserva el regustillo tradicional aunque se ha desecho del tufillo a rancio que solían tener este tipo de negocios (¡maldita sea!).
El ambiente es espectacular, de taberna de toda la vida, mesitas para sentarse si vienes cansada, pero lo mejor, una barra kilométrica en la que poder apostarse y dejar pasar las horas con buen vino y buena charla.
Me pidieron, porque yo no tengo ni idea, un Ribera del Duero y debo reconocer que me gustó, aunque soy más de vino blanco (el vino de las personas a las que no nos gusta el vino). Nos dieron un poquito de empanada de tapa, bastante poquito la verdad, y pedimos una tosta, que a mi no me gustó especialmente, pues tardaron en servírnosla y estaba fría.
No obstante, el ambientazo, la decoración, el sabor de los vinos y el barrio hacen de este lugar un sitio genial.

Sin duda esta es la bodega más castiza de esta calle y casi diría de este barrio. A mí me encanta venir con amigos a tomar una caña o un vino, pero casi siempre está llena. Es normal, porque el local es estrecho, pero no importa porque es algo intrínseco, estar aquí como en familia, pegado al resto de los clientes, disfrutando de la bebida, las tapas y la buena compañía. Aquí puedes saborear un vermú a la vez que saboreas el viejo Madrid, ese que perdura en contadas bodegas como esta, con su barra de zinc y sus viejos cuadros, sus viejas fotos y ese ambiente único. Espero que nunca se pierda, que siempre perduren sitios tan auténticos como este.

Desde luego que Alberto ha estado de lo más acertado en su comentario. Le voy a poner un 10 de puntuación.
El Almacén de Vinos es un «must» en nuestro recorrido latinero de los domingos. Es calidad y buen precio todo en uno. Pero bueno, es que lo de las tostas no tiene nombre, eso son «delicias del paladar», ¡la de queso de cabra con cebolla y mermelada se merece una medalla!
En cuanto al vino, yo soy de blanco y la verdad no sé cuál pedimos porque cada vez es uno y como no entiendo mucho siempre son los demás los que eligen, pero a mí, siempre me lo aciertan. Cuidado porque es probable que salgáis cantando «El vino que vende Asunción…».

Sólo mencionar el almacén de vinos de la calle Calatrava me pongo a salivar. Es una de las tabernas castizas con más encanto de Madrid, ubicado en la latina «pobre», cerca de la iglesia de San Francisco el Grande, alejada de los bares de diseño y de modernos de su hermanastra, la latina «pija», la que se pasea por la plaza de la paja.
Pueden llamarla la latina pobre, pero pobre del que no se pase por aquí a degustar sus exquisitas tostas acompañadas por uno de los vinos de Madrid de su amplia carta de caldos. Porque hay vida más allá del Rioja. Si te dejas asesorar te lo demostrarán.
Así que este es el plan: Tomad asiento en una de sus bajas mesas de madera, las del fondo, junto a las tinajas rojas. Si sois dos pediros una tosta de queso de cabra con cebolla caramelizada y mermelada de frambuesa y otra de cecina. Dos copas de vino de uva de Mencia para lubricar el cielo del paladar.
¡Qué placer! Pero es que el placer continúa, le vais a dar un billete de 20 euros y aún os va a sobrar dinero. ¡Oh mon dieu, Ça cést bon!