Cuando voy de paseo por«el triángulo»(la zona de La Latina donde se encuentran El Perla, La Sixta y El Atril) pocas veces reparo en La Feúcha. Pero el otro día, domingo, después de una comida con amigos y del clásico«¿dónde vamos ahora?» terminamos aquí metidos. La Feúcha tiene un espíritu mucho más rockero, comparado con los bares que tiene alrededor. Oasis, Blur, música indie de los ’90… eso es lo que generalmente está en su lista de reproducción(o lo que pone el DJ, cuando lo hay). Dentro, decoración tipo horror vacui, con muchas portadas de discos y una especie de mapa de los géneros musicales precioso. Como todo en La Latina; bien de precio y muy animado los domingos. Recomiendo ir a tomar una cerveza o a tomar un copazo, aunque también es verdad que mejor si vas a partir de las 19: es un bar un tanto oscuro y meterse cuando todavía hay luz en la calle resulta un tanto extraño.
Diego A.
Classificação do local: 4 Madrid
La Feucha, ese sitio donde las 6 de la tarde parecen las 6 de la mañana. Es domingo, estás por La Latina y te están aburriendo esos cuatro guiris ebrios que parecían majetes pero que ahora son como un enorme grano en el pompis. No sabes como quitártelos de encima, estás apunto de desfallecer de tanto usar tu risa falsa y no tienes suficiente batería como para hacer una«fake-call» y salir del apuro… hasta que se te ocurre un plan: IR A LAFEUCHA. La Feucha es un bar oscuro, pequeño, siempre llenísimo de gente, con unos baños únicos, barato… Un bar perfecto para perder a alguien, perderte tu o perder tu chaqueta favorita.(Nota: hay mucha gente en este sitio que sale con menos ropa de la que ha traído. Nota 2: el nivel de embriaguez y las ganas de tener una aventura también influye). Está decorado con carteles de películas antigüas de serie B, como por ejemplo: Forbidden Planet, Los Invasores de Marte o El ataque de la mujer de 50 pies(de altura, que algún insensato no la habrá visto). El baño también suele estar decorado con un arte nuevo llamado«GRAFITIORÍN», una fusión de: múltiples rotuladores de colores popularmente llamados EDDING, en los que encuentras auténticas obras de arte y multitud de números de teléfono(extrañamente tentadores), y la habilidad de la gente por intentar decorar el baño con sus propios fluidos corporales, salgan de donde salgan. Vamos, una obra de arte digna de estar al lado de las del gran Kandinsky. Todo esa inspiración no efecto del LSD sino que es debido a que tienen tubos de cerveza a 2 € que, unido al microclima caluroso que existe en el ambiente, te los bebes como si fuera agua. Además si eres de los suertudos que se ha hecho su fortaleza infranqueable al lado de la barra con intento de foso por las ganas de ir al baño, tendrás piruletas con forma de corazón para hacerte el moñas con alguna y revueltos variados para tirarte por la barba totalmente gratis. También de vez en cuando aparece un DJ que se resume en una palabra: ESPECTACULAR. Pone oldies, hitazos, música indie y, de repente y sin calzador, ¡CHAS! te la mezcla con petardeo. Totalmente BRUTAL. Es un ídolo de masas(las que puedan entrar en el garito). Siempre suelo acabar la jornada latinera aquí. PROS: Cerveza a 2 €. Bar oscuro, gente bastante ebria. Auténtico museo en el baño. CONTRAS: El museo del baño te puede dar ganas de salir pitando del garito para intentar vomitar en la calle. Nota: no puedes llegar.
Sebastian A.
Classificação do local: 4 Madrid
Una alegría encontrar este bar en La Latina, con música excelente de Blur, Bis, todo el indie de los 90 y gracias a Dios también alguna que otra canción buena actual. Además, también cae algún clásico ochentero tipo Frankie Goes to Hollywood apto para cualquier público. Muy buen trato por parte del personal del bar y más. Ponen vinos, muy raro en un pub en el que la gente está de pie. Ambiente muy mezcladillo de heteros y gays a última hora porque hay bastantes bares gays alrededor(que además se ven por un ventanal). De mis pubs favoritos ahora mismo.
Ana L.
Classificação do local: 4 Madrid
Cuando un domingo de rastro se te va de las manos y pasas de las cañas con tostas y pinchos a los cubatas y los mojitos, lo mejor es ir a La Feucha. En este lugar se detiene el tiempo; entras a pleno sol y sales en noche cerrada y con una caraja de las buenas. Al principio es un poco raro, porque claro, parece incompatible llegar de cañas y meterte en un lugar cerrado en el que todo el mundo está dándolo todo como si fuera un sábado a las 2 de la mañana. De todas maneras, enseguida te confundirás con la gente y serás uno más del rebaño bailongo. Soul, rock, ska, funky… cualquier ritmo puede sonar en este local tan singular y los cubatas se ponen en vaso ancho, que siempre es un puntazo. También está muy bien para ir viernes o sábado noche, pero a mi me encanta la sensación de ir un domingo a las 6 de la tarde, es como cambiar de mundo en un segundo.