Bar La Gloria

Conocí La Gloria en un evento de bienvenida a nuevos Unilocalers y me gustó mucho.
He vuelto 3 veces y he recomendado a amigos y conocidos cuando me han preguntado por lugares por esta zona.
El local está muy bien distribuido a mi parecer, un salón comedor, una salita más íntima o no, su barra, su sofá en el centro de todo el meollo para estar al tanto de lo que se mueve por el local… y todo aderezado con una decoración muy agradable y un trato cercano y simpático.
El grifo de Estrella de Galicia (aunque tienen tercios de Mahou, 1906 y Ambar), variedad de vinos y perritos bienvenidos.
En cuanto a la comida no hay nada que haya probado y no me haya gustado.
Las berenjenas con miel no pueden dejarse escapar, es obligatorio pedirlas.
El hummus de garbanzos y de alubias acompañado de pan pita y crudités me gustó mucho.
Las patatas al Cabrales tienen un muy buen sabor, a mi parecer no excesivo, tampoco os fiéis que soy asturiana de ascendencia vasca.
En mi última visita probé dos platos que no había probado: carrillada con couscous que me FASCINÓ por la ternura de la carne y la ausencia de grasa o cositas de estas raras gelatinosas que se encuentran en algunos cortes y a mí me dan yuyu y croquetas de boletus que entran en mi top croquetil por su tamaño y su impresionante sabor, de las croquetas con más sabor a boletus ever y una bechamel estupenda.
De precio genial. Para que os hagáis una idea: 4 personas, 2 rondas de bebida, 4 raciones: 12,5 € cada una saliendo muy llenas.
¡Viva La Gloria!

Descubrí este sitio gracias a Lolo, y debo darle las gracias por ello.
Yo me disponía a celebrar mi cumpleaños y necesitaba un sitio grande donde poder celebrarlo (éramos más de 30) y donde la calidad-​precio fuera asequible a mi bolsillo. Así que acudí a Lolo y como siempre me ayudó maravillosamente.
El sitio tiene un salón grande que te reservan, y donde poder estar tranquilamente de pie y picotear y beber con tus amigos, y hasta ahí todo genial.
Pero hubo bastantes cosas que no me gustaron, quizás porque ese día esperaba mucho del sitio, y si en vez de ser yo el cumpleañero, hubiera sido un invitado pues mi impresión hubiera sido diferente.
Por un lado me dijeron que el local no iba a cerrar al medio día y que podíamos estar allí tranquilamente, pero luego resultó que una vez reservado y allí todos comiendo y bebiendo a las 17.00 nos tuvimos que ir (habíamos llegado a las 14.30−15.00)
Las raciones que íbamos a comer las reservé con bastante antelación para que tardaran lo menos posible el día en cuestión, pero hubo algunas raciones que salieron una hora más tarde que el resto de los platos.
Las raciones eran bastantes pequeñas, y aunque la dueña nos dijo que también nos pondrían un picoteo de aceitunas, patatas, fuet… (Como invitación del bar) eso nunca lo llegaron a hacer.
Por otro lado, las bebidas acordamos que nos las cobraban a 2 € y que no había problema en pedir las que quisiéramos, yo pedí 70 bebidas (me dieron tickets de consumición) para invitar a mis amigos porque yo quería invitar a beber y comer, y luego pensaba que el resto de bebidas que la gente quisiera tomar se las pagaran ellos, pero al mismo precio claro está. Pues resulta que 2 € era el precio que me hacían a mí, pero ya el resto de gente debían pagar más. Esto no lo entiendo bien, porque la dueña del bar no puede saber si yo quiero o no quiero invitar a mis invitados a beber, o directamente ellos tienen que pagarse todo lo que consuman… Un poco sin sentido…
Y finalmente el momento tarta: la tarta la encargó el propio bar, fueron súper amables en ello, y estaba deliciosa, en eso no tengo ninguna pega. Pero a la hora de comer no tenían platos para todos, (un restaurante que sirve comidas y cenas, y no tienen platos, es un poco de risa).
Estas cosas quizás como dije al principio a mí no me hubieran afectado si hubiera sido un invitado, y en la reseña de Clara A que hace al bar, se puede ver que le puso 5 estrellas a su visita al sitio después de venir a mi cumple :)

Sí, la Gloria siempre es la Gloria. Les conocía gracias a Unilocal en el otro local y el nuevo sigue sin defraudar. El sitio es igualmente lindo y la comida está igual de buena.
Patatas al cabrales, huevos rotos, flamenquines y el imprescindible humus.
En esta ocasión conocí una opción de La Gloria: reservar una zona para un cumpleaños.
Me encanta este sitio.

Hoy, 19 de julio de 2015, he vuelto a este Bar, donde «no hay brunch, ¡hay Lunch!»
Escribí a Sol para ver si nos podía reservar una mesa para 6. Me contestó en seguida ofreciéndome una paella.
Mi experiencia anterior había sido de picoteo exquisito y accedí con gusto a probar esa paella.
Llegamos y en el salón más comedor teníamos nuestra mesita reservada.
Trato cercano y muy agradable por parte de Sol y de la camarera que estaba trabajando con ella. Mientras ultiman la paella, las bebidas y unas patatas fritas.
Van llegando los platos, más que generosos de cantidad. Paella valenciana, total! Con su pollo, su conejo, sus verduras… Y el arroz…¡que delicia! Perfectamente hecha y cuidada en su elaboración.
A todas nos encantó y no dejamos ni un grano en el plato! Recomendable 100%. Exquisita.
De postre, una tarta de chocolate, que nos convidaron por la alegría de la proximidad de las vacaciones, jeje… Para chuparse los dedos!
Cafés y te para terminar. Me llama la atención que el te no son las bolsitas prefabricadas, sino que son bolsas que parece ellos mismas rellenan con el te elegido por el cliente. Las que tomaron té, dicen que muy bueno!
El plato de paella, son 10 euros por persona. Un plato a rebosar y ya os digo, buenísimo.
Con bebidas y café hemos salido a 13,50 por persona. Precio más que recomendable también.
Sin duda, este sitio se convierte en referente para mi en todo!

Precioso local! Entras de la calle y te encuentras una sala más pequeñita con la barra, luego subes dos escalones y hay varios apartados con sofás y sillas, todo con una decoración kukísima. Sirven Estrella Galicia y la comida está para chuparse los dedos… Las patatas al cabrales están de muerte! Volveré!

Este bar-​restaurante hace las delicias de cualquier persona que sepa apreciar una bonita decoración con un toque hipster molón, donde encontrarás desde las sillas verdes de nuestra infancia hasta esas tazas de aluminio que todos hemos tenido de pequeños.
Tiene un amplio portal y ventanal que hace que antes de entrar ya. te sientas recogido y acogido, y cuando traspasas la puerta y ves a la camarera tan simpática ya sabes que no has fallado. Tiene cuatro salas, el hall, una con sofa vintage y toque de luz con la letra G, un comedor y una mas apartada, donde puedes hacer un evento ( Unilocalero en nuestro caso) o celebraciones.
Este sitio, fue el elegido para dar la bienvenida a los nuevos Unilocalers y ver/​poner cara a muchos y otros volver a ver siempre con una sonrisa. Creo que me equivocaría si dijera que fue el SITIO para recibir con los brazos abiertos a los nuevos Unilocalers.
Todo acompañó, desde la compañía y las risas con anécdotas incluidas hasta la comida que ración por ración (flamenquines con salsa alioli, hummus con pita y crema de berenjenas con crudités, berenjena con miel exquisita y patatas con cabrales) nos sorprendió gratamente.
Como siempre chapeau, lolo y cris, haceís cada quedada inolvidable :)

Lo he conocido gracias a un evento de Unilocal,y la verdad es que está bastante bien. El humus está muy bueno, lo mismo que los flamenquines, y el local es muy mono, aunque en verano hace calor en la parte de dentro. De todos modos, el plato estrella de los que probamos bien pueden ser las berenjenas rebozadas con miel.

Me vais a permitir que use el nombre de este local para definir lo bien que lo hemos pasado, y es que literalmente hemos estado «en la gloria».
Primero unas cañas de Estrella Galicia y unas patatas para ir abriendo boca, y seguidamente todo un festín de raciones que me han recordado a mi querida Andalucía.
Tengo que empezar destacando el flamenquín, y es que es la primera vez que he disfrutado en Madrid de uno tan casero y tan bien hecho. Aunque pueda parecer fácil, no es sencillo cogerle el punto.
También me han encantado las croquetas, que yo diría que eran de setas. Muy jugosas y sabrosas por dentro, y bien crujientes por fuera. Además, con un tamaño generoso. Riquísimas.
Y el tercer plato de mi ránking son las berenjenas fritas con miel. El equilibrio perfecto entre dulce y salado.
Y no puedo terminar sin hacer mención a las patatas con cabrales. Qué plato tan sencillo y tan rico. Y el hummus y el paté de berenjena con pan de pita y crudités, una delicia también. Ah, y casi se me olvida: también probamos unas tostas con salmorejo y sardinas que me encantaron, y parece que no fui yo la única, porque desaparecieron del plato en un pis-​pas.
Y si para acompañar tan ricos manjares ponemos una decoración de lo más acogedora y una camarera más maja imposible, ya tenemos la experiencia perfecta. El local tiene varios espacios a varias alturas, y me pareció un sitio perfecto para tomar unas cañas o bien para celebrar algún evento privado (como un cumpleaños) en uno de los saloncitos.

A simple place with good food and inexpensive prices.
La Gloria is located next to the Noviciado subway station. When you enter, you come to a very simple and pretty empty space. You can have your drink right there or you can cross a small corridor to get to two salons, which can also be used for private events. The salon we went to can accomodate 15 to 20 people.
The decoration of the bar is very minimalistic, but the salons have windows that open to the side alleys.
We went there as a group and tried a variety of their food items. Everybody like everything they tried. The recommendable ones would be the fried eggplant with honey, and the fried potatoes with goat cheese. I also liked the croquettes.

Me encantaba el Bar La Gloria de Valverde, así que… ¿cómo no me va a encantar el Bar La Gloria de Noviciado, ahora que me pilla todavía más cerca de casa? Si a eso añadimos que Sol, la dueña del local, ha cogido uno de mis sitios favoritos del barrio (donde antes estaba La Gustava), un amplísimo local con dos zonas para comer, una zona más de copeteo y una amplísima barra, mejor que mejor.
De momento está todavía de rodaje, pero no me cabe ninguna duda de que va a tener el mismo éxito (o más) que en su localización anterior. En esencia el sitio no ha cambiado mucho, excepto en que ahora es más restaurante: a través de un pasillo al que se accede desde la derecha de la barra, te encuentras dos zonas en las que ponerte fino a las cositas ricas que sirve Sol, a la derecha más rollo restaurante y a la izquierda tipo mesa comunal, que fue lo que me vino a mí de perlas para celebrar mi cumpleaños –sí, también celebran fiestas – .
De sus raciones, sigo recomendando las croquetas, que están impresionantes, y el flamenquín, que es una delicia de rico. Pero también las mitiquísimas patatas al cabrales, las puntas de solomillo olas berenjenas fritas con miel, que fueron un exitazo entre mis invitados. Todo siempre regado de una carta de vinos concisa pero interesante, o de un vermú, que lo tienen muy rico también. Y si el cuerpo aguanta, hay sitio para las copas. ¡Larga vida al Bar La Gloria!