La Gustava

Me gustó el local, me gusta la zona, me gusta que puedas entrar con tu mascota (de hecho los dueños tienen dos perros), me gustó la comida y me gustó la atención. Cual presunción de inocencia en los juicios, me invento el término «presunción de 5 estrellas», ya que no puedo decir nada malo de este sitio.
El local tiene varios ambientes. Te puedes quedar en la zona de la barra y tomar unas raciones, tienen otra parte con mesas más a modo de restaurante y tienen otra zona con mesas más pequeñas para que te relajes tomando un café. La decoración es agradable y unido a que además hay bastante luz natural, está todo muy acogedor.
Nos quedamos en la barra. Nada más pedir la primera cerveza (Inedit de Estrella Damm), nos pusieron una tapa de tortilla de patata que estaba muy buena. De cervezas embotelladas tenían también Estrella de Levante, Damm, y una artesana que me quedé con ganas de probar, Henares Sargent Pepper, y a la que algún fanático de los Rolling no le puso buena cara ;p
Tras ver pasar las raciones por delante de nuestras narices, probamos a pedir las papas con mojo picón, mini hamburguesas de carne de buey y croquetas de chipirones. Las papas muy correctas y el mojo muy suave, apto para los no muy fans del picante. Las hamburguesas muy buenas, sin nada especial que reseñar, pero son un valor seguro. Eso sí, las croquetas de chipirones, de tamaño considerable, por su sabor y por la salsa que las acompaña, son para repetir, relamerse y mojar en el plato hasta dejarlo limpio.
Para finalizar, y aunque no tomamos postre, no faltó la invitación a los licores. En lugar de la típica botella casera de licor de hierbas (a la cual soy fiel tras una buena comilona, que conste), no tuvieron reparo en servir Jagermeister.
Desde luego este sitio pasa a formar parte de mis favoritos.

Hace mas de un año que conocíà la Gustava pero no había vuelto y no por que no me gustará si no por tiempo, pero el sábado pasado ahí nos plantamos para picar algo, como estaban algo lleno nos sentaron en el salón, que al principio no me gusto mucho la idea pero a medida que fueron pasando los minutos mas me gustaba, me sentía como en casa.
En este local podrás encontrar diferentes espacios, un salón con muebles tipo casa de la abuela, la barra a la entrada donde también puedes tomar unas cañas de forma mas rápida sin sentarte y un comedor mas amplio donde podrás sentarte en mesas de las habituales en restaurante y degustar toda la carta, eso si llegamos un sábado a las 21:00 y lo tenían todo reservado.
La atención del personal muy atenta y rápida, al pedir las cañas nos trajeron una tapa que estaba muy rica aunque en esta ocasión no fue tortilla que es su tapa estrella.
Después pedimos unas cosas para picar que estaban muy ricas a destacar las mini hamburguesas de buey y el pan con jamón.
El único pero que le pongo es que donde estaba yo sentada tenia muy cerca los altavoces de la música y al principio estaba un poco atormentada, ya después entre la comida, la bebida y la conversación se me fue olvidando.
Ahora que volví después de tanto tiempo y veo que el servicio, la calidad y el buen royo sigue igual, iré mas a menudo seguro.

Mi visita a la gustava fue a una hora no muy concurrida, y por lo tanto me quede con una imagen un poco devaluada porque lo vi vacío. Un día tan lluvioso fue el detonante. En cualquier caso, mi apreciación del local fue muy buena. Lo primero, la decoración, típica de Malasaña; varios rincones para picar, tomarte una copa y cenar. Mesas de toda la vida, sillones de época, rincones chill-​out, un poco de todo pero en una decoración totalmente armoniosa. Sobre la comida, lógicamente, de lo más importante, probamos las papas al mojo picón (de tapa, muy generosa), y las croquetas de chipirón, de las que adelanto, os hará la boca agua con sólo mirarlas…, EXCELENTES, a 7,20 €, buen precio. También famosa su tortilla.

Íbamos a comer el menú, pero… Ya no lo tienen… Cachis
Aún así comimos de carta y la verdad que todo buenísimo. Ensalada de pimientos del piquillo, wok de verduras y pollo, risotto de trigueros y jamón y brownie. El risotto cada día lo cambian y este por lo menos estaba buenísimo.
El local esta muy bien con 3 espacios bien separados: caña en barra, otro para sentarse más relajadamente y las mesas para comer. Bien decorado.
El trato del camarero fue muy bueno, fue muy simpático.
Recomendable el risotto y a la espera de ese menú que tenían tan bueno…

Cada vez que me paso por La Gustava me gusta más. Con ese aire a salón del abuelo, los chicos y sobre todo Olga hacen que te sientas como en casa. Es un sitio ideal para tomar una cerveza acompañada de una tapa, que si tienes suerte, será de tortilla, de las mejores de Madrid, aunque todo lo que cocinan está muy bueno.
Aunque también puedes pasar al fondo y pedir mesa para comer en la sala de restaurante y disfrutar con los platos que se ofrecen. Las mini hamburguesas de buey (vaca vieja) están espectaculares y sería un pecado no pedirlas, aunque también la tortilla, las papas con mojo cantidad de cosas. Siempre que voy me enamoro de algo nuevo.
Y lo mejor es que los precios no son de escándalo y compensa mucho la visita. Me gusta que tenga la calidad y el rollo de los locales de la Calle Pez, pero se salga de ese núcleo hipster, aunque sin perder nada del gusto en la cocina.

La verdad que un sitio bastante acogedor, para mi y para mi perra que estuvo pegándose unas carreritas por todo el comedor mendigando comida hasta que la tuve que atar y no por que me lo pidieran, por que «la perra no molesta nada».
Aparte de que la comida estaba exquisita y casera, el trato estaba genial, me cayeron superbien los camareros vamos que salí maravillado del sitio.

Mira, yo solo por las croquetas de chipirones ya me quedo a vivir en este sitio. ¡Qué riquez! Fuimos un grupo de amigos muy grande y pudimos prácticamente probar toda la carta porque las raciones son muy abundantes y todos picamos de los platos de todos. El hummus, las mini hamburguesas (que es lo que pedí yo, una barbaridad de cantidad), el tartare de salmón (la opción más ligera, y estaba MMMMM!), los huevos rotos (también híper abundantes)…
La verdad es que estaba todo muy bueno, preparado con cariño y sin hacernos esperar prácticamente. Si te queda hueco, los postres también están muy buenos y son caseros.
Un sitio muy recomendable para probar comida española imaginativa y con un giro novedoso. Le he quitado una estrella, eso sí, porque el baño es un desastre total.

Me decidí por La Gustava por los comentarios. La verdad que lo primero que sorprende es ser recibido por sus dos perros ;-) A mi me encantan los perros, así que sin problemas, aunque entiendo que puede haber gente que no le gusté tanto… (Para esta gente, añadir ir el local esta superlimpio y ni un solo pelo de perro en el suelo ;-D).
Por lo demás, el local esta dividido en varios ambientes y bien decorado, con música house de fondo el día que fui yo…
El menú del día no es extenso (a elegir dos platos entres seis) pero los productos son de buena calidad. Además de tu bebida, te dejan una jarrita de agua en la mesa sin pedirlo, algo de agradecer también. La relación calidad-​precio del menú muy buena (no llega a 11 €).
Conclusión: sitio para visitar y, si estás por la zona, para tomar un buen menú del día.

Cocina tradicional con un toque especial. El sitio tiene un encanto especial, dog-​friendly, para aquellos que quieran acercarse con su mascota, dividido en zona de comedor, una zona para café. La decoración es curiosa, un poquito trash, pero con criterio y mucho, mucho gusto. El trato cercano y la comida más que correcta. Especialmente recomendable las croquetas, son como para repetir. Volveré, sin duda, a probar los sofás del saloncito con un buen libro.

Un sitio genial! Local muy bien decorado y con diferentes espacios. Una zona de buena zona de barra, un comedor amplio y un salón más pequeño con sofás en el que se te pueden pasar las horas volando.
El menú del día está fenomenal. Muy bien de relación calidad precio. Cocina de mercado muy buena y variada. Y por las tardes tienes carta, pinchos y una tortilla de patatas realmente espectacular. Cuajada en su punto y con muy buen sabor. La sirven con cebolla caramelizada a parte para que te eches la que consideres. Muy recomendable ir a tomarse una buena caña, tienen grifo de Alhambra, y si te ponen la tortilla de tapa con un poco de tomate ya si que has triunfado. El servicio es simplemente genial. Gente muy maja y muy currantes!
Noviembre 2013 El otro día celebramos allí un cóctel con unas 20 personas y sencillamente fue espectacular. Nos dejaron los dos saloncillos del fondo y estuvo genial. Todas las tapas estaban estupendas. Sobre todo las mini hamburguesas, el tartar, los teriyaki… y de postre fruta y brownie. Muy bien atendidos. Así da gusto.

El sitio perfecto para cenar con colegas sin arruinarse. Cocina tradicional con un toque diferente, con muchas propuestas para compartir y un local muy mono. Está todo buenísimo y los camareros, Gustavo, Olga e Inés son HAMOR. También está muy guay para cumpleaños, puedes reservarte una zona y acordar precio para bebidas y comidas. Uno de mis favoritos en Madrid.

Gran sorpresa me llevé, no sólo porque me celebraron una fiesta de cumpleaños allí, sino por lo estupendo que es este lugar escondido en la zona de Noviciado.
Por su entrada parece pequeño pero en su interior esconde varios salones acogedores y con una bonita iluminación en los que cenar tranquilamente o tomarte una caña con los amigos.
Éramos casi 15 personas y, a pesar de la dificultad que este tipo de grupos entraña, las dos personas que nos atendieron nos hicieron sentir como si fuéramos la única mesa del local. Son absolutamente encantadores.
La cocina estupenda, todos coincidimos lo mucho que nos gustaron las croquetas, el hummus, los calamares, la tortilla… ninguna queja al respecto y a precios más que razonables.
Las cañas se acompañan de un pincho.
Además, son perro-​friendly, que es de agradecer.
Un 10 en todos los sentidos y totalmente recomendable para hacer fiestas de cumpleaños sorpresas ;)

Estaba dudando entre las 4 y las 5 estrellas pero oye, hoy estoy muy generoso, y en La Gustava se lo merecen. Lo primero porque han cogido un local que a mí siempre me ha encantado, pero que antes estaba ocupado por otro restaurante que no era precisamente mi favorito. Así que me alegro, que me pilla cerca de casa y me gusta tener este punto de referencia al lado.
Lo segundo porque tienen un menú del dia contundente por 11,50 €. Contundente y rico, que en el fondo es lo importante. El local lo han reformado y lo han retocado un poco (es enorme) y la verdad es que les ha quedado muchísimo.
Además, los camareros son un encanto, tienen sendos perros que son como para comérselos con patatas de lo MONÍSIMOS que son y el ambiente es ultra relajado, de esos de los de «¿qué te apetece tomar hoy?» y de sentirse como en casa.

Menamorau de este sitio así que quiero volver y no solo para comer o cenar sino para sentarme en uno de los rinconcitos que más me gustó del local, súper acogedor, con su ventana abierta que entraba toda la luz y sus sofás y su mesa… He subido una foto muy cuquis para que me creáis :)
El personal súper majete, atento, divertido y siempre sonriendo. ¡Olé!
Me pedí una caña en la barra porque andaba esperando y me pusieron de tapa unas papas con mojo picón y vi el cielo. Estaban de muerte.
En la mesa te ponen tu jarrita de agua y ya ves tú si quieres algo más de beber o no. De verdad me encanta ese detalle.
De primero me tomé una fideuá y aunque soy más fan de la de fideo súper fino estaba muy rica con su ali-​oli suave y yo dándole bien al pan. Todo muy light ;)
De segundo un pollo asado que pensé que me iba a comer a mi. No me hice con él y una de las personas que iba conmigo, Fran, tampoco y ¡oh! nos dijeron que si nos lo queríamos llevar. Nosotros ese día complicado porque después de comer teníamos como tropecientas cosas que hacer y no era plan llevar el pollo a cuestas pero que sepáis que si os sobra comida os la podéis llevar. Esto es un win total.
Me encanta cómo han decorado el local y cómo están divididas las zonas.
Me parece un muy buen sitio por ejemplo para celebrar un cumple o un evento.

Es EL MEJOR SITIO de la zona. Olga o Gustavo son muy majos y te hacen sentir en casa. Y conste que yo no los conocía antes de ir.
El menú es saludable y el aceite y productos que utilizan son de buena calidad.
Es un sitio Dog friendly, hasta el punto de que Óscar anda por ahí con total libertad. A mi me flipa porque es como sentirse en casa unas cuantas veces por semana.
Son lo más y me encantaría que todo el mundo lo probara.

No puedo decir si el local es caro o no, ya que fuimos invitados por una gran amiga (gracias Laura, you are the best) pero me gustaron mucho el ambiente, el trato y la decoración minimalista y acogedora. Probamos unos deliciosos entrantes (humus, patatas con mojo picón, rissotto de setas) y unas riquísimas minihamburguesas muy bien aliñadas. Dado que está muy bien situado espero volver más adelante y estudiarme mejor su carta, que desde luego resultaba muy tentadora.

Olga y Gustavo enganchan más que lo que os podáis imaginar que mas os enganche.
La Gustava rocks the world.
Te ponen una deliciosa tapa con cada bebida, te dan un beso cuando llegas y cuando te vas y entremedias.

Uno de esos sitios que conoces sin querer, y al que regresas queriendo tantas veces como sea posible. Un lugar acogedor, bien situado (Metro noviciado) y de decoración preciosa. La comida, si ser pretenciosa, es de buena calidad, tradicional y las raciones dejan satisfecho a todas las barrigas. El trato de los y las «Gustavas» es excelente, y uno de los motivos por los que desearás regresar. La decoración en un espacio de dos altuas, separa un pequeño rincon del café con el salón comedor, más la barra a modo de bar en la entrada. Un perfecto lugar para probar al medio día ya que tienen un económico menú y de buena calidad, y también para cenas, aunque en este caso es mejor reservar, sobre todo fines de semana.
Mas que recomendable este lugar con encanto y con unos postres esquisitos, todo sea dicho.
Gin Tonics a módicos precios y sobre todo super atentos en el trato.
Son encantadores

This place is AMAZING. While I was studying abroad in Madrid I was lucky enough to have a homestay in this barrio, in walking distance to La Gustava and the best café in Madrid right down the street. The owner of La Gustava, Gustavo, is super friendly and accommodating to vegetarians. The lunch menu was always full of really tempting choices for a fixed price of only like 9.50. I would also stop by late at night if I had reading to do, and would sit in the salon with a coffee and slice of delicious cake. The place has a great ambiance with very tasteful décor. Go try it, you won’t regret it.