Tito

Muy bueno a precio adecuado.
Va a llegar un momento en el que van a cambiarle el nombre a la calle por calle Tito, hoy he visto tres bajos y solo conocía dos (y uno en la paralela)
Situación espectacular. Un poco peligroso cuando sales del gym y te encuentras amigos allí es lo único.
Las bravas están buenísimas.
Una cosa que tiene que no sé si valorar de buena o mala es que hasta que no están todos no te dejan coger la mesa. Pues si llegais todos juntos genial, pero,… cuando hay una persona tardona…
Me hace gracia como esta siempre lleno, a la hora que pases siempre hay gente. Hay veces que he ido y es graciosos como varíà la edad de los comensales. A las 20:00 tienes famiías con niños pequeños cenando dentro y amigotes fuera con la birra.

A medida que abren más locales van perdiendo calidad a marchas forzadas.
Las bravas y la puntilla de hoy saben a quemado cosa fina.
El bocata no está mal, pero no tiene mucho misterio…
Lo mejor, los tanques de cerveza a 1.80
Creo que no vuelvo… sinceramente, espero que no se hagan con todo el barrio :)

Llevo varios años acudiendo mínimo una vez al mes a tapear a Tito con un grupo de amigos, especifico que es el de la calle BUEN ORDEN 5 ya que tienen varios locales la zona.
El local es estéticamente agradable y acogedor tanto si vas solo, en pareja o con un grupo numeroso (hemos hecho cenas de 12 comensales).
La carta de tapas sin ser excesivamente larga está bien surtida y de las muchas que he probado ninguna esta nada mala. Las bravas, las cuales para mi son un indicador con el que clasificar los locales en los que como, son sencillas pero recomendables solo patatas bien hechas, pimentón y «alioli», no llevan ningún tipo de salsa picante. Otra tapa que siempre cae es una de puntilla, muy bien rebozada y frita que con un simple chorro de limón entra de miedo.
Con respecto al servicio siempre me he sentido a gusto, y mira que mi pandilla somos escandalosos, y los camareros siempre han estado simpáticos y cordiales.
Tito no es de lo más barato que conozco pero para zona que está, Juan Llorens, y para la calidad es un local bastante recomendable, y la prueba es que es ya un hábito acudir allí.

Es un bar de barrio venido a más.
La zona de abastos es famosa por estar llena de bares de tapas tradicionales y cervecerias. Sin salirse de esta tradición, el Tito ha ido colonizando uno tras otro numerosos bares también de tapas pero con menos «suerte». Ahora mismo creo que el Tito tiene 4 locales con su nombre uno a lado de otro.
Las tapas y los bocadillos son sota caballo y rey… pero la calidad y el precio son buenos. Y debe ser que el barrio de abastos es más que amante de la tradicinal fritanga de calidad, porque si vas fin de semana está lleno.
El servicio es correcto, depende de quien te atienda tendrás más sonrisas o menos… como en todo…
La terraza con buen tiempo está muy solicitada para la hora del aperitivo, ya que da el sol y la calle es tranquila. Una pega, el olor a alcantarilla en ocasiones… pero es algo inevitable en una ciudad en la que no llueve casi nunca, no es cosa del Tito.
Para tapas y bocatas tradicionales con buena calidad/​precio, recomendado, no esperar alta cocina.

Sigo siendo fiel cliente, cuando dicen de cenar bueno, bonito y barato pienso en Tito de hecho han tenido que ampliar hace un tiempo en la zona sus servicios con más restaurantes/​bar. El personal atento y muy amable. Todo el servicio muy rápido. Las bravas muy buenas los bocatas son enormes y están buenísimos. Eso sí, quien este a dieta que no vaya porque es un no parar…
Y no no soy amigo de ningún trabajador ni de gerencia, soy un cliente satisfecho.

Llegamos ansiosos por probar uno de sus platos estrella, las bravas. Se trata de un bar de tapas acogedor y bien situado que tiene tradición en la barriada. Pues bien, el servicio fue lo que suelo llamar neutro, ni excesivamente amables ni antipáticos. Nos pusimos en la terraza porque éramos 17 personas y nos agenciamos una de esas estufitas de invierno tan gustosas a la par que contaminantes y que estoy segura, si te descuidas, te intoxican de gas butano. Sin embargo, calentaba que daba gusto y yo ingería monóxido de carbono con agrado enre patata y patata.
Las bravas llegaron rápido, ellas estaban bien peladas, recién hechas y en su punto de sal, pero lo que no me acabó de convencer fue el pegotón de ajoaceite o alioli (curioso que en Valencia se diga más ajoaceite y en el resto de España alioli), era demasiado para mi gusto. En cuanto al resto de la carta no probamos nada, pero tiene una pinta fantástica y desde luego los precios acompañan así que al Tito ¡se vuelve!

Como todos los bares de este sr. Tenemos el problema, calidad media baja y politica jaxia la clientela mala de verdad, si no estan todos lo comensales sentados no te sirven y no te dejan sentarte dependiendo de lo que se prevea esa noche, dos veces hemos ido la pandilla a cenar y estupidos por repetir
Bocadillos muy buenos, precio bien, servicio, mejor no comentamos.

Tercera parada de la primera ruta de bravas. En este caso he de decir que las bravas fueron de las que menos me gustaron de la ruta, aunque eso es como decir que eres de los que peores juegan al baloncesto en la NBA. El bar está bastante bien, es muy acogedor y el precio no se va de madres. Tienen una terraza muy amplia con estufas en invierno. El servicio fue regular. No es que tuviera mucho contacto con las chicas, pero se nota la actitud en cuanto las pones a prueba llevando un grupo de 17 personas que solamente vienen a comer bravas. En definitiva, no está mal.

La otra noche nos pilló el hambre por Abastos, compuestos y sin plan, así que entramos en el primer rótulo que vimos en la lejanía y no prometía comida turca. Nos apetecía bocadillear.
Recordaba este local como un bar un poco de mala muerte, ‘El oasis’ creo recordar, donde nos gustaba de jóvenos entrar a hacernos chupitos baratos si estábamos de farra por la zona; ahora, totalmente reformado, se les ha quedado un sitio de lo más apañao.
La carta está muy bien y el camarero, muy majo, nos invitó a consultarla disfrutando de la oferta que tenían en tanques de cerveza: Estrella Damm bien fresquita por 1’80. Correcto.
Decidimos pedir bocatas y algunas tapas para compartir. Bueno, señores, ¡qué bravas! Nada de tomate frito, bien de pimentón. Estaban tan ricas que hicimos prácticamente caso omiso a la otra tapa que habíamos pedido y le dijimos al chico que nos trajera otra de bravas.
En cuanto a los bocadillos, eran sencillos pero bien puestos (y todos en torno a los 4 €). Los clásicos obligatorios más alguna que otra sorpresilla finolis (pechuga al roquefort con nueces) y luego ya directamente barbaridades irresistibles como pinchos morunos con bravas y ajoaceite. Olé.

Con ese nombre ya se sobreentiende qué clase de bar es este, ¿no? Un bar de tapeo, de tomar cervezas o copas de vino, de platos abundantes y empanados con aceite refrito, de bocadillos tipo brascada o chivito… vamos, un bar como los hay a miles por Valencia con ese aire de barrio y una terraza más que agradable. ¡Me encanta!
Hace unas semanas disfruté junto con una amiga de uno de los últimos días de sol en las mesas que tienen fuera. No sé si era porque el día estaba soleado a pesar de ser noviembre o porque era su carácter pero la camarera nos pareció majísima, y mira que le mareamos cambiándole platos a última hora (pensamos que pincho de tortilla y bravas era demasiada patata en una sola comida) y haciéndole quitar ingredientes de los bocadillos (no me gusta el baicon!!).
Nos pedimos unas claras para beber. Proporción ideal de cerveza y Fanta de limón. Entraba tan bien que cuando nos levantamos nos dimos cuenta de que andábamos algo mareadas.
El precio, lo mejor, veintipocos euros. Por una comida buena, un trato amabilísimo y una terraza bajo el sol.

Muchos domingos recibo la llamada de una amiga, que, cansada como yo de estar en casa, me dice de ir a tomar algo, en plan tapeo a media tarde, casi de noche, para charlar un rato tranquilamente y así cenar, que los domingos no apetece nada hacer cenas. ¿Verdad?
Y yo siempre le digo el mismo sitio; Cervecería Tito. Situada enfrente del mercado de Abastos, resulta el lugar idóneo para tomarse unas tapas muy bien hechas y una cerveza bien tirada.
Cervecería Tito, resulta el bar de tapas de barrio de toda la vida, mesas sin mantel, cartas plastificadas… Un bar anticrisis en toda regla, puesto que normalmente si vamos a tomar algo, con tres o cuatro tapas para las dos, y dos cervezas te quedas más que satisfecha con un precio medio de 15 – 17 €.
Me encantan de este sitio tanto las típicas bravas, como las gambas al ajillo y mención especial a la ensaladilla rusa, está muy bien hecha.
En verano nos gusta sentarnos en su terraza, que al hacer el bar chaflán permite una brisa fresca y un ambiente muy tranquilo, para acabar la semana y comenzar la siguiente.

El Tito es mi bar por excelencia para quedar con mis amigas y ponernos al día entre semana. Tiene una terraza con sombrillas, que vienen muy bien tanto como para cuando hace sol, como para cuando llueve, ya que somos fumadoras y amantes de las terrazas, no solemos entrar en el local muy a menudo.
Para almorzar, tienen un menú que por 4 euros tienes medio bocata, bebida, frutos secos y café. Para comer y cenar, es el típico bar de tapas y bocatas, está todo muy bueno, aunque quizás las bravas están un poco aceitosas, pero la puntilla está genial, y el bocata de brascada está muy muy bueno. De postre recomiendo la tarta de chocolate y galletas, es de las mejores que he probado. Siempre quiero pedirla así sin cenar para por la tarde, pero me da palo por si me miran raro por gordi…
Yo suelo ir al Tito por las tardes, nos sentamos y nos pedimos una Cocacola, un punto a favor es que son de las de 33cl de botella de vidrio, el precio es el mismo que en otros bares y es más grande y se nota. Además, es de los pocos bares valencianos que SIEMPRE te sacan algo para picar: un platito de cacaos, de altramuces, de olivas… aquí que no está muy arraigada la cultura del quinto y tapa, se agradece y mucho.
Si sois un grupo y os apetece hacer una cena organizada, tienen un menú que por 15 euros por persona tenéis tapas variadas, un bocata cada uno, postre y barra libre de cerveza, sangría y refrescos. Para un cumpleaños o celebraciones así está genial.
Es un bar al que puedes ir a cualquier hora del día a disfrutar de unas cañas y una tapita. No dejéis de probar el vino blanco que sirven para copas, no he preguntado aún cuál es pero te da una tontería muy curiosa…