Rausell

Pide las patatas bravas. No, en serio, pídelas y ya luego decide si comes menú, de la carta o lo que sea, si no lo haces vas a perderte unas de las mejores patatas bravas que podrás comer en Valencia.
Dicho lo cual, Rausell es un sitio con cierto nivel, no por ello caro (con menos de 30 € comimos dos personas) pero la clientela, al menos cuando estuve allí, eran gente más bien mayor, con sus trajes y sus negocios que hacer. Tal vez sea el público habitual entre semana y durante el fin de semana sea todo más heterogéneo, eso también es verdad. La verdad es que la decoración y estilo del sitio va a la par, sin ser grande ni espacioso la decoración es moderna y con mucho estilo: maderas, vidrios y ese toque de diseño sobrio le dan un plus de calidad que completan con unos platos muy ricos. Ojo, es importante reservar, nosotros no lo hicimos y nos tocó comer en la barra pero la atención fue perfecta.
Ojo, no confundir esa sobriedad, casi pijerío, con platos de un mordisco y mil adornos. Yo pedí arroz con pollo y luego pollo asado (si, todo pollo) y además de ponerte una ración generosa, se nota que sirven decenas de platos porque parecía que aquello lo había cocinado mi abuela. Muy pero que muy bueno.
Un punto que yo veo a favor es que Rausell tiene un restaurante pero también una zona (separada) donde puedes comprar comida para llevar. A mi me pilla un poco lejos del trabajo pero lo tendré en cuenta porque si sigue la misma política de calidad/​precio la cosa puede ser un triunfo total en esos sábados en los que no quieres ponerte a los fogones.

Me sorprendió gratamente, tanto el servicio como las tapas estaban todas impresionantes, la carne espectacular sitio para llevar a tu mujer o novia el ambiente cuidado y selecto

Llegamos a Rausell siguiendo la ruta de los 21 imprescindibles de Valencia. Nos encontramos con un restaurante muy moderno y elegante.
Entras y tienes una exposición del marisco disponible y detrás la plancha (tipo wok)
En las reseñas hablaban de sus gambas de cullera y aparecía una bandeja con aproximadamente 12 gambas. Cual fue nuestra sorpresa que al llegar allí y preguntar por sus famosas gambas costaban 16 € 100gr, preguntamos cuantas nos entraban y nos dijeron que 2 gambas
Vamos… Caro muy caro!!!
Decidimos dejar gambas a parte, pedimos: bravas, una ensalada, una tapa de cigalas al ajillo y una botella de agua=40 €
No me parece mal que un sitio sea caro (como es el caso) ya que el marisco por todos es sabido que se paga!!! Lo que me ha parecido fatal es que en la carta te ponen precios por gramos! Con lo cual, nunca sabes lo q te podrá costar algo antes de pedirlo. Por ejemplo: las cigalas al ajillo ponía 9 €, pensábamos q seria una tapa por ese precio, pero el precio final por 5 cigalas al ajillo ha sido de 14 €.
El marisco tampoco es que sea nada del otro mundo. Bueno, si, pero no impresionante.

Las bravas hacen honor a su fama. Sustanciosas y peculiares. Merece la pena acercarse a probarlas

Famoso por sus pollos asados, buen sitio para comer o trapear. Todo muy bueno, no es barato pero las comidas para llevar están muy ricas, también su morro y bravas.

Esta bueno pero es caro para las cantidades que sirven y se forman colas exageradas, sobre todo en dias festivos

Local de comidas preparadas espectacular con gran variedad. A destacar el pollo asado (el mejor de Valencia), las patatas bravas, el morro, las tartas… está todo muy rico!!!
Restaurante con menú diario y amplia carta. Buena bodega. Servicio de barra. Imprescindible reservar con antelación.
Personal muy profesional y amable. Trato exquisito.

Lo mejor de Valencia.
Cortezas de morro caseras de picoteo a mediodía espectaculares.
Genial servicio
Imprescindible reserva

Fui a comer por los comentarios que leí aquí. La verdad, es que las bravas me encantaron! Buenísimas, nunca las había probado tan buenas. Decidimos pedir más tapeo, y, bueno, nada del otro mundo, en cualquier sitio lo encuentras igual de bueno y más barato. Peroooo… Si os decantáis por un arroz o una fideua, nos os arrepentiréis!!! Eso si, la calidad se paga, jejeje! Si queréis ir el fin de semana, y no queréis esperar un rato (largo, a no ser que tengáis suerte.) tenéis que reservar, se suele llenar… Si sólo queréis tomar una tapita y un vino (que por cierto tiene vinos muy buenos) os podréis acomodar en la barra, aún así las dos veces que he ido estaba lleno. Aún que no sea barato, tenéis que ir aunque sea a probar las bravas! No os arrepentiréis! Yo, volveré! Jejejejej

Taberna ilustrada con propuestas de mercado muy serias. La barra (por desgracia muy corta y siempre atestada) francamente mejor que las mesas. Todo rico a pesar de lo molestos que son los clientes habituales de estos sitios: constructores quebrados, puteros barrigones y brinconas de rolex, rayos uva y tetas neumáticas. Aún así, acudiendo con unos auriculares o en buena compañía es un acierto seguro.

Siempre tuve entendido que era el mejor sitio de comidas para llevar de valencia (o de esa zona) y francamente creo qe lo es, aunque tampoco suelo ser muy asiduo de este tipo de locales, tiene todo muy buena pinta, hay bastante variedad y unos precios adecuados.
Quiza lo malo es la zona sobretodo para aparcar si vas en coche

Llegamos ya después de haber probado bravas en tres sitios diferentes y aunque no me apetecían demasiado… no me pude resistir a sus encantos. Estaban buenísimas, las mejores aunque por poco, he de decir. El lugar parece lo que luego no es, porque cuando entramos nos pareció demasiado puesto, con camareros un pelín estirados, mesas muy arregladitas con mantel y gente apañada como comensales.
Vamos, que no es un bareto de barrio al que ir a tomar cañas y tapas, es un restaurante moderno y un pelín frío, pero decorado con gusto, y que merece una visita para probar el resto de platos que lucían en las mesas y en la barra. Al lado del restaurante hay una casa de comidas para llevar del mismo local, así que dos por uno, te puedes quedar y pagar un poco más o llevártelo puesto y disfrutar por menos en casa frente a tu serie favorita o charlando con amigos, otro punto a su favor.
Estuvimos un rato esperando, ya que éramos unos cuantos y nos amontonamos en la zona de la barra sin saber si nos iban a dar mesa o poner las bravas en la barra (pero es que estaba llenita). Al final nos pusieron las bravas en dos mesas de la entrada y nos las comimos de pie, pero muy a gusto. La textura, punto de sal y fritura perfectas, además del el alioli, el pimentón y el toque bravo que les hace falta para disfrutarlas; eso sí, picaban un pelín y luego yo sé de una que tuvo una acidez al día siguiente por arriba y por abajo… que escoció lo suyo.
No fueron ellas solas las culpables, sino las compis bravas que ya llevaba en el cuerpo cuando llegamos al Rausell, pero valió la pena por la diversión y la compañía. Tampoco resultaron baratas, creo que eran 5 euros la ración, pero era abundante y llenaban. Ahora quiero volver al Rausell a probar todo lo demás de la carta, de bravas voy servida para una buena temporada.

Qué bueno está todo en este restaurante. Para ir mínimo una vez al año. No es barato, pero tampoco excesivamente caro.
Para darse un homenaje, como diría mi amiga Amparo, de vez en cuando.

Rausell fue el cuarto destino de la primera ruta de bravas de Valencia, el Bravatón. Sin miedo a equivocarme con respecto a la ruta, fueron las mejores bravas de la noche y, muy posiblemente, las mejores bravas de Valencia. Hacía tiempo (creo que toda mi vida) que no me comía unas bravas como las del Rausell.
Una vez dicho esto, os voy a describir un poco la situación. Se conoce que ha sido un sitio de comidas para llevar de toda la vida, con tanto éxito que montaron un restaurante alrededor. Es un restaurante modernete y si no vas con reserva, parece que es difícil coger mesa. Cuando se enteraron de que eramos unos 17 para simplemente comer bravas, las caras fueron un poco escépticas entre el personal del local, pero en seguida nos acomodaron como pudieron y la verdad es que quedamos muy satisfechos. Nuestras caras también eran un poco escépticas al entrar, e incluso estuvimos a punto de irnos a otro sitio más «de bravas» pero hicimos muy bien en probar el Rausell. Increíbles bravas, con salsa brava como debe ser. Puedes ver nuestras fotos, no engañan.
Si algún dia tengo que quedar muy bien, seguro que vuelvo al Rausell a comer en condiciones. Y por supuesto, caerán unas bravas. El precio es elevado, pero bien vale la pena una buena comida al año.

Para mí este local era completamente desconocido. Ni siquiera había oído o leído comentarios sobre él. De hecho, pensaba que era un bar de tapas de barrio, de esos chapados con azulejos de otro tiempo o con pintura color ocre, en origen blanca, fruto de todos aquellos años en los que se permitía fumar en el interior. Pero me equivocaba!!!
Al llegar a la puerta me di cuenta que el Rausell es un restaurante con una decoración y un mobiliario moderno, de aspecto muy limpio y aparentemente adecuado para cenas en pareja o comidas de trabajo, poco multitudinarias, eso sí.
Los compañeros, que sí conocían el sitio, me contaron que en origen se trataba de un local de comidas para llevar. Hoy, esa oferta sigue estando y, aunque ya era tarde y ese servicio ya había finalizado, he de decir que la imagen que transmitía era de gran limpieza y de calidad del producto, compartido con el resto del local, por lo que me ha picado la curiosidad.
Nuestra consumición se limitó a unas cervezas y unas bravas, por cuanto el Rausell fue la cuarta y última parada del #bravaton, y aunque nos surgió alguna duda de si acabaríamos siendo bien atendidos por tal circunstancia, he de decir que la experiencia fue finalmente magnífica.
Las bravas del Rausell son de nota, con una salsa rojiza que envuelve a la patata, de magnífico corte, tamaño y textura, y un buen allioli. Para mi gusto, las ganadoras de la noche, y así lo hicimos saber en cocina. Al parecer, no fuimos los únicos que valoramos adecuadamente las bravas. Es, según nos comentaron, la tónica general.
En cuanto al precio, no me resultó excesivamente caro para el lugar, cantidad y calidad del producto. 6 € la ración de bravas. No está tirado, en la línea de las otras opciones de la carta, pero vale la pena acercarse para darse algún capricho de vez en cuando!!!

Este es el restaurante «estrella» de mi familia siempre que hay algun tipo de acontecimiento o celebracion y no queremos coger coche o arriesgarnos a que salga algo mal, ya que el Rausell nos pilla suuuper cerquita de casa de mis padres y sabemos que siempre es un acierto ir alli a comer.
Aunque el precio no es como para estar comiendo alli todos los dias, la calidad es estupena (lo bueno esq en las celebraciones familiares suelo ir patrocinada…;)). Tanto los entrantes como los primeros y segundos tienen un sabor increible y muy bien presentados.
Yo la mayoria de las veces que voy, me pido unas chuletitas de lechal rebozadas acompañadas con unas patatitas a lo pobre y pimientos de padron… se me hace la boca agua solo de pensarlo!
Ademas de poder quedarte alli a comer, tienes la otro opcion estupenda, que es pedir la comida para llevar. Alli TODO esta bueniiiisimo y recien hecho, cualquier tipo de arroz les sale en su punto, ademas de tener una gran variedad de comidas de otro tipo.
Siempre hay gente para pedir comida, pero los trabajadores son muy rapidos y si te toca esperar un poquito, es por que tiene tan buena fama y esta tood tan bueno, que los fines de semana se llena de gente para llevarse la comidita a casa.
Disfrutad!

La mejor barra de Valencia con la mejor relación calidad-​precio.
El mejor sitios del local es la barra. Ahí disfrutas del buen rollo del personal y ves cómo van haciendo la comida.
Su producto es de la mejorísima calidad y a precios que yo no sé de dónde los sacan, porque son bastante asequibles.
Hay que probar: las patatas bravas, la gamba roja de Dénia y u n montadito con sardina ahumada y cbeolla caramelizada.

Todos los viernes del mundo hago parada obligatoria para pedir la comida en Rausell.
Siempre que pasaba por la puerta, me llamaba la atención que a la hora de la comida estaba a rebosar, así que un mediodía que andaba yo muerta de hambre y no tenía de ná en la nevera… así que aprovechando el semáforo, paré de cualquier manera (no haced esto en casa chicos!) y entré.
Me quedé alucinada por la variedad de comida que había preparada. Además de las consabidas paellas, arroces al horno y pollos asados, un montón de tapas habían en las grandes, no, enormes vitrinas expositoras… croquetas de 6 ó 7 tipos; de merluza, de setas, de ibérico, de bacalao… (me chiflan). Berenjenas rellenas, bravas, morro frito, (qué hay que ver lo bueno que está cuando te lo tomas en tu casa con una cervecita bien fría y pantuflas)…
Otra vitrina con postres caseros todos. espectacular su tarta de queso. Sin palabras me quedo.
Cuatro o cinco enormes paellas están detrás de la barra de todo tipo de arroces, paellas, arroz negro, a banda (su especialidad sin parangón), fieuà… La cocina trabaja sin descanso surtiendo de ellas en las horas pricipales de comidas.
La atención de las chicas siempre es supercorrecta, todo está muy limpio y hay mucha higiene a la hora de servir las raciones.
Justo anexo a la servidumbre de comida, está situado su restaurante, con lo cual puedes comer todo lo que venden en la tienda tranquilamente sentada en una de sus amplias mesas. El servicio es excepcional.

Rausell es uno de los primeros negocios que se especializó en las, ahora tan frecuentes, comidas para llevar. Más de 60 años en la restauració avalan a este negocio. Siempre lleno en su restaurante, siempre con colas en la zona de comidas para llevar.
De pequeño deseaba que fuera domingo para encargar la paella allí e irme con mi padre a comer unas patatas bravas de Rausell. SInceramente, unas de las mejores de Valencia. Lo saben, por eso están más caras que en cualquier otro local. Patatones grandes bañados en pimentón y all-​i-​oli.
Las paellas son, francamente buenas. Una amplia selección de arroces, previo encargo, que salvan más de un domingo. Por experiencia te diré que a los guiris les encanta. Cuando he tenido visita en casa y he querido quedar bien, he encargado mi paella en Rausell. No falla, nos chupamos los dedos.

El Rausell es un restaurante especializado en comida española como arroces, carnes, pescados, mariscos y tapas, y además, uno de los lugares de comida para llevar de más calidad de la zona.
Para ir a cenar o a comer, el precio se sube un poco comparado con otros restaurantes, pero es que la calidad de los productos y la del servicio es muy buena, y lo bueno, salvo en contadas ocasiones, se paga. Es un restaurante que nunca falla, pidas lo que pidas, aunque son famosas sus bravas, consideradas las mejores de Valencia (la verdad es que están buenísimas). Yo recomiendo pedir una fideuá para compartir, buenísima, de las mejores que he probado (quitando la de mi madre, por supuesto!).
Además, tienen una zona de comidas para llevar, donde puedes comprar sus famosas bravas, raciones de lasaña, de arroces, de calamares… para llevártelo a casa y disfrutar de una comida de calidad sin tener que encender el fogón. Eso sí, si pretendéis ir un domingo intentad no ir en coche, pues se monta bastante follón. ¡A disfrutar!