Siete Nudos

Años parando por esta local. Ambiente yranquilo buena música y Adolfo encantador. para tomar algo tranquilo (si no hay fútbol)

Regentado por el Sr. Adolfo!
El interior es completamente como si te encontrases en un barco de madera.
Mi consejo es que pidas la cerveza con el vaso frío.

Fútbol y bares es casi siempre un buen maridaje. Pero si además te gusta disponer de una gran variedad de cervezas nacionales y de importación para ir celebrando los goles de tu equipo, una buena opción es la cervecería ‘Siete Nudos’. Tiene dos buenas pantallas para la total comodidad de sus clientes futboleros. Adolfo, un argentino apasionado del mar, ha traído a tierras valencianas su velero y lo ha reconvertido en esta peculiar cervecería.
Sí, es posible subir a bordo a pocos metros de la plaza de España y sentirte como un capitán de barco entre sus velas.

La cita los viernes por la tarde para confeccionar la quiniela de la correspondiente jornada futbolística, es, sin duda, en el Siete nudos; luego ya se apañará Chuso para «tirarla» en la administración de loterías correspondiente… Ya sea en el interior o en su terraza, dejarte caer por este bar siempre es agradable. Además, si llegas el primero, su dueño, Adolfo, te ofrecerá una buena conversación, ámbito en el que los argentinos se mueven tan bien como lo hacía «Matador» Kempes en el área rival.
De decoración marinera y amplia carta cervecera, es un rincón magnífico para destapar la botella del fin de semana. Recuerdo, con sonrisa comprensiva, ese cartel que advierte a los incautos jóvenes descarados y descuidados sobre la prohibición de fumar en el local otra cosa que no sea tabaco. Imprescindible.

¡Arrrrr… diría, sin duda el viejo capitán de los Simpson al visitar este lugar, pues es un sito marinero de verdad… Aunque no deja de ser un bar de barrio…
Ya desde fuera, su buena decoración con arcos y maderas blancas le dan ese aire marinero tan fresco…
La terraza suele estar llena de gente, sobre todo jóvenes tomándose su cervecita y fumando… Peor no deja de ser una terraza normalita, lo original esta dentro…
Como si de un barco pesquero se tratase, a la derecha, nada mas entrar, ves las mesas, implementadas en la decoración, junto a los bancos que están pegados a ellas… eso te hace pensar en los barcos antiguos y los marineros comiendo bacalao en ellas…
Luego, la barra a la izquierda, super recargada de bebidas, baratijas y utensilios varios, está muy bien incorporada a la decoración general… pero es al fondo donde está lo mas llamativo, la típica rueda salvavidas, blanca y rayas rojas… y alrededor de ella, varias fotos de navíos y nudos marineros… Muy original…
El menú, como cabria esperar es especializado en pescado… pero no deja de tener los típicos platos que se encuentran en otros sitios… Bastante bueno todo en general, pero sin pasarse… Quizás lo que mas me gustó del local sea el ambiente, realmente te sientes en el mar… mejor aún si pillas un día de lluvia fuerte y decides entrar… hasta el dueño tiene pinta de capitán…Solo le falta el parche…¡Arrrr!

Cuando hay alguna cosa «importante» de esas que al final no son tanto, pero que congregan un buen número de gente frente a la caja boba esa llamada televisión…éste es mi bar!
La razón…Adolfo, el propietario, tiene buena conversa, es simpático, puedes ir conversando con él mientras te tomas una cerveza, un café o lo que surja y además tienen Grimbergen…
Necesitas algo más en un barcito del barrio… el qué??? Terraza… pos también tiene!