Kalixto

El pasado 20-​11-​2015 tenía reserva para cenar con un cupon de Wonderbox. Cuando llegue me dijeron que el cupón no era válido, pero que ya que tenía reserva, podía sentarme igualmente a cenar pagando la cena, cosa que rechace.
Posteriormente pusieron mi cupón como usado. Eso en español tiene un nombre. Por suerte Wonderbox es una empresa seria y pude demostrarles que fuí y no me atendieron y cancelaron su consumición. CUIDADITO CON ESTE LOCAL, sus dueños tienen la ética que se ve.

Nos hemos sentado para tomar algo y después de 15 minutos nos hemos ido porque no nos han atendido.
5 minutos para sentarnos y 15 de espera.
Y pintaba bien! Que pena!

Taberna de tapas muy barato. No esperes muchos lujos. Los embutidos estaban muy ricos, el queso frito, la carne y las patatas bravas con queso y bravas no estaban mal por el precio que teníamos cerrado, pero los Huevos rotos los encontré un poco aceitosos y postre no me acabó del todo, pero por 12 € más iva y encima con barra libre que más se puede pedir. Atención del personal genial! Volver pues claro que sí! !! Si quieres cenar sin gastarte mucho este tu sitio. Local cuidado y muy aseado.

Es un buen sitio para tomarte unas tapitas. Los huevos estrellados con foie estan estupendos. Los precios son muy aceptables y las raciones son suficientes.
No es nada del otro mundo, pero en relación calidad-​precio está muy bien.

Pues la verdad no me gusto nada, ni el trato, ni la cena, en principio fuimos con unos cupones que me regalaron, y vaya estafa, primero no lo querían coger, según ellos ya no aceptaban más, siendo el último día y estando vacío el negocio, bueno, lo cogieron por nuestra desgracia, luego decidimos cenar y dejan mucho que desear y muy caro para lo que sirven, en fin no volveré.

Esta taberna de la calle Calixto III es el típico sitio para un tapeo sin pretensiones, muy barato y con amigos. No soy nada fan de los menús de cupón, pero fuimos 9 personas con una oferta de Internet que era realmente tirada de precio: 8 euros por cabeza un menú de noche con postre y todo, increíble. Claro, no esperes la «nouvelle cuisine», aunque hubo platos que no estuvieron nada mal y es que no sé si lo habéis leído bien ¡ERAN 8 EUROS LA CENA!
Todo eran platos al centro para compartir y lo primero que sacaron fue embutido. El queso estaba bastante bueno y un detalle por su parte que pusieran pan con tomatito para acompañar. Después, sacaron patatas con mayonesa y salmón, una mezcla rarísima que no me gustó en absoluto, la verdad. Los huevos estrellados con foie estaban excesivamente aceitosos y el foie era, en fin, algo parecido en textura pero no en sabor ¿qué queremos por 8 euros? Sigo, un plato de carrillada con verduras, muy buena la carne, lo que más me gustó de la cena. Otro plato de solomillo de cerdo, un poco seco pero que no estaba mal tampoco, y un pastel de pescado que mejor no saber qué pescado era, porque más bien parecía un flan de muchos seres del mar indescriptibles. No sabía demasiado y la textura era muy rara, para mí lo peor de la noche.
En cuanto al postre, nos sacaron un trozo de tarta compradilla y semicongelada. El trato me gustó, fueron rápidos y la mujer estaba todo el rato preguntando si faltaba pan (y eso que no lo cobraban aparte como pasa en mil sitios) así que, por lo que pagamos (que con bebida ascendió a 12 euros, claro las jarras de birra iban que volaban) me parece que está más que bien.
Supongo que la experiencia fuera del mundo de los cupones será mucho mejor, porque en la carta vi tapas apetecibles y mucho más elaboradas. Es un lugar de esos de toda la vida, que se llenan los findes, ruidosos y folloneros, pero la experiencia general fue positiva, desde luego vuelvo.

Local grande y aseado de decoración un tanto peculiar –paredes amarillas, columnas pintadas de rojo, suelo con azulejo blanco– con una oferta amplia y muy solvente de gran cantidad de platos: tapas, arroces y hasta cocina con toques vascos, de ahí, supongo, la letra k con la que empieza su nombre.
El servicio es muy profesional y aunque no es de los restaurantes baratos de la zona, es un sitio más que aconsejable para comer o cenar en un sitio amplio, con cocina buena y variada y una relación calidad precio muy correcta.

Buen sitio para cenar, precio razonable, buena calidad y servicio correctísimo. Con lo fácil que parece no es tan usual encontrar en Valencia lugares que cumplan las tres premisas fundamentales para tener éxito con un restaurante. Lo más importante es que es una taberna española con lo que la comida será a base de platos patrios. La carta es muy extensa pero si no te apetece pensar mucho tienen unos menús degustación que no están nada mal. Es un lugar muy concurrido a la hora de comer, puesto que su menú del día es de los mejores de la zona. Hace tiempo que no lo pido pero antes tenían un vino de la casa embotellado con la marca del restaurante que estaba muy bueno. Si vas, pregunta porque por poco dinero ofrecen un vino de calidad. Aceptan cheque gourmet.

La taberna, ubicada en la zona de Juan Llorens, donde se puede degustar tapas tradicionales de muy buena calidad y probar buenos caldos, todos a un precio medio de 20.
El local se puede describir como clásico teniendo en cuenta las mesas de madera y los acabados en piedra, todo acompañado de mantelería y copas altas.
En lo referente al servicio, es bueno. ¿Lo mejor? Saben coordinar los tiempos de los entrantes para que la comida no pierda su temperatura exacta.
Uno de los inconvenientes, porque no hay nadie perfecto en este mundo, es que la vajilla estaba un poco rallada; salvando esta pequeña pega, es un sitio agradable para degustar una buena cena bien acompañado.