Durante muchos años la visita al bar La Universidad fueron casi obligadas, y no por tenerlo cerca de la facultad, creo nunca pasé entre semana, si no porque está en una de las zonas que más frecuentábamos entonces, la zona de Woody. Hoy no tiene nada que ver con lo que era entonces, eso lo que tiene el zas! desaparezco. Me imagino que Emilio, su dueño sobrevive con los universitarios o aquellos que aún se dejen caer por alguno de los pocos locales que quedan. El citado Emilio era muy conocido por parte de nuestro grupo así que allá nos encaminábamos en todas las cenas de grupo y demás celebraciones. Además de conocerlo, es que sus tapas y bocadillos eran de lo mejorcito de la zona y por lo que sé siguen siéndolo. Es un bar típico, de siempre, en el que cenas a gusto, con un trato de confianza y precios populares. Un bar que forma parte de la memoria colectiva con recuerdos siempre positivos, bueno, excepto cuando el Valencia perdió la final de la Champions contra el Bayer, que bajón.
Rodrigo M.
Classificação do local: 4 Valencia
El servicio de este establecimiento se halla inteligentemente sujeto a su emplazamiento, que se resume en su misma denominación. Se encuentra en una calle perpendicular a Blasco Ibáñez, en lo que representa el corazón de la vida universitaria de la ciudad. Su oferta se ajusta por completo a los estudiantes y demás miembros de la Universidad de Valencia que habitan la zona de alrededor cotidianamente. A diferencia de otros locales que no han triunfado, este bar sabe conservar a pesar del precio escaso un nivel excelente de artesanía y elaboración casera. Los menús del día rondan los 7 euros e incluyen platos bastante sabrosos de pasta, guisados, arroces, carnes o pescados, más aparte el pan, la bebida y el postre. No obstante, debo destacar este sitio como escenario de obligada celebración de cenas al menos un par de jueves por cuatrimestre. Las tapas y los bocadillos con que nos han obsequiado aquí son de los que más me han agradado en esas noches previas al viernes donde que concentran la verdadera fiesta universitaria. Por 12 euros, difícilmente se puede dar con un restaurante en el que el paladar sea tan gratamente satisfecho, cerveza y sangría incluidas.