El local está situado en plena zona universitaria rodeado de locales que le dan mucha vida y aumentan el transito, sobre todo de gente joven. En el bar Sento II celebré muchas cenas de clase cuando iba a la universidad, aunque el establecimiento era pequeño, Tina, la camarera, siempre nos hacía un hueco. Hubo veces que eramos tantos que solo estábamos nosotros en el bar. En el bar no había carta, ella te iba sacando un montón de comida que decía que la había preparado ella y la verdad es que no estaba mal. El menú era variado desde las típica tapa de bravas hasta panes enteros partidas por la mitad con beicon, queso, jamón… y si el grupo se quedaba con hambre, Tina en un momento te preparaba otro bagette. La bebida era prácticamente barra libre de cerveza y sangría, pero ojo con la sangría! Tina advertía que era peligrosa, que la hacia ella y le daba un toque especial, y la verdad es que era potente. Tenía un sabor muy dulzón al principio y no te enterabas mientras ibas bebiendo, pero cuando te levantabas al baño, ya sabías que tenias que dejar de beber. Después de beber, comer, cafés… le pedías la cuenta a Tina y ella miraba quieta la mesa desde lejos mientras hacia la cuenta de la vieja y decía «Once euros». El precio variaba de diez a doce euros, comieras lo que comieras y bebieras lo que bebieras. En fin es el típico bar no tendría nada de especial sino fuera por Tina.
Cynthia R.
Classificação do local: 4 Valencia
Esta señora me ha visto crecer, sin lugar a dudas. Empezamos a ir cuando iba al instituto y aún estaba de moda salir por la zona Woody al Printemps y a La Piedra de al Lado(años ha), y nos tomábamos unos cubatillas con ella. Al lado estaba el Dick Tracy, que era el típico sitio de cubateo barato y chupitos y estaba petado de gente, pero a nosotros nos gustaba el Casa Sento, ya que mientras nos tomábamos algo nos pegábamos unas risas con Tina, la dueña y espíritu del bar, la cual es una señora dulce y muy simpática que siempre tiene una palabra amable. Incluso un día cerró el bar y nos quedamos con ella de fiesta dentro, toda una experiencia. Después de esa época empezamos a ir para celebrar los cumpleaños allí. A ver, el bar es cutre, tanto por fuera como por dentro es el típico bar de barrio que no tiene nada de especial, pero nos caía muy bien la señora, y además, no se cenaba nada mal. Le avisas de cuántos sois y os va sacando tapas(a su elección) y su especialidad, una barra de pan abierta por la mitad y cubierta de lomo, bacon y queso, o de lo que le pidas. Está bueno, bueno, y las tapas también. A veces, si ha cocinado por la mañana, os sacará tapitas gratis de guisado de ternera, o de lo que tenga, para que lo probéis y le digáis qué tal está. Muy maja. Además, este bar es conocido por su sangría matadora. No me entendáis mal, no es que esté mala, sino todo lo contrario. Tina hace la sangría muy dulce, y no sólo le echa vino, sino de las botellas que va encontrando. La llamamos matadora porque más de una vez hemos ido después de cenar a tomarnos un par de jarras y ale, de fiesta toda la noche. Cuidadín que se sube rápido y encima dura…
Maria V.
Classificação do local: 4 Valencia
Para todo el mundo Casa Sento, para nosotros Casa Tina. Y Tina es mucha Tina, porque esta señora nos ha hecho cafés para afrontar noches de estudio y clases tediosas pero sobre todo, y ante todo, nos ha servido cervezas para alegrarnos la vida. Y siempre con una sonrisa en la boca y con palabras amables. Todo eso crea un vínculo muy fuerte, por lo que me es inevitable ser una profunda admiradora de este sitio y de esta mujer. Lo ves por fuera y es un bar de mala muerte. Lo ves por dentro y también lo es. Pero… ¿qué más da? ¿No se está a gusto y te tratan de lujo? Pues al Sento cuando haga falta. Y encima, aunque no lo parezca, se come muy bien. Tina hace unas tostadas con tomate que no habrá unas mejores en 500 km a la redonda, ¡y creo que me he quedado corta! Y luego, si le dices que te haga un sándwich de jamón y queso, prepárate para que a partir de ese momento seas incapaz de comerte un sándwich sin rememorar al de Tina. Todo a precios escandalosamente baratos con los que no pagas, ni de lejos, todo lo que te dan. Lo dicho, Casa Sento y Tina, siempre que se pueda.