Chico Ostra

Ein besonders nettes Lokal in Benimaclet, noch dazu mit einer einladenden Terrasse in einer Fußgängerstraße.
Als Chico Ostra vor einigen Jahren seine Türen öffnete, war die Kneipe/​Café/​Second-​Hand-​Laden ein Vorreiter etlicher weiterer ähnlicher Lokale, die dem gleichen Stil folgten.
Das Ambiente ist gemütlich — Vintage, aber nicht zu alt und abgewohnt wie anderswo — und die Bedienungen stets sehr zuvorkommend.
Auf der normalen Karte stehen allerlei Optionen für einen süßen oder deftigen Snack am späten Nachmittag oder für ein leichtes Abendessen. Es gibt Cookies, Kuchen und Muffins, dazu Kaffee und eine Auswahl an unterschiedlichen Teesorten, Sandwichs, spanischen Schinken und Käse, belegte Brothäppchen, Salate, Hummus… und natürlich Wein und zahlreiche Biere.
Was Chico Ostra besonders macht, sind die vielen Sonderaktionen und Aktivitäten, die Monat für Monat auf dem Programm stehen: Japanisches Abendessen, Brunch-​Büffet einmal monatlich am Sonntagmittag, kostenlose kleine Tapas zum Getränk am Ende des Monats, wenn nicht mehr viel Geld zum Ausgehen da ist… Kunstausstellungen, Poesie-​Lesungen… es gibt fast nichts, was es nicht gibt im Chico Ostra.
Das Brunch-​Büffet an einem bestimmten Sonntag im Monat (siehe Webseite des Lokals) ist vielseitig und reichlich (wenn man früh genug da ist!). Für 6 Euro gibt es Kaffee, Tee, Saft, Rührei, Würstchen, Aufschnitt, Brot, verschiedene Quiches und Kuchen etc.
Mein Resümee: Immer wieder nett, abwechslungsreiche Aktivitäten und gute Preise!
Achtung: Das Lokal öffnet (außer bei speziellen Events) erst um 18 Uhr.

Pues sí, uno de esos sitios que no para de hacer cosas diferentes, una tras otra, otra tras otra. Lo conocía desde hace tiempo por su ubicación tan fenomenal en benimaclet. Tienen libros y ropa para vender. Una ambientación magnífica así como su ambiente. Había oído hablar de su noche japonesa, en la que pagas un menú y unos cocineros japoneses se encargan del resto (con plazas limitadas). Había leído otras actividades y que como cafetería y cervecería lo hacen muy pero que muy bien, pero este domingo fuimos al brunch.
Ahora sí que sí. ¡Es la leche! Por 6 € te hinchas a comer. Disponen de un brunch estilo barra de buffet. Pagas el precio nada más llegar y ya puedes llevarte a la mesa todo lo que te apetezca. Salchichas, beicon, tartaletas, tortillas, empanadas, quiches, bizcochos, huevos revueltos con alubias, café, té, zumos.
Y una vez termines lo que hayas cogido, ROUND 2. Puedes volver si tienes más hambre hasta que te salga la comida por los ojos. Eso sí, siempre con consideración hacia los demás comensales. No vayas a llorarle un poco de bizcocho de limón encima, que esas manchas no saltan si no lo hace una madre.
Muy atento al horario, porque es desde las 13:00 hasta las 15:00, pero nosotros llegamos a las 13:02 y ya estaba desapareciendo la comida. Y a las 14:21 ya no quedaba nada.

Nuestro nuevo descubrimiento en Benimaclet (aunque sé que lleva ya tiempo abierto). Nos gustó mucho la música, el vermú Casa Mariol, qué buenoooo!!! y el repertorio de cervezas muy bueno. La decoración es de las que nos gustan, con muebles reciclados, etc.
Para nosotros, junto con el Glop, La Vida es Bella, La Gramola, el En Babia, y alguno más, Benimaclet se ha transformado para nosotros en una de las mejores zonas de Valencia para tapitas, cervecita, vermú, etc., más honesto y auténtico (menos caro también) que ese pastiche (chulo, pero bastante guayón) que están haciendo en Ruzafa (con perdón del Rojo, el Berlín y alguno más).
Al asalto de Benimacleeeeet!!! (asalto cervecero).

Que ganas tenia de venir a este sitio… y que alegría salir tan feliz.
Primero que me encanta donde está ubicado, esa zona de Benimaclet que parece un pueblecito…
El sitio muy acogedor y bonito, con música ambiente muy buena y al volumen adecuado.
Habia gente, sí, pero no se notaba… la gente no chillaba, hablaba en un tono normal… muy muy muy agradable este aspecto.
Pedimos un par de cervezas artesanas, ya que tenian una oferta de 7 ú 8 cervezas diferentes, y unos pusieron un perolet de kikos, bien, bien!
Y miramos la carta para pedir algo… todo me encantaba… basado en ensaladas, montaditos, todo sencillo pero con un toque especial, como el sitio.
Pedimos una crema de pimientos de nueces, buenísima (similar al hummus, para untar en el pan). Un par de montaditos, que son enormes! de tomates secos, queso feta y paté de aceitunas negras… y finalizamos con un sandwich para dos de queso gouda y chutney de mango. Todo muy bueno… y un par de cervezas que cayeron más…todo por 22 €.
Solo tengo ganas de volver… y la única pena que no me pille más a mano… iria todos los días!
Gracias Unilocal por estos descubrimientoooss!

Chico Ostra es muchas cosas a la vez. Un bibliobar, una tienda de ropa, un bar para quedar y tomar algo … y un restaurante.
Muy bien decorado (cálido, acogedor, combinando mobiliario moderno con piezas antiguas, etc.) y con espacios que brindan al relax y a la conversación tranquila –nada de extres por comer para que roten las mesas-​.
Lo más sorprendente de todo es la calidad de su carta (en especial de sus postres), y EL PRECIO, que te transportará a la época en que salíamos a cenar con pesetas en el bolsillo.
100% recomendable. Eso sí: reserva antes!

Fuimos el otro día a tomar algo y la verdad es que es un sitio muy acogedor. Parece que estés en casa de un amigo tomando algo… pero en casa de un amigo que tiene de todo! La verdad es que no probamos nada de comer, pero tenia todo muy buena pinta. Y como ya digo, una buena variedad de cervezas. En fin, volveremos otro día a ver que tal la comida.

Dedico mi reseña número 400 a un descubrimientazo 2013 en toda regla. Todas las referencias me vinieron desde Unilocal,ya que vi publicados un par de eventos que auguraban que su agenda semanal de actividades es la pera. Hay dos días fijos:
— Lunes, los lunes al sol naciente (me parto). Menú preparado por dos cocineros japoneses.
— Martes, secret show. Pagas un euro y te preparas para lo que venga.
Sumado a éstos, miles de exposiciones, proyecciones, catas de vino o de cerveza, sushi + quinto, ferias gastronómicas… y, el favorito de la afición: el glorioso Día del Céntimo. La última semana de cada mes, escogen un día en el que los tercios de Alhambra van a 1,50 y van sacando ¡barra libre de comida! Soy muy fan de su hummus casero, sus ensaladas sorprendentes –nunca había probado a hacerlas con lentejas– y de sus sánwiches de salmorejo o bacon carbonara –sí, esto existe y es legal.
El espacio es de lo más acogedor, lleno de sofás, libros, cachivaches, revistas, ¡hasta un nido de golondrinas en lo alto de una tubería! y una luz tan tenue que hará volverse locos de furia a los fotoadictos. Con flash, este sitio no es lo mismo.
Las camareras son el amor personificado y tienen un patio interior lleno de plantas que es una pena que no abran al público, lo cual viene equilibrado por esa terraza en una calle taaaaaaaaaaannn bonita que te hace decidirte: a mí que no me cuenten historias, ¡Benimaclet es un pueblo, no un barrio!
La carta no es muy grande, pero mata. Tostas, humus, raciones… que Raquel va preparando en su pequeña tablita-​cocina tras la barra. Cuatro tipos de sánwich, del cual destaco mi placer absoluto: pechuga, miel-​mostaza, aguacate y canónigos. Y mogollón de cervezas artesanas valencianas.
He ido en varias ocasiones, el Secret Show en el que estuve lo cierto es que me defraudó bastante, valoro la labor de Stavros ideando una cosa distinta durante 24 semanas consecutivas pero… ¡ay, qué desastre fue al que fui! (de aquí mi estrella perdida) Tengo pendiente ir a la Feria Gastronómica, en la que hay locuras como pincho + vermú casero por 2 €, y bueno, a mil cosas más, porque la única pega más grande de este lugar es, efectivamente… ¡qué lejos está de mi casa, maldita sea! :(

A pesar de que me pilla lejos de casa, siempre que me ofrecen un plan y sé que va a ser aquí no lo dudo y para allá que me voy.
El lugar en si es una mezcla de galería, cafetería, librería, tienda de ropa de segunda mano en el que puedes encontrar libros a partir de cincuenta céntimos o tomarte una cerveza tranquilamente.
La decoración es muy bonita, cada mesa y cada silla es de un padre y de una madre y tienen un patio que debería estar abierto, para poder disfrutar del refrigerio en cuestión en compañía de esas plantas tan bonitas.
He estado en el día del céntimo, que se celebra el último miércoles de cada mes, y básicamente consiste en que te pides algo de beber y ellos van sacando comida a cambio de la cual das pues eso, céntimos. Todo muy rico la verdad. También he probado el sandwich de canónigos, aguacate, pechuga de pavo y salsa de miel y mostaza que hacen y está de muerte y encima es barato, solo 2,50 euros.
En otra ocasión estuve en una cata de cervezas artesanales que iba acompañada de maridaje y salí encantada.
Además está en una calle peatonal llena de casas típicas valencianas en la que da gusto sentarse al fresco a charlar y tomar algo.
Y por si todo lo dicho fuera poco, las camareras son majas, majas de verdad, siempre te atienden con una sonrisa en la cara y te dan conversación.

«Este jueves 31 de enero si vienes al barrio de Benimaclet cenas gratis porque es el Día del céntimo en la librería café Chico Ostra. Además, el tercio este día cuesta 1,50 €.»
Con una oferta así cualquiera pensaría que vale la pena ir, aunque seguramente esperas que lo de «cena gratis» sea más bien un algo para picar sin mucho fundamento. Pues sorprendentemente no fue así. Cierto que hay que ser lo más puntual posible, no sólo si quieres coger sitio, sino si quieres probar de todo. Pero vale la pena. Ensalada de pasta, pizzas de hojaldre caseras, tortillas de patatas, de verduras… ajoarriero, papas, olivas, pan…
El lugar no es fácil de encontrar para quienes no conozcan el barrio, pero como ya han comentado, posiblemente eso sea también parte de su encanto. Con una decoración que ahora llaman vintage, y un ambiente agradable, lo cierto es que este local cultural tiene mucho que ofrecer.
Tienen una carta dónde puedes elegir entre variedades de té, cervezas, vino, tostas… a precios económicos. Tienen una amplia gama de ofertas culturales, eventos, exposiciones, talleres, todo muy interesante además. Te puedes enterar de todo ello en su página web.
Son verdaderamente agradables, tienen wifi, se puede conversar sin problemas, es un ambiente tranquilo, y además según el día que vayas puedes encontrarte más de una sorpresa.
En el último mes han hecho: «cata de queso», «cena japonesa», «Tour de arquitectura por el barrio», «charla sobre huertos urbanos»… y yo desde luego no pienso quedarme con las ganas de saber qué me ofrece su enigmático y atractivo «Secret Show» cada martes.
Me parecen originales, creativos y con muchas ganas de ampliar fronteras culturales, en el mejor de los sentidos.

Descubierto gracias a un ‘Yelp-​vento’, Chico Ostra entró por la puerta grande en mi lista de sitios para visitar de la forma más asidua posible y, cómo no, para recomendar, de forma que pueda seguir ofreciéndonos un espacio agradable para deleitarnos con una lectura, una charla, una conexión a Internet…
A sus libros, ropa y decoración de cerámica en las paredes, por completar un poco lo ya comentado por otros ‘yelpers’, le añadiría el atractivo que supone degustar cervezas artesanas y vinos, con algo de picar. Déjate aconsejar, que allí saben de eso, tal y como comprobamos en la cata de vinos valencianos, que nos sorprendió gratamente.
Y para los amantes de lo oriental, no olvidéis que los lunes suele haber cenas japonesas!!!
Sólo un ‘pero’… Por sus acabados, la parte interior resulta algo ruidosa cuando está llena de gente y elevan un tanto la voz, así que si buscas tranquilidad, quédate en las mesas de antes de la barra!
Si no lo conoces, ¿por qué no le das una oportunidad? ;-)

Un lunes de cada mes comida japonesa auténtica. Ropa, libros y ambiente tranquilo. Muy recomendable!

Me atrevo a decir que es de los mejores lugares de la ciudad de Valencia, sabiendo que es un bar vintage, con libros de segunda mano, otros para hacer ‘bookcrossing’ y con rincones preciosos. Lástima que esté un poco perdido entre las calles del barrio de Benimaclet, aunque quizá eso le otorgue cierto encanto, porque nunca llega a estar abarrotado y se convierte en un pequeño oasis de tranquilidad.
El ambiente es muy calmado, tiene wifi y puedes conectar tu ordenador y trabajar allí mientras te bebes algo. Que tome su nombre de uno de los personajes de Tim Burton es un guiño ideal para los que somos bastante seguidores de él y de esa colección de personajes que no tienen desperdicio.
En cuanto a la biblioteca que tiene el Chico Ostra, hay libros de segunda mano con algún que otro título interesante, libretas recicladas a muy buen precio y bastante originales para regalar. Algo de ropa también tienen y cosas para tomar; no lo olvidemos.
Si andas por el barrio, pregunta por el local y acércate porque, como mínimo, tienes que ver lo bien montado que está. Otros muchos, aunque vivamos más alejados de Benimaclet, solemos ir mucho para allá.
Así que; larga vida al Chico.

Perdido entre las calles de Benimaclet, es un lugar perfecto para encontrarse. Ambiente mega-​ultra-​super agradable, todo blanquito y muy pulcro y con un patio interior que me encanta (soy muy patio-​fan!). Es un sitio perfecto para ir a tomar algo a cualquier hora, y tiene una carta sencillita con platos para picotear que no están nada mal, ni de sabor ni de precio.
A mi lo que más me gusta es que venden libros de segunda mano por unos tres euros. Obviamente no son novedades editoriales, pero te puedes encontrar con sorpresas agradables como la edición setentera de La vuelta al mundo que me agencié yo la última vez. Con la misma filosofía venden ropa, complementos, y unas libretas muy chulas hechas a mano de tamaños y precios varios. De vez en cuando organizan cenas temáticas, exposiciones y otras cosillas que anuncian en una web muy decente y muy Chico Ostra que mantienen bastante actualizada.

Situado en una calle peatonal por la que paso todos los días, parece inevitable que te piqué la curiosidad, ya que en la misma puerta hay una maleta abierta llena de libros que te dice párate y mira lo que hay aquí.
El interior está muy bien, con un espacio para los más pequeños y un patio al fondo, lleno de plantas por el que entra mucha luz natural. Es muy acogedor y la verdad es que es un buen sitio para ir en cualquier momento, ya sea para merendar un café con un trozo de tarta casera o para cenar en plan tapeo.
Los precios son populares. Más barato ya imposible. Y además venden libros y ropa de segunda mano también muy bien de precio.
Una vez al mes suelen organizar cenas temáticas y de vez en cuando hay conciertos u otras actividades interesantes que llenan el local.