Timanfaya

Mis motivos para darle esta calificación son dos principalmente, que el jamón de la tostada es de ese malillo loncheado y que el té lo ponen en un vaso pequeño de cristal, llamadme maniática pero los detalles, cuentan. Por otra parte, destacar que te atienden estupendamente y tienen variedad en las tostadas.

Tengo que ir a Canarias, eso decía siemrpe que veníamos y aún no conocí esas islas. Hubo un tiempo en que se convirtió en ritual venir a desayunar los domingos. Aprovechábamos que el centro deportivo de Piscinas Sevilla estaba abierto y podíamos disfrutar de las instalaciones sin prisas. Antes desayuno y periódico en esta cafetería, que es una más de barrio, con sus tapitas, su nevera de helados y su máquina de café. Los precios están bien, en la media de un barrio.
Lo mejor de este lugar es su terraza acristalada. Es agradable porque tiene veladores, con la ventaja de que no estás en la calle, pero tampoco encerrada, y es porque tiene un cierre en lo que fue una especie de porche, con lo cual es posible disfrutar del solito, si lo hubiera, y ver el movimiento de la avenida.

El año pasado por Navidades tuve un accidente laboral, me torcí un tobillo y tenia que ir a la mutua para las revisiones todas las semanas, fueron cinco, yo me pedía el primero para no esperar porque siempre me ha puesto nervioso los médicos y esperar en un ambulatorio y la mutua es mas de lo mismo. Bueno, pues me iba muy temprano con toda tranquilidad y como soy exagerado para todo llegaba tan temprano que la mutua estaba cerrada pero el bar de enfrente estaba siempre abierto y allí me metía.
En la zona hay varias cafeterías pero escogí esta solo por el nombre, Timanfaya es el nombre del parque nacional de Lanzarote, el cual conozco perfectamente porque viví allí desde el 1999 hasta el 2004. La cafetería es mediana, con poca exageración de mobiliario, tienen lo justo y eso si, muy limpia. La clientela que todos los días vi la misma eran señoras que llevaban a sus hijos y nietos al colegio y a la vuelta se paraban a desayunar, se conocían entre ellas, todas hablaban con todas. El lugar tranquilo y sobre todo, se desayuna bien y calidad. No he vuelto a ir porque esta lejos de mi casa pero si tuviera que volver a la mutua entraría a desayunar allí sin duda.

Si quieres una cafetería tranquila pero bonita y con buen ambiente. Si quieres encontrarte tan a gusto, solo o acompañado, que no te importe pasar la tarde sentado en una mesa al lado de un café o si andas de presupuesto ajustado… Encajarás en Timanfaya. Sus veladores tienen un magnetismo que no sé explicar, puedes tirarte horas contemplando a la gente pasar, charlando o abstrayéndote del mundo. Y da igual que pidas tres cafés, cuatro o cinco… nada romperá esa tranquilidad.
Cuando quiero pensar, estar sola o charlar con alguien largo y tendido me lo llevo al Timanfaya. Antes elegía una de esas elegantes cafeterías con sofás pero he descubierto que me atontan demasiado, que prefiero una silla confortable y cómoda. Sobretodo si tiene buenas vistas. Y las del Timanfaya, por lo menos, son entretenidas. De eso no cabe duda.