Hace poco que fui para probar qué tal era. ¿Quién le dice que no a la comida asturiana? Está claro que poca gente. El local parece un bar cualquier pero en su fachada hay a un letrero que indica que lo suyo es Asturias, así que es fácil encontrarlo(y si te pierdes siempre puedes saber que está en la acera opuesta a la facultad de magisterio). Sus camareros son llanos, un trato magnífico, y dentro no hay un alboroto fuera de lo común. Lo que destacan aquí son las tapas y platos que sirven. En mi caso pedimos una tapa de cabrales y eso parecía media ración, un trozo de queso enorme. Animados por los precios baratos y las generosas cantidades empezamos a pedir bastante. Pastel de cabracho, arroz con setas, solomillo al cabrales, gambas al ajillo y merluza(recomendable porque era fresca). A destacar las gambas al ajillo que eran de otro mundo, el cabracho y bueno en general todo. La merluza tardó un poco más pero era lógico porque era un medallón enorme cocido en una cazuela con almejas, gambas y un picadillo de verduras. Para rematar la noche unos postres contundentes de tarta de queso. Tras la cena pedimos la cuenta y para nuestra sorpresa fue bastante barato. Cinco personas comiendo bastante bien, cervezas y postre por sólo 42 euros. Repetiré porque lo que allí tienen es de buena calidad a buenos precios. Un recomendado local que seguramente mucha gente desconozca