Localización y ambiente El bar se encuentra situado muy cerca del arco del postigo. Dispone tanto de una zona interior de restaurante, con mesas bajas; de un barra no excesivamente amplia donde puedes disfrutar de tapas, y de una zona exterior con mesas altas, en la que solo sirven raciones. La decoración es marinera y destaca siempre la vitrina con los pescados y mariscos frescos de los que disponen. Puntuación 4.0. Cocina Siempre que vengo a este sitio tengo claro lo que pedir… pescado en sus múltiples variantes… está siempre muy rico y fresco. Tienen una cocina marinera… con diversos platos típicamente sanluqueños como la sopa de galeras(en temporada) y, todos ellos, siempre exquisitos. Es difícil destacar uno por el encima del resto. Tanto los guisos como el pescado frito están muy ricos. Particularmente me gusta mucho cómo preparan los huevos de choco y el punto que le dan al pescado frito. Puntuación 4.5 Bebidas Desconozco si disponen de una carta de bebidas amplia, porque siempre que vengo acabo bebiendo lo mismo… manzanilla en rama, muy rica. Servicio Normalmente cuando vengo siempre he comido en la terraza. El servicio no siempre es todo lo bueno que me gustaría. Los camareros te atienden correctamente, pero a veces les tienes que repetir las cosas para que te las traigan. Podría ser más eficiente. Puntuación 3.0 Precio El precio no es barato, si bien es cierto que todo lo que tomas es de calidad. El precio por persona suele acercarse a un mínimo de 18 – 20 €, dependiendo de la comanda. Puntuación 3.5 En definitiva, un sitio que particularmente me gusta bastante y que visito cuando quiero tomar buen pescado, y disfrutarlo tomando algo de sol en su terraza. Puntuación global 4.00
Enrique H.
Classificação do local: 4 Sevilla
La familia Inchausti regenta este bar restaurante que, como pude leer hace poco, es un trocito de Sanlúcar de Barrameda en Sevilla. Gran verdad. Aquí manda el pescado, que en pocos lugares puede comerse así de bueno. Los orígenes de los propietarios se dejan notar y bien. El negocio se divide en dos partes: una primera conformada por la pequeña barra y una serie de mesitas altas y bajas, donde se puede disfrutar de las tapitas, raciones y medias; y un salón interior que hace de restaurante, muy reducido y poco atractivo a la vista, pero donde se almuerza o se cena de dulce. Particularmente soy más de ir a tapear. Todo está rico aquí, pero lo que no podéis dejar de probar por nada del mundo son sus guisos marineros. Su famosa sopa de galeras –hecha con los cuerpos de este marisco tan desconocido– es una auténtica delicia; no se quedan atrás los fideos con almejas o el pez de espada a la manzanilla. Como no podía ser de otra manera, fríen de lujo, por lo que son muy recomendables también las tortillas de camarones, de las pocas de Sevilla que pueden equipararse a las de tantos buenos lugares de la costa gaditana. Les falla el Rioja, tanto en tinto como en rosado, por lo que aquí es mejor optar por el fino o por la manzanilla que, claro está, sí que saben servirla como nadie. Otro punto a favor de La Moneda es que son encantadores con todos sus clientes. Recuerdo un día en que se confundieron en la cuenta a nuestro favor, se lo dije al hijo del dueño que atiende la barra y nos invitaron a una copa inmediatamente. Desde entonces nos profesamos mutuo afecto.