Casa del Tesorero

So we had to eat here twice to decide how to rate our experience. It’s a solid 3.5 stars.
To start: let me say this is a beautiful restaurant — and huge. The ambience is there; it’s charming, it’s classy. the service is friendly and relatively attentive.
There’s just something about it. Okay, it might be the menu that threw us off. the English menu is rather Olive Garden-​esque (pick your pasta, pick your sauce). meh, we don’t know.
Our first visit was on Valentine’s Day. We started with the caprese, which ended up being a caprese pizza. Okay, not what we expected, but we went with it. Hubby ordered the pizza diavola (yum!) and I ordered a pasta with the foie truffle. For some reason I thought there would be some meat in that and there wasn’t; it didn’t end up being a hit for me. Wrapped it up with two of the desserts: tiramisu and chocolate mousse. both fell flat.
Our second visit was the next day. Wanted to go back to our tried and true for a quick lunch, but they opened later than Tesorero does. So. we went back for round two. This time went with the La Caprina salad (was good) and the pizza diavola again.
Final vedict: 3.5 stars because we would return for lunch again if it was what worked for our schedule.

El otro dia tuve la oportunidad de ir ha dicho restaurante y tengo que reconocer que sali bastante satisfecho. La comida me sorprendio tanto en su elaboracion como en su calidad. El personal correcto en todo momento y mostrando su profesionalidad. El local impresionante con una decoracion que te llama la atencion desde que entras. Calidad-​precio corresponde teniendo en cuenta los productos y servicios que te ofrecen. Sin duda alguna lo recomiendo ya que reune lo que uno va buscando, es decir, buen producto, buena calidad y buen servicio.

Fui hace unos días con mi familia por el cumpleaños de mi hermana y, sin duda, fue todo un acierto.
Lo primero a comentar es la localización del restaurante: calle Santander, Casa de la Moneda, Torre del Oro, Sevilla… inmejorable. A lo mejor es un poco difícil aparcar por la zona, pero bueno, tampoco pueden hacer nada al respecto.
En segundo lugar, la bienvenida al restaurante. Una cristalera por suelo que te permite observar ánforas y demás vestigios de esta casa del siglo XVI y una lámpara, en opinión de mi madre, tan impresionante como elegante.
El sitio es señorial, hay que reconocerlo. Sin modernidades, pero «elegantérrimo».
En tercer lugar, la atención de los camareros, que fue francamente buena.
Y por último, y no por ello menos importante, la calidad de los platos y la presentación sencilla de estos. Tomamos…
Ensalada de formaggio di capra e bacon.
Fundido de quesos.
Risotto de trufa y langostinos.
Espaguetis carbonara.
Espaguetis boloñesa.
(Los dos últimos de mis padres, siempre con las mismas ganas de probar cosas nuevas…)
Todo buenísimo.
Y con respecto al precio… 65 euros por cuatro personas, pidiendo de todo lo anterior raciones «individuales» (que dan para compartir). Para el sitio, de risa.
Historia y gastronomía unidas en un mismo sitio.
Sin duda, volveré.

Tuvo que llegar mi cumpleaños para que, por fin, pudiera venir aquí a comer y quitarme las dudas. Llevaba mucho tiempo queriendo venir, pero por algún motivo nunca había conseguido venir a probar el que, por ahora, es uno de los restaurantes más bonitos que he visto en toda Sevilla.
La calle Santander es el nexo de unión entre la Torre del Oro y el Archivo de Indias, imagina lo que puede haber todavía bajo esos suelos. Eso es lo que aprovecha esta antigua casa-​palacio, que aprovecha algunos suelos de cristal para mostrar ruinas bajo nuestros pies, y ofrece un diseño cuidado y precioso en el resto de las estancias, que son varias, luminosas, espaciosas y cuidadas.
En cuanto a la comida, juraría que se trata de un establecimiento de La Piamontesa, con lo que la comida es muy buena, sabrosa y de matices italianos, pero idéntica a la que podemos encontrar en cualquier otro establecimiento de la cadena. Nosotros tomamos un risotto, una ensalada y pasta fresca con salsa de trufas y queso. Todo estaba delicioso.
Repetiré en cuanto me sea posible :)

Aviso que me dispongo a reseñar el que para mi es el mejor restaurante de Sevilla.
–Producto: Primerísima calidad.
Es el mejor italiano en el que he comido nunca (y he comido en bastantes italianos en Roma). Sus materias primas, importadas de Italia, son de alta gama gastronómica. Cuando trabajas con ese material es imposible hacer algo malo, pero es que encima en la cocina saben muy bien lo que se hacen y la preparación de todos y cada uno de los platos es redonda. Además, tienen una carta amplísima donde cualquier comensal podrá encontrar cosas a su gusto ya que tocan todos y cada uno de los campos gastronómicos de la cucina italiana. Mucha variedad tanto en entrantes como en platos principales de pastas, carnes, pescados, pizzas e incluso postres (ver fotos de la carta). Tardarías años en poder probar la carta completa. A todo esto hay que añadirle que las cantidades son enormes, con las raciones reducidas (individuales) comen dos personas. No me quiero imaginar cuantas pueden comer de un plato completo, algo que nunca he pedido pero he visto pasar al lado de mi mesa y me he quedado alucinado con el tamaño.
–Precio: Bajo en comparación con la calidad y cantidad.
El restaurante que más me ha sorprendido en el precio de todos los que he visitado jamás. Los platos completos tienen una media de entre 10 y 13 euros y las raciones individuales (que, repito, valen para dos personas) están a unos 7 – 8 euros. No me lo explico, esas cantidades y esa calidad tan espectacular, todo en un enclave idílico en una casa de patrimonio cultural del centro histórico de Sevilla, ¿a esos precios?
–Local: El mejor que he visto en mi vida en todos los aspectos.
El local de este negocio merecería un artículo aparte. El restaurante se encuentra en la antigua y reformada Real Casa de la Moneda. Estamos hablando de un recinto que tiene muros que pertenecían a la muralla almohade, un recinto donde se encontraba el Palacio de Abu-​Hafs. Antes de eso los romanos hicieron pasar por allí el acueducto de Hispalis. Durante las obras del restaurante se hicieron descubrimientos como la Torre de Bronce del siglo XI. También allí se encontraba el Corral de Jerez donde vivieron y trabajaron los últimos judíos antes de su expulsión de España por el Edicto de Granada de 1492. Es historia pura de distintas épocas y civlizaciones a lo largo de los siglos y que todavía puedes vivir gracias al fantástico trabajo de reforma que han realizado para el restaurante donde todo está implementado en la decoración y puedes ver las excavaciones a través de grandes cristaleras en el suelo. Creo que no hay otro restaurante en Sevilla que pueda ofrecer un entorno tan especial, es único e insuperable. Y además hay que destacar todo el espacio del que se beneficia el negocio, ya que toda la casa en sus varias plantas alberga multitud de salones con mesas dispuestas a hacer la delicia de los comensales. Por supuesto, la organización y presentación es impecable, elegante y cómoda. En fin, no tengo pluma suficiente para hacerle justicia a este aspecto de la Casa del Tesorero, cualquier cosa que pueda decir empequeñecería una experiencia que solo puedes comprender en vivo.
–Servicio: Profesionalidad de alta exigencia.
Un restaurante de este calibre está obligado a tener un servicio de primera línea y, efectivamente, lo tiene. Tiene bastante personal trabajando para asegurar que nada falle y todas las órdenes vayan saliendo de manera rápida y eficaz. El trato es muy cortés. Tienen una jefe de sala que es un espectáculo verla trabajar, la definición de profesionalidad. Casi sufre uno al presenciar ese despliegue de idas y venidas, de gestión de pedidos, ocupándose de multitud de mesas a la vez a una velocidad de vértigo, y todo ello manteniendo una corrección y una elegancia imperturbables. Da la impresión de que este personal está muy bien entrenado.
–En conclusión:
Absolutamente perfecto en todo, así de simple. Un lugar muy especial e inolvidable para cualquiera que lo visite.

Es un sitio de matrícula de honor por lo que debería existir una categoría extra para destacar aquellos negocios que tienen un plus sobre los demás. Este no es un restaurante de 5 estrellas, es de 6 estrellas.
No solo hay que destacar su calidad-​precio sino el lugar donde estás comiendo y este en particular es maravilloso, espectacular. Ocupa una casa histórica del casco antiguo de Sevilla, las paredes son de piedra, se conserva el suelo original y en varias zonas del suelo hay cristaleras para ver las ruinas, incluso un pozo en la entrada. Es una experiencia muy agradable ir de noche porque iluminan las paredes y se crea una atmósfera muy acogedora. Es imposible contar todos los salones que tiene y todos son ideales para ocasiones concretas. De hecho, yo creo que este es el restaurante sevillano ideal para celebrar cualquier ocasión especial: cena de aniversario, reunión de amigos, comida de empresa, cumpleaños, despedida de soltera, comuniones, etc…
En cuanto a la comida destacaríà la gran variedad de platos que tienen, desde antipasti, ensaladas, carnes, pescados, lasañas, pasta, pizzas, risottos y postres. Y cada una de esas categorías tiene una parte propia de la carta con muchísimas opciones. Mi recomendación si quieres degustar varias cosas es pedir raciones individuales, que valen casi la mitad pero traen una cantidad buena para compartir entre dos personas. Así podrás probar varias cosas porque resulta difícil elegir. Y muy importante, deja hueco para los postres. Tiene el sello de calidad de La Piemontesa, restaurante italiano con mucho prestigio que se caracteriza por ser una apuesta segura que nunca defrauda. Por lo general la calidad y cantidad de los platos es excelente. Y con un precio muy apropiado, no es de esos restaurantes caros a los que solo puedes ir una vez al año.
Siempre hay a la vista al menos tres o cuatro camareras sirviendo tanto en la barra las bebidas como en las mesas los platos que van saliendo de la cocina y se comunican entre ellas cada vez que hay alguien esperando, lo que es señal de muy buen funcionamiento del servicio. A eso se le añade que son muy simpáticas y amables y tienen muy buen trato con el cliente, preocupándose por su satisfacción.

Estuve hace unas semanas y la estancia fue increíble. Empezando por el restaurante, está alojado en unas antiguas ruinas que puedes ver desde que llegas a la entrada. Algo que no se puede ver en muchos sitios. La recepción está presidida por una lámpara de araña que llega hasta la primera planta. Sin ni siquiera haber probado nada, la experiencia ya te encanta.
El servicio, muy amable en todo momento, al ser dos personas las que habíamos reservado, nos colocó fuera del bullicio de las cenas de grupo en una zona de la primera planta mucho más recogida. Esto se agradece y sólo fue pidiéndolo.
En cuanto a la comida, disfrutamos mi pareja y yo de unos raviolis de carne y parmesano con salsa de pistacho (nunca probé esta salsa) que me dejaron sin palabras. Lo bueno de este restaurante es que las raciones son copiosas y pueden comer dos personas. Y para nada son caras.
El siguiente plato que compartimos fue una pizza cinco quesos. Muy fina y crujiente, es diferente a lo convencional. Además los tipos de queso estaban situados de una forma estratégica para que no se mezclaran los sabores.
No debo olvidar mencionar que tiene una gran carta de vinos. Algo que muchos comensales agradecen.
Para finalizar, hablemos de postres. Cuando voy a italianos me gusta probar la panacotta. Y tras mucho probar puedo decir que es la MEJOR que probé. No hay palabras para definirla… sublime.
En resumidas cuentas (y para no hacer esta reseña muy larga) el sitio es muy recomendable. No para comer todos los días pero si para ocasiones especiales. Le doy cinco estrellas no solo por la comida, también por el trato recibido y la ambientación del lugar. Volveré

Sinceramente, no estoy acostumbrado a este tipo de restaurantes, y no sabría decir si la relación calidad-​precio es buena; yo diría que sí, aunque para mí, es caro de cojones.
El local es muy grande, con una decoración cuidada y bien organizado. Buenísima iluminación, ambiente muy agradable y servicio excelente. El emplazamiento es inmejorable.
La comida está riquísima: buena cantidad y mucha calidad. Muy bien presentado el plato, sirviendo a todos los comensales a la vez (un detalle que a veces se escapa en otros locales). No te quedas con hambre ni mucho menos.
El servicio es bastante bueno, sin queja alguna. Trato con el cliente excelente: siempre atentos y con una sonrisa en la cara.
Supongo que todo esto es lo mínimo que se puede pedir para el precio que tiene.

El lugar es precioso, no siendo tan estupenda la comida y el servicio en relación calidad/​precio.
Si os apetece pedir un risotto que no sea el de gambas: no es un arroz meloso como se supone que es un risotto, más bien es un arroz blanco con aceite, ajo y DOS gambas.
El servicio es lento y la chica que nos atendió un poco apática.

El sitio está genial: tranquilo y en el centro, fácil de encontrar.
La decoración está muy cuidada, manteniendo detalles originales de la casa y con una cristalera en el suelo para poder ver unos restos.
La comida muy buena, rápida y en platos grandes! (ojo, se puede cenar con un plato para compartir).
Muy bien todo, tanto en conjunto como por separado. Los camareros y el servicio también geniales, atentos, rápidos y siempre pendientes de que todo salga perfecto
Un sitio muy recomendable para ir tanto en pareja como en grupo

Tenía muchas ganas de conocer este sitio. Solo la marca «La Piemonttesa» lo hacía bastante interesante, y oír que el edificio y la decoración eran espectaculares me hizo decidirme. Ni que decir tiene que cumplió todas mis expectativas.
Un ambiente agradable, con reminiscencias romanas, en un salón enorme pero distribuido de tal forma que solo tienes que compartir espacio con unos pocos comensales, y las mesas están lo suficientemente separadas como para poder tener intimidad.
Los camareros, amabilísimos y muy simpáticos (el nuestro se disculpó por no poder servirnos un plato que incluía marisco porque, según dijo, se habían quedado sin «bichos»), atentos pero sin atosigar.
En cuanto a los platos, no tengo más que alabanzas. Si tengo que buscar algo negativo será quizá que son tan abundantes que es casi imposible terminarlos, y eso cuesta mucho, porque son una delicia.
Probamos el risotto de sepia y los triángulos rellenos de carbonara, con salsa de setas y almendras, y si el risotto estaba de 10, a la pasta debo darle Matrícula de Honor.
El comentario general que he oído es que el precio es muy elevado, por eso aproveché la tarjeta Restaurant50 para visitarlo, y el ticket final fue casi vergonzosamente barato. Sin embargo, no me pareció el precio original tan fuera de lo normal, quizá no sea para comer allí a diario, pero la relación calidad-​precio es perfecta.

Ayer pude disfrutar de una cena en la casa del tesorero y la verdad es que la experiencia desde que entré hasta que salí fue genial.
El lugar, expectacular. Muy muy bonito. Un lugar emblemático en Sevilla ya que se encuentra situado en las instalaciones de la Real casa de la moneda. Puedes disfrutar hasta de ruinas en su interior.
Por lo que podéis ver, el edificio me fascinó. y han sabido adaptar el restaurante y su decoración al lugar. A pesar de ser grande y tener techos altos se hace muy acogedor (y muy recomendable para parejitas y ocasiones especiales)
Este italiano, pertenece al grupo La Piemontesa (es del grupo y no franquiciado) por lo que la comida que puedes disfrutar es del estilo a la del resto del grupo. La pizza que probe estaba rica, pero la pasta era aún mejor! El precio es elevado (13 – 15 euros el plato de pasta) pero está muy bien servido. Pagas, pero comes rico y mucho. De hecho con un plato de pasta casi que comen dos.
La atención también fue muy buena, muy simpáticas las camareras y pacientes con nuestra indecisión ante tanto plato que sonaba tan bien. Ayudó a que la experiencia fuera agradable y recomendable.
Y por último, comenté que el precio es elevado, pero restaurante se encuentra asociado al club Restaurant 50 por lo que yo, que iba con la tarjeta de Restaurant 50, cené (y mucho) y con el descuento la cena salió por 10 € por cabeza. Por lo que aún la experiencia fue mejor ;)
Si no tienes la tarjeta, no es un sitio al que puedas ir todos los días (por el precio) pero si muy recomendado como mínimo una vez para probarlo, aunque seguro que repetiréis :)

Version mas cara de la Piamontesa, es un restaurante del mismo grupo,