Este bar existe desde que yo recuerdo, esta muy cerca de donde viven mis padres, ha tenido varias reformas, pero siempre ha tenido muy buena fama por el barrio, siempre todo el mundo dice que se come muy bien, y es verdad. La ultima vez que estuve fue por la mañana para desayunar con mi hermano y me pareció muy diferente ya que lo habían reformado todo y le habían cambiado el aspecto todo mucho mas moderno, antes era un bar en tonos oscuros y ahora estaba todo en tonos claros, me gusta mucho la terraza. El desayuno esta muy bueno además tienen todo tipo de bollería y hay varios periódicos de esta manera puedes leer la prensa y comparar lo que pone cada periódico. El bar tiene una carta muy amplia de cocina típica andaluza de toda la vida y ahora ha metido los montaitos en su carta. Me gusta mucho las croquetas, las habas con jamón, el atún encebollado y la tortilla casera que esta muy buena. Lo que mas fama tiene de la casa es la ensaladilla de gambas, aunque hace tiempo que no la como. También organiza eventos familiares y comidas de empresa,.
Clara Victoria G.
Classificação do local: 3 Sevilla
…Un bar de tapas«normalito-bien» Hace años que conozco este local, desde que me vine a vivir al barrio. Ha pasado por varios dueños y ahora parece que le han dado más que un lavadito de cara. No me disgustaba hace siete años y tampoco lo hace ahora. Es un bar amplio, decorado con gusto en la actualidad, colores cremas y alusiones sevillanas. Posee una gran barra en forma de «L», con mesitas bajas en su interior y también fuera en la acera. Ofrecen un buen servicio y tanto los desayunos como la comida en general son aceptables. Hacen muy ricas las espinacas con garbanzo! P.D. Para aquellos padres que se quieran tomar una cervecita tranquilos, justo en frente del bar hay un parquecillo de columpios infantil, vallado. Así, mientras estás disfrutando de tu cerveza fresquita los puedes estar vigilando.
Berta C.
Classificação do local: 2 Sevilla
El Dulcinea era otro de los bares trianeros antiguamente conocidos por su ensaladilla. Había dos, el de la calle Aracena y otro en San Jacinto, cerca de El Altozano, pero ahora solo queda el primero, que hace poco cambió de dueño. Tuve una infancia feliz y en parte se lo debo a los pepitos de lomo de este bar ;-) Mi marido bromea porque dice que le cuento esta historia mil veces, tipo abueleta ya, pero es que es así, el recuerdo que guardo de ese pan blandito, de forma ovalada, con un filetito muy tierno, todo calentito…, es algo que no puedo parar de recordar, y ¿para qué? Pero volvamos al presente. Hace un añito aproximadamente cambió de dueño y le hicieron una remodelación. Ahora el bar es muy«potito» y «mu fino», con camareros hasta de uniforme, pero los precios nos echaron para atrás la primera vez que entramos, cerca de 3 euros una copa de vino ¡de la casa!, mal despachada… Vamos que no nos quedó ni para altramuces. Si no te importa este dato, el bar está bien, moderno y bien montado, y tiene una terraza agradable en la que podrás de disfrutar algunas de sus elaboradas tapas.