Steak Burger

Especialidad en hamburguesas, y la verdad, que estaba muy buena. Eso sí, los entrantes muy escasos.
La atención muy buena, al igual que la limpieza. Rápido y bien calidad/​precio.

En la esquina de la Calle Palafox con Luchana, este local de la cadena de hamburguesas no tiene demasiado nuevo que ofrecer.
La carta, aunque parezca extensa, en realidad es un listado de entrantes típicos: aros de cebolla, alitas de pollo, nachos, etc.
Además de las hamburguesas, tienen sándwiches, ensaladas, y quizás algo que si que la haga resaltar frente a otras cadenas, es que tienen un amplio surtido de postres, desde helados y brownie hasta tarta de oreo o zanahoria.
El local es amplio, dividido en dos plantas (Una a pie de calle y otra en el sótano a la que no bajé). La primera planta consta de una sala muy alargada y una barra, y al fondo la cocina y una puerta con celosía que, y eso es algo que deberían mejorar, llenas de cajas de bebidas. Si cuidan tanto la decoración con un montón de mensajes sobre paredes negras simulando pizarras y sillas y mesas industriales, ¿por qué no este detalle que afea tanto cuando miras hacia la cocina esperando tu hamburguesa?
En cuanto a las hamburguesas, he de reconocer que la carne me sorprendió, sabrosa. Pero quizás el tamaño no. Como no quería empacharme pedí una hamburguesa de buey de 160gr. Quizás no suficiente, pero la siguiente ya es de 250gr, y con esa ya seguro que no puedo. Deberían plantearse un tamaño intermedio.
Al llegar, a no ser que pidas menú, para la elección de la hamburguesa debes elegir primero el tipo de acompañamiento que se pueden leer más abajo. Yo pedí la BBQ que llevaba lechuga, tomate, queso, cebolla y salsa barbacoa.
Luego eliges el tamaño de la hamburguesa, el tipo de carne: Buey o ternera. El tipo de pan: Americano o mollete, el punto y el acompañamiento.
Yo tomé, como he dicho la BBQ de Buey de 160 gr, al punto y con patatas fritas.
Este acompañamiento, servido en un pequeño cubilete con papel, no creo que sea demasiado práctico. Queda muy bien, pero estorba y además las patatas al final no ocupan todo, ya que el papel suele estar arrugado abajo, haciendo que parezca que hay más de las que realmente luego encuentras.
Es una opción barata para comer hamburguesas de algo de calidad a mediodía en esta zona. El servicio es aceptable, aunque creo que para ser mediodía había pocos.
Un punto en contra es que los suministradores de bebida iban pasando por mitad del salón con los carros. ¿Por qué no piensan en que lo hagan por otro lado? No es cómodo estar comiendo y que haya cajas pasando al lado de tu comida.

El sitio está genial. La comida está muy buena, pudiendo elegir entre tipo de carne (ternera o buey), peso (160g, 250g, 350g y 500g), tipo de pan (americano o pan normal) y complementos (patatas asadas, fritas o ensalada). Un poco caro pero muy bien. Las mesas eran chicas pero en general bien.

Es la primera vez que visito este establecimiento. Casualidades de la vida, terminé al visitar Madrid. Típico sitio que no buscas, pero encuentras.
El local está muy bien decorado y ambientado. Te entran muchas ganas de comer hamburguesa por sus indicaciones en las pizarras del salón principal.
La carta, bastante amplía, tiene tanto el productos estrella (con tres tamaños: 125,250 y 500 gr) en dos versiones (ternera o buey). La pequeña se puede quedar bastante corta, y la grande es para carnívoros con estómago duro de roer. La mejor opción, la de 250 gr. Su sabor es bastante bueno, en su punto mejor que muy hecha.
Probé la versión BBQ que tienen, y se quedó en un bien alto, rozando el notable. No es tan diferente a la que podemos encontrar en otros sitios (no en locales fast food), pero el tamaño estaba bien.
Las patatas se presentan en una especie de cubito megalito y cortadas muy finas. No eran desde luego lo mejor. Aunque de valora que eran cortadas a mano y no congeladas y fritas en el momento.
La verdad que no es un sitio que me haya enamorado. Le doy 4 estrellas por la buena sensación que me llevé del local. Lo recordaré cuando vuelva a Madrid, pero antes de volver (si vuelvo) visitaré otros establecimientos.

Muy cabreado. Nos hemos gastado 64 € entre dos amigos, 32 € por barba.
Había os reservado mesa y nos asignan una de las altas con banquetas de hierro. Incomodas a partir de los 5 minutos.
Hemos pedido para compartir quesadillas, que estaban buenas, salvo por el hecho de que estaban hasta arriba de cilantro, que ambos odiamos. No se especifica en la carta.
Y aquí viene el horror. Pedimos dos solomillos con patatas asadas a 17 € el plato. El más caro. La carne llega fría y de una calidad lamentable, llena de cartílagos lo que la hace difícil de partir. Las patatas con la piel dura y acartonada y a todo esto lo acompaña una ensalada de bolsa reseca. Hemos tenido que pedir una ración de patatas para llenarnos.
Para terminar, como seguíamos con hambre, pedimos una cookie con helado. 5 €. Tardan en traerla la friolera de ¡20 minutos!
En fin, no volveré.

Ya había estado anteriormente en esta cadena pero en el restaurante que tienen en Virgen de los Peligros y me gustó mucho.
En cambio en esta ocasión no he acabado tan contento como en las anteriores. Aunque el entrante que pedimos (aros de cebolla) estaban muy bueno, todos los que fuimos coincidimos en que las hamburguesas estaban un poco secas, tenían poco sabor, alguna estaba demasiado quemada y con demasiada rúcula.
En mi caso pedí una Gourmet Burger, una hamburguesa con rúcula, tomate a la plancha, queso parmesano, salsa de trufa y pera confitada. Elegí el pan de mollete porque era el pan que tenían diferente, pero comer la hamburguesa en este pan era muy incómodo, no podías agarrar bien porque había demasiado pan, además de que el propio pan estaba frío y un poco duro. La pera confitada que traía mi hamburguesa también estaba fría y no me gustaba ese sabor frío.
Al traer la cuenta tuvieron algunos errores por aplicar la promoción y tuvimos que pedir que rectificasen.

Cuando dicen «The best burger in town», no están mintiendo.
Anoche fuimos a cenar aquí, ya por tercera vez. Casi cómo un antojo.
Aunque siempre leyendo la carta, quiero probarlo todo, el costillar tiene una pinta! Pero otra vez será por que a este sitio se vuelve.
Eso de hacerte tu hamburguesa a medida rompe el molde de los «burger joints». Primero eliges el tipo de hamburguesa (lo difícil, anoche le toco a la Pampa y la British), luego la carne (que siempre la pedimos de buey), el tamaño (una M 250gr, hay hasta XL!), el pan como siempre americano, y unas patatas fritas para no romper la costumbre.
BUENÍSIMAS!!!

Casualmente me dijeron de ir a probar este sitio, y yo que soy muy aficionado a las hamburguesas, por supuesto acepté ante las buenas críticas del restaurante que me habían hecho (de su otra sede en la Calle Virgen de los Peligros).
El local es bastante amplio sin llegar a ser grande, y dispone de dos plantas. La decoración es bastante bonita de estilo americano, me recuerda un poco a la de los Ribs, aunque bastante más ligera.
Entrando en materia, la carta es bastante completa, y bastante típica de estos lugares. Probamos los aros de cebolla, que estaban muy buenos, aunque podían haber sido un poco más generosos con la cantidad, y una ensalada capresse, que era estilo milhojas (tomate, mozzarella, jamón serrano y unos frutos secos) muy recomendable.
En cuanto al objeto de nuestra visita, que eran las hamburguesas, decir que la carta me gustó mucho, pudiendo elegir el tamaño (hasta 500grs ¡bien!), diferentes y deliciosos panes donde de verdad cabe la de 500 grs (mollete, de cereal, tradicional americano…), y acompañantes típicos. Para la carne puedes elegir entre ternera o buey, las dos deliciosas, y cocinadas en el punto justo.
Los postres también muy ricos, aunque no les quedaban apenas de los que hay en la tarta, así que finalmente optamos por un espectacular carrot cake y helado de dulce de leche.
El punto negativo lo puso el personal del restaurante, que no sabían muy bien lo que se hacían. Empezamos con la espera de 30 minutos para que nos trajesen los entrantes, y en vez de estos ¡nos trajeron las hamburguesas directamente!, por lo que tras protestar nos trajeron los entrantes y tuvimos que comer todo a la vez. Tras pedir los postres (que ya están preparados) otra media horita de espera, total dos horas para cenar. Y luego llegó el momento en que tras pagar nos dijeron que creían que habían cobrado mal, y se volvieron a llevar la cuenta.
Es una pena que se organicen tan mal, porque las mesas que nos rodeaban estaban sufriendo los mismos retrasos y sinceramente espero que sea una cosa puntual y que la pueden corregir, porque si fuese por la comida este sitio se merece una estrella más.