Nanai

Wir kamen ziemlich spät, aber das ist ja in Madrid zum Glück nichts Ungewöhnliches. Und wir hatten großen Hunger! Wir bestellten vegetarische Ravioli (10,50 Euro) und Provolone Käse mit Trüffel (9,50 Euro). Davor bzw dazu kam Brot. Das war aber wirklich kaum noch essbar — so trocken! Schrecklich. Der Käse war leider nur angeschmolzen, nicht richtig gebacken und von Trüffeln war überhaupt nichts zu merken. Die gebrachte Tapenade hatte nicht einmal Trüffelöl gesehen. Das Dessert (schokokuchen mit Mandarineneis, 5 Euro) schmeckte leider nicht hausgemacht.
Fazit: der Laden ist nett eingerichtet, das Essen war für Madrid eher unterer Durchschnitt.

Amazing find in a small street in Madrid. Great food, ambiance and value. On a Thursday they have live music of a very high level. Don’t miss it.

The restaurant looked empty when we walked past at 9.30 but the lady behind the bar with teardrops painted below her eyes gave us a friendly smile that was comforting in a time of need. It was our first night in Malasana and our apartment was rather cold. Perhaps it was the predictable brand name shops in our street that made us feel depressed. We knew it was a great area but at the moment it was just another consumers treadmill. We returned to Namia with our children at 10.30 and had a very satisfying experience. It had a theatrical air on this particular night. The décor, the melancholy lady behind the bar, a charming friend of the proprietors who ran a spice shop nearby and assisted us to order made it a fresh and welcoming experience. The music mix included the pink Martinis and some French chanson. The Iberian pork on a bed of savoury potato was delicious and went rather nicely with my wife’s truffle infused mushroom risotto. Our Ribera Crianza did the rest of the job. It’s a very nice restaurant. They care about their ingredients and they certainly cared about us.

Eso ha sido el descubrimiento Unilocal del verano, fuimos en junio y ya son 4 las veces que hemos vuelto. Cocina mediterránea, me conozco la carta de memoria, pero para la primera vez que se vaya, hay que dejarse conquistar por el humus de entrante, la pluma ibérica y el tartar de atún & salmón.
Le doy 4 estrellas (antes 5) porque la cocina es óptima, pero el servicio es un poco lento, cada vez fuimos entre semana y no se notaba, ayer fuimos un sábado y por la primera hora había un solo chico a ocuparse della barra y del restaurante para luego ser acompañado por otra camarera mas, en estos días de finde con mucho lío esta bien tener un par de personas más a ocuparse que todo el mundo este bien atendido.

Excelente lugar para tomar algo en el corazón de Madrid. Muy recomendable el humus y la carne. El ambiente es lo mejor, con una decoración más que acertada y un trato muy correcto por parte del personal. Los precios están en la gama media y creo que la cocina está muy a la altura. Los sofás invitan a una buena conversación después de la cena.

¡Vermut de grifo y cañas a 1 €! Ante un reclamo así cómo no entrar tras 1 hora achicharradas al sol cuando lo que ves es un sitio fresco, abierto, e insisto, ¡1 €!
A mí mezclar me va mucho, así que pedí un vermut aunque yo de lo que soy es de cerveza, y estaba fresquito y rico.
Un sitio muy mono, así rollovintageyasabéisqueesloqueseestila, con unos sofás muy cómodos en los que estar tranquilamente mientras disfrutas de la brisita de las cristaleras abiertas, o también poder marujear lo que pasa por la calle Barco.
No recomiendo la caipiroska de fresa, pues lo que llegó era un cóctel a base de algún rollo radioactivo y creo que no estaba muy allá. Con cañas a 1 € ya me tenían ganada.
Interesante descubrimiento fortuito que seguro dará pie a una segunda visita a ver qué se cuece.

Vermú del grifo y cañas a 1 € todo el día — ¡win! Con unos sillones que dan a la calle es casi como tuviera terraza, y así escapas de las manadas que se apoderan de cada terraza en cuanto haga un poco de sol.
El servicio un poco ni fu ni fa el día que fuimos pero para mi, la decoración es tan bonita que ni me enteré. Hay que cotillear por todo el local, que hasta los aseos son geniales.
Volveré por ese sillón tan cómodo al lado de la ventana, y un vermú bien frío.

Me resultó muy decepcionante la visita a este local, por el que había pasado en multitud de ocasiones y que me parecía que merecería pasarse en alguna ocasión.
Pues bien, el otro día entramos aquí como segunda opción después de cenar para tomar algo. El local es bastante amplio, con una zona cerca de la barra con varias mesitas bajas y otra zona tipo comedor solo con mesas. La decoración curiosa, con las mesas y sillas cada una de su padre y de su madre que se lleva tanto ahora.
Como íbamos a tomar algo no miramos la carta de comida, pero en cuanto a bebidas tienen batidos naturales que están bien, pero nada del otro mundo (aunque se agradece que no sean de botella), cervezas, vino y en general poca variedad en cuanto a alcoholes, aunque lo que vi estaba bien de precio.
Lo malo fue como nos trataron los que nos atendieron, que parece que se tomaron a mal que juntásemos dos mesitas para sentarnos los seis, cuando estábamos solos en la zona de la barra (hay que decir que después se llenó). Hubiese preferido que nos dijesen que no las podíamos juntar e irnos a otro sitio que a aguantar las puyas y malos modos con que nos trataron dos de los camareros (el otro fue muy correcto), que nos hicieron pasar un rato muy desagradable.

Este comentario de Nanai se lo debo al camarero que nos atendió el pasado sábado. La comida, bastante rica, nos la sirvió un chico encantador que nos ofreció varios entremeses mientras llegaban, con retraso, nuestros platos. ¡Con una sonrisa, todo sabe mejor! El local también nos gustó mucho, en esa línea tan en boga ahora de utilizar mobiliario de mercadillo.

Had a charming dinner here one night. The waiter was a sweet young man who really took care of us despite our paltry Spanish.
Nanai is much quieter and more, dare I say, sophisticated, than many places in this neighborhood.
The food was all very good.
The tiny gazpacho shot amuse-​boushe was delicious.
The mushroom risotto was deeply tasty.
The weird thing was that the same Nina Simone song was playing over and over on the sound system. I like her. I like her a lot. I did not like hearing the same song over and over during an evening. I almost said something, but didn’t want to be the ugly American complaining guy…

Ayer me dejé caer por aquí con mi chico para matar un poco al sed antes de cenar. No conocía este sitio y me parecio una monada.
Bueno, lo del rollo de una silla, mesa, etc de su padre y su madre es algo que ya huele en el barrio, pero siempre nos gusta seamos sinceros.
El camarero muy majo y la caña muy bien tirada. No sé cuánto es el precio ya que pago mi chico, pero creo que serían unos 2 euros porque es una especie de híbrido entre caña y doble. Eso sí, rica rica pore alhambra.
Tiene limonada natural así que la tengo que probar para ver si poner este sitio en mi lista de limonada.
Es un sitio genial que abre las puertas para que entre el fresquito y nos pusimos en las sillas playeras que me recuerdan a la casa que tiene mi familia en Cullera.
No probé la comida pero creo que tiene buena pinta. Así que me lo apunto para catar la prox vez.

Nunca he comido en Nanai porque no ha coincidido, pero como cafetería me encanta, me vuelve loco. Es un sitio muy tranquilo y perfecto donde apostarte en un sofá y tomarte algo, tanto en compañía de alguien como solo (alerta, ¡tienen WiFi gratuita, así que puede que te quedes más de lo que pensabas en un principio!).
Además de servir un café muy rico (que no es muy normal, la verdad) y con la leche a setecientos grados centígrados si se lo pides (que es como a mí me gusta, nada de cafés con leche fría), te ponen una pastita con el café, que es un poco lo suyo.
Por otro lado, tienen una carta de batidos absolutamente espectaculares que son una auténtica delicia. El de plátano viene con unas almendras por encima, y está absolutamente espectacular. Igualmente, cuentan con una extensa carta de tés e infusiones.
Por si esto fuera poco, tienen unos camareros que son puro amor, siempre están sonriendo y a la segunda vez que los visitas te sientes como si fueras de la familia. Así que absolutamente recomendado hacer una parada aquí un día si estás por el barrio.

Cada vez la calle Barco es más transitada, imagino que la cuesta que tiene si vas desde Gran Vía, invita a cambiar de calle, pero últimamente observo que la calle va teniendo más vidilla.
El Nanai (nono :)) es muy amplio, a la izquierda de la entrada esta la barra, tiene dos ambientes, el de la barra que es un saloncito con sofás setentones cada uno de su padre y su madre, y un salón restaurante propiamente dicho al fondo.
Las veces que he estado nunca ha estado lleno, por lo que el ambiente de la cena ha sido óptimo, las ensaladas y el humus que es lo que he probado están buenos aunque las raciones no son brutales (aviso). De precio es razonable y las chicas son amables.
Todo está muy limpio, la barra, el salón, y sobre todo los baños (algo admirable en Madrid en un sitio de cañas).
También he estado alguna tarde de cañas, y como tiene una fachada tan abierta la verdad es que era un gusto el fresquito que rondaba.

Lo cierto es que aunque estuve aquí hace ya bastante tiempo, recuerdo que el lugar me gustó mucho por la decoración, muy amplio y muy como de salita de estar, con esas sillas de pueblo y las mesas camilla. Me llevaron en una primera cita y fue un acierto, desde luego. Fui por la tarde, en plan merienda, y si la memoria no me falla, me pedí un batido que estaba bastante bueno.

A mí siempre me ha molestado cuando al pagar la cuenta en un restaurante tengo la sensación de que pago más por la decoración que por lo que cae en el plato. No sé, quizá sea raro, pero siempre he considerado que lo de tener un local chulo, agradable y atractivo es una obliación del dueño para competir mejor, no un lujo por el que deba pagar el dueño.
Dicho esto, la comida está bien. Yo pedí un tartar de ventresca y salmón con queso (10 €) que no pasará a mi historia personal (ni por bueno ni por malo).
Eso sí, es un buen sitio para una cita porque lo cierto es que el local mola una barbaridad.

Es uno de los muchos restaurantes monos de la zona. Ubicado en la calle Barco, una vía que está adquiriendo notoriedad por ser hilo de unión entre la remozada zona de Ballesta y el barrio de Malasaña, Nanai ofrece ambiente y decoración moderna dividido en dos espacios. Uno más cercano a la entrada, con la barra y silloncitos en plan relajao, y otro salón con mesas de alturas diferentes donde poder tomar cañas e incluso cenar. El humus resultó muy bueno. Precios muy razonables y servicio muy majo. Una vez más la paridad brilla por su ausencia y la invitación a chupitos sólo es para las chicas guapas.

un sitio para tomarse una cerveza, o la primera copa o algo para cenar, si andas por malasaña.
el ambiente es mu bohemio, tienen siempre exposiciones de arte y han separado dos ambientes: el de la entrada con la barra, para estar de pié y tomar colodros y tal, y otro rollo salón con mesas y más tranquilo, para pedir comida y charlar.
de la comida, lo mejor las patatas 3 quesos y las croquetas. no es nada caro.

Apenas un 1 año de vida y se ha afinanzado como uno de los mejores de la zona. Recomendado

En este restaurante podemos encontrar platos árabes, argentinos, y otros exclusivos, todos ellos con una calidad excelente y a un precio muy aceptable. Personalmente recomiendo el tabule, la ensalada verde con vinagreta de miel, las patatas tres quesos, y las patatas gauchas, que son la especialidad de la casa.
Además, la decoración es realmente original, y los cuadros van cambiando periódicamente y generalmente se pueden comprar.
Eso sí, hay que estar bastante atento cuando busquemos el sitio, porque por fuera no parece lo que es.

Das Nanai ist eine supersüsse kleine Bar/​Restaurant in einer Nebenstrasse weg vom Touristenclubs. Es gibt dort tolle Bestuhlung — ich glaube es gibt keine zwei Stühle vom gleichem Typ — und immer wechselnden Wandbeschmückung. Mein Geheimtip ist die Quesos: warmer und somit weicher Käse mit Gewürzen wird mit kleinen Brotstückchen verschiedener Art serviert. Lecker und tolle Lokation zum endlosen Quatschen und herumalbern!
Einen Pluspunkt gibt es für die aufgeklärte Einstellung des Besitzers: es gibt am Ausgang ein Glas mit Kondomes — kostenlos. RESPECT!