Mastropiero

Un lugar acogedor con una mujer al mando entrañable.
Realmente nos ha encantado el sabor de las pizzas, riquísimas. Además fomentan una buena costumbre, a quien no use el móvil en la cena le regalan el postre (también abundante y riquísimo.
Un 10, volveremos seguro.

A mí siempre me apetece pizza, si no me apetece es que estoy mala, así que me sugirieron venir aquí un día a cenar a lo que obviamente no puse ninguna pega.
El local no es muy grande, es agradable y tiene encanto, eso sí, luz muy poca.
Las pizzas pequeñas (para una persona) rondan los 11 €, no son baratas, las bebidas sí que tienen un precio más apropiado.
Personalmente me gusta más la pizza tipo napolitana, de masa fina, esta me pareció un poco gruesa y que se veía desbordada por el contenido, al final es un poco como para comer con cuchara.
También tienen empanadas (argentinas) que no probé.
Sí que me parece un sitio que recomendar y probar, pese a que su pizza no sería de mis preferidas.

Not to shabby! Went here on a Monday looking for some quick grub after a long day and wasn’t disappointed.
We honestly walked past it while looking for it as it’s a somewhat unassuming place. Walk in and you’re met with a mix of bistro meets old-​school rock (read vinyl) hall. The owner is super nice (only speaks Spanish), but we were able to order a small ½ Mastropiero ½ Pulpo pizza, two house wines and water with no issue.
The pizza itself is good, one of the more unique slices I’ve had recently, and by Madrid standards, probably one of the best. The biggest issue I had with it was the sheer amount of grease (read a ton of cheese) that was on the pizza. Flavor was good though, so no major complaints.
The owner came over at some point during our meal and told us that when we were done eating, we should bring our plate over and she’d give us dessert on the house… a super nice gesture to say the least. She gave us a slice of each of their three deserts (chocolate cake, cheesecake and dulce de leche), of which only the dulce was any kind of stand out.
They do have empanadas, and while we didn’t have any, they looked really, really good. I’ve heard the place gets crowded, but honestely, we were one of only 3 tables there at 9pm, so earlier in the week may be the best time to visit if your schedule can handle it.

Don’t let the pricing deter you from trying what I can confidently call one of the best casual dining experiences yet. A friend and I were so overwhelmed with the pizza selection, which included a great variety from classics like Margherita and Neopolitana to more exotic pies like Gallego (mozzarella cheese pizza with red sauce, octopus, garlic, parsley, pepper, olives, and oregano) and Mastropiero (also a red sauce pizza with mozzarella, jamón, peppers, anchovies, eggs, olives, and oregano). We were then introduced to the empanadas made in house daily, from which you could choose one with or without meat.
In the end, the owner helped us choose by suggesting we get one pie, un mitad de Prosciutto y la otra de Vegetal (half & half), as well as the Empanada de Maiz (corn). The pizza, although extremely cheesy, was super flavorful and loaded with vegetables and spices. The Empanada de Maiz was made with corn, onion, leek, and cumin — a warm, peppery mix of earthy flavors. After finally putting in our order, the owner told us that if we don’t take out our phones and talk the whole time, we’ll get free dessert (which I thought was adorable and a great trade off). Honestly, the food was so good that we didn’t even think to take out our phones, and the only talking we did was about the magical flavors in our mouths. We brought up our plates and were then given a sampling of each of the three desserts — chocolate cake, cheesecake with blackberry jam, and dulce de leche (a chocolate-​y condensed milk). After that was savagely devoured, we once again brought up the plate, and the owner asked if we’d like more. I guess our «no thank you» was not convincing, because she smiled and made us another plate.
Please do yourselves a favor and pay a visit to this charming, small business run by a woman who is evidently doing what she loves.

Aunque han abierto un nuevo local de mastropiero muy cercano, el auténtico e inimitable sin duda es el de la calle san vicente ferrer. La catalogaría como una pizzería con encanto y personalidad. Problema, el restaurante es realmente pequeño, de mesas altas, por lo que encontrar sitio en muchas ocasiones resulta complicado., y además, de horario reducido, no siempre abierto. Sin embargo, recomendable 100%. Las pizzas, son puramente artesanas y de una variedad increíble. Tiene ese sabor característico que sólo lo dan las pizzas hechas con esmero artesano. Otro valor muy importante del local, la dueña, encantadora, y siempre con una sonrisa al servirte, además de explicarte perfectamente los distintos sabores. Y la sorpresa…¿la desvelo…, ¡siiiiiiiii! el postre de dulce de leche que siempre acompaña al pizza que hayas pedido. Enjoy it!

Cuantas veces habré pasado por la puerta y ni lo he visto. Pero ahora ya es imposible que no vea el Mastropiero si paso por delante.
Que pizzas, que empanadas, que postre… Además, el sitio tiene el encanto de ser pequeño y oscuro.

Para mi gusto es LA PIZZA de Madrid. Es un sitio pequeño y con mucha solera (abrió en el 82). Está regentado por Mirta una argentina encantadora que te recibe con una sonrisa todas las noches, es un local en el que se sirven unas pizzas y empanadas increíbles recién horneadas.
La carta se compone de 16 pizzas cuyos precios oscilan entre los 10,50 € y 23 €, dependiendo si escoges la pequeña o la grande. La pizza erótica (elaborada con tomate, queso roquefort, nueces, sal de apio y mozzarella) es la estrella de la carta, he llegado a ir con 8 amigos y todos hemos pedido la misma, por algo será ¿no? La calva y la gallega también me gustan mucho.
Es pizza argentina, pero no es de masa gorda, es bastante fina. Puede ser que no te termines la pizza y entonces Mirta, te la pondrá para llevar. Esa mujer no tira nada, es más te regaña por no terminarte la comida :)
Lo que es mítico en el Mastropiero es el postre, y ¿por qué? Pues porque te lo regalan. Mirta te sirve un platazo compuesto de tarta de chocolate, tarta de queso y dulce de leche ¡una bomba!
Hace unos meses abrieron una segunda sucursal del Mastropiero en la calle Palma, muy cerca del original. Parece ser que Mirta tiene la intención de jubilarse y, aunque no cerrarán el Mastropiero de San Vicente Ferrer, lo llevará su hijo.

Todo un descubrimiento esta pizzería. Fuimos a cenar 3 parejas y pedimos 5 pizzas pequeñas, que fueron suficientes aunque tampoco me quedé lleno; si bien es cierto que para llenarme el agujero negro que tengo por estómago es necesario mucho material.
Sea como fuere, las pizzas estaban muy muy ricas, muy naturales y sabrosas; quizá un poco pasadas de sal algunas, pero riquísimas. Tienen un salón enorme en el piso de abajo, por lo que difícilmente tendréis problemas para encontrar sitio.
El broche fue el postre. Cuando nos disponíamos a pagar para irnos, nos sorprendieron con raciones de tarta y dulce de leche para todos por cuenta de la casa. Un detallazo. Algo que hizo que me doliera menos pagar la cuenta, que fue un poco más abultada de lo que me esperaba.

«Pizas, tostas, empanadas y cubos de cerveza» ese slogan rezan en este local de Malasaña, del que solo puedo comentar el tema de las pizzas: el que conozco.
El precio medio son 10 € por pizza pequeña y el doble por la mediana. Con una pequeña puedo decir que es más que suficiente por persona, buen tamaño y calidad de producto.
Me parecieron algo caro los precios de la carta, pero al menos pagas con gusto al salir y encima te regalan el postre, que consta de una porción de tarta de queso, una de brownie y un poco de dulce de leche para 2 personas.
El servicio es muy atento, y me gusta que expongan cuadros de gente los cuales están a la venta, para promocionar a artistas.
Tiene muchos puntos en su favor, pero lo valoro como «Normal — OK» porque creo que es la nota justa, mentiría si dijese que me considero fan del sitio. Volveré más veces a ver si consigo subirle la nota!

¿Quieres un sitio con encanto en Malasaña? ¡pues ve a comerte una pizza a Mastropiero!
Local original regentado por una pareja de argentinos súuuuuperamables que hacen unas pizzas caseras buenísimas, con ingredientes de calidad. Son de un tamaño medio y con una de ellas puedes comer perfectamente.
La gran sorpresa aparece cuando llega la hora de los postres porque, sin saberlo porque no se avisa, aparecen con un buen plato de tarta y una gran dosis de un dulce de leche buenísimo. No te asustes, ¡es gratis!
El sitio es pequeñito, de mesas altas y de arrejuntarse bien pero es agradable y cálido, sobretodo por la amabilidad del trato.

Pequeño rinconcito de Malasaña, donde te sientes como en casa. Es, sobre todo, una pizzería argentina buenísima; además, la luz, el ambiente, el trato y por supuesto, lo que sale del horno hacen que sea de lo más acogedor. Pizzas y empanadas hechas al momento, y de postre, siempre regalo de la casa, un trozo de tarta de ricotta y otro de chocolate, acompañadas por una generosa ración de dulce de leche.
Imperdible!

Conocí el lugar a través de una amiga argentina y lo cierto es que me he quedado asombrada con esta pequeña pizzeria argentina.
Es establecimiento es pequeñísimo, así que a veces toca esperar para que alguna mesa se quede vacía. sin embargo, vale la pena probar este local.
Fui con una amiga y probamos una pizza mastropiero y otra erótica. Pizza como antes no había comido yo en Madrid. Además, luego probamos una empanada criolla y tampoco hay pega alguna. Estaba buenísima.
La atención es impresionante. Una mujer mayor, argentina con gran sentido del humor que no duda en hacer algún que otro chiste y para rematar te pone un postre gratis que es un trozo de tarta de chocolate y otro de tarta de queso y todo con una capa bastante curiosa de dulce de leche. Apto para los más golosos.
Una cena que pienso volver a repetir :)

Ya se sabe que a principios del siglo XX muchos italianos emigraron y un buen puñado acabaron en Argentina (por eso tantos futbolistas Argentinos con pasaporte comunitario!!). Pues claro, llevaron la pizza y tropecientos años después la pizza argentinizada llegó al Viejo Continente de vuelta. Recaló en Madrid gracias, entro otros, al Mastropiero, donde se come de p.m. (cuando hay sitio, claro), se paga decentemente y sobre todo, se acepta el regalo de la casa, la tarta de dulce de leche, un postre que consigue que las chicas pongan una cara de placer que ya me gustaría a mí ser capaz de provocarlas.

Gastronomía argentina. Pizzas y postres de muerte. Imprescindible para los que gustan de comer, sobre todo si son amantes de la cocina del país suramericano. No presenta excesiva variedad, pero no falla en lo que ofrece. Eso sí, por el espacio y por las sillas no se puede permanecer mucho tiempo, siempre que consigas sitio. Recomendaríà la pizza Margarita, y en lo que se refiere a postres como buen sitio argentino: tartas de dulce de leche, y bizcochos de chocolate. Este último manjar, es el arma de enganche que su dueña ofrece a sus primeros visitantes. No se equivoca. Clásico sitio del barrio que conviene conocer.

La generosa política del local ha invertido las motivaciones en algunas de mis amigas. Hasta hace poco acudíamos al lugar a probar sus riquísimas pizzas en un ambiente apretado pero agradable y sin humos, incluso antes de la persecución fumeta. Pero desde que la encantadora señora argentina que regenta el lugar regaló a estas señoritas una porción de tarta de dulce de leche como postre (lo hace con todo el mundo) casi que acudimos al lugar a pagar por el postre y a que nos regalen las pizzas. De estas últimas os recomendamos la Erótica y la de pulpo. Por 15 euros coméis, bebéis, os erotizáis y os endulzáis.

Una pizzería argentina, suena raro, ¿verdad? Pues como lo suyo es ver para creer te invito a que visites la Pizzería Mastropiero. Un local regentado por una argentina en el que puedes probar las mejores pizzas de Madrid. Puedes preparártelas a tu gusto y con ingredientes tan originales como las nueces.
El sitio es un poco pequeño y comes de pie pero siempre cualquier excusa es buena para dejarse caer por allí. Y si encima, te regalan el postre ya ni te cuento… sí sí…has leido bien, te regalan una porción de tarta de dulce de leche.
¿Te están entrando unas ganas locas de ir, verdad? Mmmm a mí también, voy a llamar a alguien a ver si se anima para ir a cenar al Mastropiero.