La Musaraña

Os propongo un recorrido para que me contéis si experimentáis la misma fuerza de atracción que una y otra vez me empuja hacia un espacio (no puedo llamarla tienda, tiene demasiado estilo) que acabo de descubrir:
Bajar la calle Moratín (empieza en la salida del metro Antón Martín a la calle Amor de Dios). Cuando lleguéis al número 24 girar la cabeza a la derecha. ¿El espacio os ha absorbido, verdad?
Pues en esas estoy. Cada vez que llego al número 24 entro en este nuevo espacio/​tienda llamada la Musaraña. No lo entiendo, porque la mayoría de los tesoros que esconde están destinados para las chicas. Pero estoy tan enganchado que he llegado a probarme una camisa de seda con motivos hortícolas sólo para disfrutar de su maravilloso probador vintage.
Pero es que la decoración es tan potente, tiene tanto gusto, que me veo obligado a pasar, pisar su suelo hidráulico y bucear entre sus paredes descarnadas de pintura.
¿Pero qué encierra La Musaraña? Tesoros, por eso las prisas no están permitidas: Ropa femenina diferente, muebles restaurados con colores atrevidos, grabados con una fuerza brutal (la dueña es la artista); zapatos mágicos; bolsos vintage; unos juegos reunidos Geyper de los años 50; una cesta de picnic setentera; cuadros de revistas de divas de los 60, lámparas araña,…
La dueña se llama Ana. Es encantadora. Nunca la compro nada, pero me sigue dando conversación. Creo que me la gané el día que entré con el perro de una amiga que saco a pasear de vez en cuando.
Ana adora los perros. Permite su entrada a la Musaraña y deja siempre un cuenco de agua para que los canes aplaquen su sed.
Yo no paro de recomendar la tienda a mis amigas, ni de pasarme para no comprar nada. No lo entiendo, porque además los precios son bastante económicos. Me lo voy a hacer mirar