Begin the Beguine

Este bar de copas en pleno barrio de Las letras se muestra como un sitio muy oscuro, luz suave y con un ambiente íntimo. Vamos que parece mentira que esté donde está.
Lo más destacable de este sitio son las caipirinhas, servidas en copa grande como debe ser. En cuanto al servicio pues bueno, el camarero va un poco a su bola y solo se encarga de servir, le pagan por ello, pues es lo que hace. En cuanto al precio no recuerdo bien cuanto nos soplaron pero bueno, hay sitios más caros seguro.
La decoración no deja indiferente a nadie, parece un barco en toda regla. Bastante curioso.

Este es un pub muy especial de la zona de Huertas. Tiene asientos como en U y mesitas bajas, está lleno de rincones, el suelo tiene inclinación irregular a posta, las paredes están llenas de cacharros y anaqueles atiborrados de botellas antiguas y sobre la barra creo que he visto hasta una máquina de escribir vieja. La especialidad del bar son las caipirinhas, pero no las pidas con prisas, porque al final vendrán igual, en enormes jarrones de base cuadrada. El ritmo del bar lo marca el camarero, que parece un viejo marinero con su gorra, y que suele poner muy buena música: jazz clásico, funky, electrónica tranquila. Eso también significa que el horario es indicativo (hay días que no lo he visto abierto hasta la 1, y cerrar realmente no sé cuándo cierra).
No paro de volver a este sitio, y dudo que pare nunca, al menos mientras recuerde que la primera vez que estuve, sin haberme acostumbrado todavía a lo bizarrete de la decoración, vino a pedirnos un cigarrillo un señor que estaba en la mesa de al lado. La conversación subsiguiente derivó en ofertas de empleo para exportar materiales de construcción, en que no nos podía decir quién era uno de sus acompañantes porque era un «constructor muy importante» y que lo que sí nos podía decir era que su otro acompañante, su guardaespaldas, podía librarnos de cualquier molestia por un precio adecuado. Cuando salieron yo juro que oí música de Kusturica siguiéndoles, pero debió de ser mi imaginación. Aquel tipo nos dio la noche, pero también convirtió el lugar en algo especial para mí.

Exquisitas caipirinhas
Un alto imprescindible en la zona de Huertas para tomar una caipirinha. Son enormes y riquísimas. En un ambiente a base de música brasileña (claro). Ponen a menudo canciones de Olodum, el famoso grupo de Bahia.