La Mojigata

Con intención de dar la espalda a una incipiente resaca resolví afrontar la mañana con un desayuno de princesa. Después había quedado con Ana para ir al rastro, cita ineludible para un domingo madrileño. Contemplé opciones cerca de la zona donde me alojaba y finalmente di con un local en el que la primavera entra sin preguntar, colmándolo de armonía. Me complació comprobar que reunía todas las condiciones que yo había estimado deseables para aquel desayuno: una carta variada y original, cocina casera, decoración hogareña y cálida y un personal de lo más familiar; les harán sentir como en casa. Entre todas las opciones de consumo opté por el clásico: bollitos de pan, tómate natural, mantequilla y confitura (homemade), huevos revueltos, queso fresco, pavo, té, yogur y fresas. Por si fuera poco, y hablo desde la más descarada ironía, también pedí un croissant casero con chocolate belga. Cada bocado es único. Para recordar, para volver.
PD: Muy fan de que sustituyan el ya manido anglicismo de «brunch» por «desayuno tardío».
PD2: Muy fan también de la contraseña de WiFi

Ha dejado de ser un café-​restaurante para centrarse en el negocio del catering. Una pena, porque sus platos eran magníficos y el local tiene mucho encanto. Ahora solo reciben cenas privadas (mínimo 8 personas) y su horario de apertura se limita a las mañanas del fin de semana para ofrecer ‘desayunos tardíos’, como prefieren llamarlo. Lo mejor: todo homemade y ecológico, desde el pan hasta la mantequilla. Y una repostería excepcional.

Me hacía mucha gracia el nombre de este sitio, que descubrí hace bien poco precisamente cuando me dirigía a uno que estaba cerrado por vacaciones. ¡No hay mal que por bien no venga, todo sea dicho! Pero lo cierto es que terminé completamente enamorado de este sitio por varias razones:
1) Decoración vintage, paredes semi desnudas. Siempre he sido yo más del minimalismo que de otra cosa, y me parece que La Mojigata tiene la cantidad de decoración justa, ni mucha ni poca ni todo lo contrario. Con sus cosas vintage, y sus cosas modernas, y un nivel de iluminación suficiente.
2) Se ve la cocina desde el restaurante, y la cocina es un sitio chiquitico donde se hacen las cosas con mimo y con amor, y eso se nota.
3) Hay batidos naturales, recién exprimidos. De piña, de plátano… y ricos ricos.
4) Tiene WiFi.
5) Tiene una jarra de agua con vasos. Porque el agua del grifo de Madrid es de las mejores del mundo, y hay veces que simplemente tienes sed, pero no te apetece beberte el batido en dos chupadas. Cuesta prácticamente 0 € y asegura un cliente satisfecho al 100%.
6) Tiene unos dulces caseros de caerse de espaldas. Basta con echarle un ojo al mostrador.
7) Todavía no la he probado, pero tienen mantequilla casera. Cuando me enteré, me maldije por haber desayunado.
8) Te atienden con una sonrisa, algo siempre muy importante.
9) Pasan del concepto de «brunch» y lo han renombrado «desayunos tardíos», que mola TODO.
10) No tienen menú. Vas, te sientas, te sorprendes y –como en casa de tu madre– te comes lo que haya y lo que te pongan encima de la mesa.

La mojigata café es posiblemente uno de los lugares más encantadores del barrio de Las Letras y en realidad de Madrid. Es un café pequeñito, independiente, con una decoración de toques rústicos y sólo espacio para 4 o 5 mesas que por supuesto se comparten. En la puerta tienen un banco, preciosas pizarras con los menús escritos con una caligrafía lindísima y un platito para que beban los perros si algún cliente viene con alguno. Las chicas que atienden son adorables y te hacen sentir como en casa. Todo lo que preparan aquí es ecológico y casero, incluso el pan (tienen muchos tipos, incluido pan con trocitos de chocolate) y por supuesto los zumos y las tartas. Abren durante todo el día, puedes venir a desayunar, comer, merendar o cenar, y también puedes tomar unos cócteles al salir del trabajo. El menú cambia a diario y los precios están bastante ajustados. Hoy he ido a eso de las 17:30 a merendar con mi chico y nos hemos tomado un zumo enorme de fresa y kiwi recién hecho, un café con leche, un trozo de bizcocho de plátano y nueces y un trozo de tarta de pudding de zanahoria, riquísimo todo. Y por unos 10 €, nada mal. Recientemente han lanzado los ‘desayunos mojigatos’: los domingos, si vives en la zona de Huertas, te llevan el desayuno a la cama con la prensa que elijas. Escoge entre ‘Jo que noche’, ‘Soy vegano’ o ‘Su desayuno Señora Marquesa’ y disfruta de zumos recién hechos, bollitos, tartas, mermeladas caseras También organizan caterings para eventos (o caserings: D) y cursos de cocina. Un lugar único :)

Encanto parisino, decoración rústica-​moderna, batidos tropicales, comida ecológica. Un gustazo.
Un local nuevo que en poco tiempo se ha hecho con una clientela fija. Menús de mediodía saludables, bien presentados y con mejor sabor: hummus de judiones, sopa de calabaza y naranja (¡deliciosa!), rollitos de col, pollo y pimientos… joder, ¡yo, que mato por un buen chuletón, soy adicto a La Mojigata!
También hacen cócteles y batidos naturales. De esos sitios en los que me podría pasar la tarde, si la compañía es buena.