El Jardín del Convento

Una tienda realmente bonita y especial escondida en un callejón junto a la Plaza de La Villa. Merece mucho la pena buscarla y entrar a curiosear. Aquí venden mermeladas, pastas y montones de cositas dulces elaboradas por monjas en monasterios de toda España. Es genial para darse un capricho o hacer un regalo. Además, la decoración de la tienda es realmente bonita, nada más por verla ya compensa la visita. Y la verdad es que quedas estupendamente si estás dando un paseo turístico con gente de fuera de Madrid y los traes a este sitio tan escondido y tan encantador :)

Una de las cosas que más puedo echar de menos cuando llevo largas temporadas en Madrid son las pastas que venden las monjas de clausura de mi pueblo. Ese sabor tan característico que todavía no he logrado encontrar.
Aunque lo cierto es que he encontrado algo parecido, al menos un lugar donde venden este tipo de productos, pastas, galletas o rosquillas procedentes de distintos conventos de España.
A falta de las pastas del convento de mi pueblo buenas son las magdalenas del Jardón del Convento.
Además el trato siempre es bueno.

Un lugar delicioso en uno de los rincones más bonitos de Madrid. Junto a la Plaza de la Villa, en la parte posterior del Monasterio del Corpus Christi del S. XVIII, las monjas han alquilado este espacio a dos simpáticas ángeles. Isabel es el ángel emprendedor.
El Jardín del Convento está especializado en dulces de conventos y monasterios de España. Es una tienda de delicatessen celestiales, pero no pienses en Yemas de Santa Teresa y Huesitos de Santos. La innovación y experimentación también ha llegado a los muros de nuestras iglesias. Estamos en la época del mazapán 2.0.
Antes de abrir la tienda en febrero del año pasado, Isabel se dedicó a viajar por los pueblos de España para probar los dulces que elaboraban las monjas. Todo está testado por el cielo de su paladar. Si algo no le gustaba, no entraba en su jardín.
El filtro de Isabel permite que conozcamos productos tan atractivos como las gelatinas de azahar, de jazmines y de rosas de unas monjas de Sevilla que encierran en su textura transparente los pétalos de las flores. Su visión me hizo pensar en escenas oníricas del mejor cine oriental.
Las Clarisas de Belorado, en Burgos, nos regalan una sensación tentadora, barritas de naranjas envueltas en chocolate. También hay representación masculina. Unos monjes cistercienses elaboran mermeladas artesanales de peras al vino o de zanahorias con canela.
Hay muchos dulces por descubrir: Delicias de nueces, Carolinas (son como brownies más trazas de naranja), turrones y mazapanes durante todo el año. En todos sus productos, detallan los ingredientes. Todo natural. Incluso hay algunos dulces para celiacos. Todos somos hijos de Dios.
Es un lugar perfecto para sorprender con un regalo gastronómico diferente. Preparan cajas, sin coste alguno, para que las llenes con los productos que más te hayan llamado la atención.
Posdata: Isabel está abierta a que le descubras dulces de las religiosas de tu pueblo. Se pondrá en contacto con ellas, y si le gusta su propuesta, encontrará un hueco en sus estanterías.
Pásate, no hay que ser creyente.

Dulces tradicionales, en una tienda fuera de lo común. La dueña se dedica a recorrer los monasterios y conventos de España para recuperar los dulces olvidados.
Se pueden encontrar los dulces típicos de casi todas las comunidades españolas. Mis favoritas son las mermeladas, pero también hay magdalenas, rosquillas, empanadillas… Además continuamente renueva el género, por lo que siempre tienes algo que tienta para probar.
Por supesto los productos son totalmente artesanales, hechos a la antigua usanza, con productos naturales.
La navidad es uno de los mejores momentos para ir, porque trae unos turrones artesanales que están de muerte, probad el de yema. Y los precios perfectos, nada caros y más si se tiene en cuenta la calidad del producto.