Cine Palafox

Lo siento, pero no lo recomiendo. ????Empecemos: fui a ver a Oppenheimer, el punto es que dura 3 horas y en ningún momento hay una pausa, con lo cual se hace un poco tostón pese a la calidad indiscutible de la película. Y ahora llegamos a la parte peor: reconozco que el sitio está muy bien, muy espacioso y cómodo, PERO cada dos por tres ENTRAN CAMAREROS que sirven la comida a algunos espectadores DURANTE TODA LA PELÍCULA, evidentemente molestando los demás espectadores e impidiendo una visión tranquila del espectáculo. Lo siento, pero esto es inconcebible. Yo primariamente no voy al cinema para comer, sino para ver la película. Si quieren servir comida pues vale, pero que lo hagan ANTES de que empiece la peli. Una vez empezada, ningún camarero debería estar autorizado a entrar. Por este motivo, no recomiendo ese cinema a quien realmente quiere ir para disfrutar del espectáculo.

Cine Palafox Luchana, Madrid. Una falta de profesionalidad y seriedad. En la pantalla, para sacar las entradas, indicaba que los mayores de 60 años, acreditándolo, tendrían un descuento. Esto no es así. PUBLICIDAD ENGAÑOSA, una vergüenza. El encargado nos dijo que era por problemas técnicos No volveremos y lo desaconsejaremos

Cine clásico. Buena programación primera sesión 5 euros. personal amable y correcto. Una sala 1 grandisima de las que ya no hay algo vieja. Pero el cine resiste. enhorabuena

Estuve en este cine en la presentación de unos cortos y la verdad es que me gustó mucho; me retrotrajo a mi infancia y al cine Palafox que había en Torrejón… ¡Ya no los hay así! [sigh]
La sala en la que estuve era enooorme, con unas butacas de terciopelo morado algo prostibularias, pero, a la vez, encantadoras y bastante cómodas. Además, tuve la impresión de que desde cualquier fila se vería bien la pantalla, pues esta está bastante elevada y el suelo tiene una inclinación muy propia.
Ahora me gustaría ir a ver una peli, aunque soy muy de VOS y parece que aquí no las predican mucho, aparte de que tampoco sé qué precios se gastan.

Cine clásico donde los haya. Bien conectado con el centro de la ciudad y con el resto de líneas puesto que tiene varias paradas en sus extremos, siendo la más cercana «Bilbao» que pertenece a la línea 1.
Acoge gran cantidad de festivales, pre-​estrenos y eventos especiales dedicados al mundo del cine. Si quieres saber más de este multicines sólo tienes que pasarte a algunas de sus sesiones y verás que también caerás rendido a su encanto.

Para ser un cine de «los de siempre» en el centro de Madrid, es de lo mejorcito. Tienen proyecciones en digital y su aspecto es de renovado total. Además, tienen proyecciones de óperas (en directo y en diferido).
Además los precios de las palomitas y las bebidas (dentro de lo abusivo que suelen ser en este tipo de establecimientos) están bastante bien. Y para los más golosos, tienen palomitas dulces. A pesar de ello, si estás en plan ahorro, tienes un Opencor y un Carrefour Express en la calle Fuencarral donde comprar algo de comida y bebida y pasarla dentro.

Un cine anclado en el pasado, que huele a naftalina y con acomodadores vestidos de pingüino. Le salvan los festivales y eventos que acoge, y la elección de las películas, casi siempre para un público mayor y que no se emitan en los cines cercanos.

Un cine con mucho encanto y en el que se puede disfrutar de grandes estrenos.

No entiendo que, con la que está cayendo en cines y salas de proyección de todo Madrid, el Palafox todavía no se haya decidido a completar su programación –que suele ser bastante rompedora– con pases de películas en versión original, o que incluso no haya pensado en convertirse en un cine de películas en versión original. Yo iría mucho más, sin duda.
Recientemente estuve en este lugar durante dos días seguidos, en un festival de cine de los ’90. Las películas se proyectaban en versión original y con subtítulos, y la sala es amplísima. Mucho más amplia que otras de conocidos multicines en VO y que a veces son poco más grandes que el salón de tu casa.
Por contra, en el Palafox la sala es gigante, al igual que la pantalla, y está decorada con unos tubos de órgano gigantescos. Ay, quién pillara este cine. De todos modos, digo todo esto sin saber siquiera qué tal funciona el cine a día de hoy, porque puede que esté metiendo la pata y siga funcionando tan bien como el primer día, incluso proyectando cintas dobladas. Que si resiste, muy al contrario que otros en la Gran Vía, es por algo.
Por último decir que (lo siento si se os cae un mito) pero adoro las palomitas. Y es por eso que es absolutamente de recibo comentar que el bar de este cine funciona con una celeridad envidiable, y que más valdría que cines de grandes cadenas y centros comerciales (se me ocurren varios, que a mí las pelis en 3D me gusta verlas en pantallas gigantes) aprendieran no solo de la rapidez a la hora de despachar las palomitas, sino también de los precios populares (dos refrescos y una de palomitas grandes por cinco euros) que se gastan aquí.

Algunos de los clientes habituales de este cine dicen que ya no es lo que era. Yo aunque había oído hablar de él durante mucho tiempo no lo he conocido hasta hace unos días…y la verdad, no sé si es lo que era, pero a mí me encantó.
Ya no tanto por las instalaciones o la cartelera si no por la sensación de estar en uno de los cines más antigüos de Madrid que resiste a la modernidad y la vanguardia que caracteriza a la capital. Por dentro es todo un lujo, salas y pantallas de los cines de antes, de los que ya no quedan.
Sin duda, un lugar a visitar.

Cines, que quienes disfrutábamos de los filmes del séptimo arte, ya antes de la llegada masiva a Madrid de los multicines, los consideramos clásicos. Generalmente aguanta más los filmes no siempre más vistos que la práctica totalidad de cines de la capital. Aunque no ponen las cintas en versión original subtitulada.
Su uso se extiende más allá de lo cinematográfico, y también alquilan su sala principal para conferencias y mesas redondas. La última vez que entré, fue para visionar un documental que presentaba un colega sobre Luis Aragonés, y muy cerca del exseleccionador nacional pude observar la emoción de este mito atlético, a quien premiaban con el reconocimiento los aficionados colchoneros.
Después se montó una mesa moderada por el periodista José Manuel Díaz, narrador de los partidos de la liga inglesa, junto a otros mitos de la parroquia rojiblanca como Armando Ufarte, Pepe Navarro, y Calleja. En el que combinaban las preguntas de los asistentes y conducción del periodista, con los vídeos de la época de jugador de zapatones. Un excelente lugar para hacer videoforos, y más barato si se alquila los domingos.

Es un cine antiguo, así que no esperéis muchas comodidades.
A mi me encanta, huele a nostalgia. Han volado los de la Gran Vía, pero el Palafox resiste.
Saca mucho partido a sus tres salas, proyectando casi siempre dos pelis por sala en distintos horarios.
Suele tener una película comercial por lo menos, pero siempre se arriesga y pone cintas de esas que están en pocas salas.
Además suele tener ciclos, proyectando durante una semana películas de países que de otro modo nunca podríamos ver.
Otro detalle nostálgico es que sigue pintado los carteles de las pelis en su fachada. Por dentro también es deslumbrante.

Das Palafox ist ein wunderschönes, altes Kino, das sich aber nicht vor neumodischen Kino-​Komplexen verstecken muss. Ich besuchte es im Rahmen des Festival de cine aléman und war angenehm überrascht, da dort eben nicht nur normales Programmkino gemacht wird, sondern auch solche Spezialveranstaltungen stattfinden. Der große Kinosaal ist zudem sehr beeindruckend, da dort noch eine alte Kirchenorgel installiert ist, die schön anzusehen ist. Auch preislich ist das Palafox sehr angenehm gehalten, es gibt Ermäßigungen für Studenten und andere Gruppen.

Palafox es el nombre de unas enormes salas de cine en pleno Chamberi, concretamente en Luchana, muy cerca del metro de Bilbao, de Igles y de Alonso Martínez.
Solo estuve en una de las cinco salas y me llevé una magnifica impresión: enorme y con unos asientos comodísimos y muy espaciosos. Además, te dejan pagar con Carnet Jovén, algo que muchos cines de Madrid parecen empeñarse en desconocer.
La verdad es que con salas como esta todavía merece la pena ir al cine y disfrutar de una película.

Un cine con tradición
El Palafox se encuentra al lado de la glorieta de Bilbao. Es un cine con tradición, lo sigue llevando gente con amor al cine, que saben aconsejarte, no como en los grandes multicines, en los que nadie sabe nada. Consta de tres salas, la principal es muy grande y cómoda. Sin embargo, las otras son pequeñas y ciertamente incómodas. Si vais a ver una peli procurad que sea en la sala principal. En cuanto al trato las taquilleras son muy simpáticas.