Cine Conde Duque

Grata sorpresa la de este cine Conde Duque. Asistí por casualidad, buscando qué película ver durante la fiesta del cine. La semana anterior ya había visto las que me interesaban (poco previsor yo) y opté por comprar entradas para «Samba», cinta retirada hace tiempo de cartelera.
No me gustó que la página web (reservaentradas) cobrase gastos de gestión, por lo que me presenté en taquilla esperando las típicas colas de la Fiesta en cuestión. Resulta que no eran tales. Ni un alma, seguramente porque todo el mundo frecuenta ya salas comerciales como Yelmo o Cinesa.
Se tratan de unos cines pequeños, casi desapercibidos y a la antigua. Resulta curioso (agradable a la vez) que te reciba y guíe un acomodador. También tener que levantar ligeramente la cabeza porque todas las butacas están a pie de suelo. La pantalla no es gigantesca pero sí suficiente y el audio más que correcto. Los asientos mullidos y la sala coqueta, donde todo el mundo parece respetuoso con el silencio, algo impensable en los cines de hoy en día.
Fue una buena (y barata) experiencia, como acudir a comprar tomates a la frutería del barrio en lugar de ir al Mercadona de turno. Un pequeño gran cine.

Aquí no encontrarás a jóvenes estudiantes vendiendo las entradas, ni amplias butacas. Se trata de un cine de toda la vida, con sus ventajas e inconvenientes.
Bajo mi punto de vida son mayores los pros que los contras: ambiente íntimo, un sonriente acomodador que te dice dónde se encuentra tu localidad, salas pequeñas, poca gente…
¿Los contras? Aquí no encontrarás los descuentos del cercano cine Proyecciones, ni las enormes y confortables butacas de los nuevos cines.
Te gustará o lo odiarás en función de tus prioridades. Para mí, el ambiente de barrio no es comparable a nada más.

Cines pequeños pero perfectos porque no va mucha gente, salvo el día en el que te encuentras una cola enorme de la tercera edad.
Lo único malo es que no están en versión original, así que es bueno para ir a ver la peli comercial de turno el día que necesitas desconectar.
Las salas son pequeñas pero se ve muy bien

Un cine chiquitico, con tres salas de 235, 185 y 90 personas; Sistema Dolby Digital, salas climatizadas y gran amplitud entre las butacas. Las entradas cuestan 7 euros, 5 el día del espectador (miércoles). Suele haber tres sesiones, entre las 17.00 y las 23.00 horas, todos los días de la semana. El horario de venta de tickets depende de la programación (se pueden sacar por Internet sin ningún problema).
Me gusta por su intimidad, ya que a pesar de estar en el centro, no suele llenarse (seguramente por la proximidad de otras salas más grandes en la calle Fuencarral).
Como curiosidad, decir que aquí ha sido la primera y única vez que he visto a un tipo darle propina al acomodador. Pensaba que eso sólo pasaba en los tebeos de Mortadelo y Filemón. Flipé.

Es caro y pequeño
Aunque como digo es caro y las salas son bastante pequeñas. Si has llegado tarde a otras salas y no encuentras un cine, esta puede ser tu salida. En estas salas las sesiones suelen ser entre 30 y 45m después que el resto. Es un cine para los rezagados. En cuanto al precio, la entrada, cara como en todos, a mi gusto. Pero las palomitas y demás me parecen un poco caras.