Me esperaba un sitio mucho más elegante, no sé porqué tenía en mi cabeza la idea de lujo y allí me fui con mis mejores galas cuando en la mesa de la lado la gente iba normal, como en cualquier bar de tapeo de la Latina. Me gustó mucho un detalle que encuentras en pocos sitios pero que cuando lo haces te sientes muy especial por haberlo hecho(estoy segura de que mucha gente que pasa por allí no lo sabe) aunque debes situarte en el sitio exacto si no, nada. Bueno, no me enrollo más, se trata de la acústica del saloncito del piso superior. Debido a la forma abovedada de éste si te sitúas en una esquina eres capaz de oír la conversación de la persona que esté en la otra esquina del salón alto y claro, como si la tuvieses al lado. Repito que debes estar en el sitio justo, hay un margen de unos centímetros pero es un efecto curiosísimo, os lo aseguro. Y en cuestión de comida hubo algunos platos que nos gustaron muchísimo como el tiradito de pez mantequilla y el atún rojo. Tienen el detalle de poner en el plato gotas de diferentes salsas para que pruebes el producto con sabores diferentes y me gustó mucho. Además el detalle de las flores en el plato, hacía mucho tiempo que no lo veía. El único plato que nos«decepcionó» un poco fue el de verduras crujientes. Y no porque no estuvieran buenas, que lo estaban, con su salsa romescu al fondo, crujientes por fuera y melosas por dentro… sino por su tamaño. Os lo recomiendo sí vais a compartir entre varios pero para sólo dos personas, o tenéis mucha hambre o resultará demasiado, como nos pasó a nosotros. El postre llama muchísimo la atención por su presentación y estaba muy bueno. Repetiría sin duda. El vino de la casa, no recuerdo su nombre pero un Rioja muy rico. Los camareros muy amables todo el rato. Y vamos con la dolorosa… tuve la suerte de ir con un descuento del 30% así que salió incluso un poco caro pero asumible. Si no tienes descuento puede resultar bastante caro aunque es un sitio que hay que probar al menos una vez.
David C.
Classificação do local: 4 Madrid
Tenía muchísimas ganas de venir a este sitio, me lo había recomendado varias personas. Y no me decepcionó. El local es pequeñito, pero con mucho encanto, las parecedes de ladrillos, como si fuese una bodega antigua y el recibimiento muy amable. Pero comencemos por lo importante que es la comida, una carta no muy extensa, con 7 u 8 platos de primeros, otros tantos de segundos, alguna ensalada y 6 o 7 postres, esto me gusta, ya que así no te vuelves loco pidiendo y te aseguras que tengan todos los productos que ofrecen en carta. Pedimos para compartir unos«Huevos de corral 62º, con jamón ibérico, puré de patata cremoso y trufa negra», la presentación te deja ojiplático, te traen una urna-campana de cristal, llena de humo blanco, en la que no se ve su interior… Cuando levantan la campana piensas que van a salir entre esa niebla blanquecina cantando los Ramones, pero no(una pena), se percibe un olor como a madera ahumada que te quita el sentido y evocas recuerdos de noches de chimenea en el pueblo. El sabor de este plato no se queda atrás, el mejor plato de huevos que he probado. Los segundos no se quedaron cortos, «atún rojo en tataki» y «Bacalao Skrey confitado». El pimer plato es maravilloso, es frío, con una textura de 3 salsas que en su conjunto hacen un plato perfecto, del que disfrutamos y saboreamos hasta la última gota de salsa. ¿Que decir del bacalao? pues que después de probar el atún se queda corto, no es que fuese inferior ni mediocre, es que el nivél del atún era tan alto que cualquier plato que probase después no llegaba a su altura, ¡ojo! el bacalao era muy bueno. Llegamos al postre, teníamos muchas dudas, pero al final elegimos el «Chocolate blanco, mango y naranja», un buen postre, aquí he de decir que no es el mejor que he probado, pero sin salirse del nivel de excelencia de este lugar, la mezcla del helado y chocolate blanco en boca era espectacular, de hecho creo que es la manera de comerlo, el helado y el chocolate por separado, aunque estaban muy ricos, no dejaba de ser un buen helado y un buen chocolate, pero juntos hacen un postre delicioso. Para beber pedimos un vino blanco de la casa con una buena relación calidad-precio. Al parecer están detrás de una estrella Michelín, y como aún no la han conseguido, los precios son bastante asequibles, así que aprovechad antes de que la fama incremente la factura al 50%.
Paz R.
Classificação do local: 5 Madrid
Nos lo habían recomendado y, aprovechando un descuento que teníamos gracias a una amiga Unilocaler, hemos ido hoy. El local es pequeñito e intimista, lo que le da encanto, a pesar de que tiene que mejorar el extractor(huele un poco a comida). El personal es excelente, te atienden con gran mimo y disfrutan de los comentarios que lxs comensales hacemos de la comida. Nosotrxs nos hemos lanzado con un verdejo, el champagne lo dejamos para una próxima ocasión. Y, ya empiezo con la comida que es a lo que hemos ido. La carta es ingeniosa y no muy extensa, como a mí me gusta; aún así, he tenido mil dudas para elegir. Todo era muy apetecible. Para empezar hemos elegido los huevos de corral 62* a la brasa con falso carbón de yuca y boletus frescos. Este plato es un espectáculo para los sentidos por sus múltiples texturas y porque cuando levantan la campana que lo cubre, te llegan multitud de aromas. Mi pareja ha pedido un bacalao Skrey confitado con gratén de miel y allí olí de tinta de calamar. Eso es agüita para el paladar. Y, siento decirlo pero… Lo mejor de todo lo he pedido yo: atún rojo en tataki con ajo blanco, aceitunas negras y sésamo tostado. No tengo palabras para describirlo, pero ha sido, simplemente, maravilloso. Por supuesto que, en esta ocasión, hemos tenido que pedir postre. Hemos compartido un chocolate blanco, violetas, lichis, cítricos y oro. Ha sido un colofón acorde a los platos anteriores. En cuanto al precio, no voy a opinar porque íbamos con un descuento y, claro, así me ha parecido un precio sensacional.
Francisco M.
Classificação do local: 5 Madrid
Me encanta. Uno de mis sitios favoritos de Madrid. El trato amabilísimo y todo de una calidad muy notable. Los platos son moderadamente arriesgados. Empezamos pidiendo unos tiraditos de pez manteqilla que estaban muy muy buenos. Luego seguimos con unos huevos a 68 grados ahumados en roble. Riquísimos y la presentación estupenda. Para acabar pedimos el solomillo. Muy muy buena calidad. El postre muy muy conseguido. Las tres texturas de la vainilla eran muy distintas y la composición del plato alucinante. Cuando me gusta un sitio no me corto y esta es la segunda vez que iba al Charlie Champagne. Y van a mejor. Repetiré mil veces.
Daniel I.
Classificação do local: 4 Madrid
Cocina elaborada y sorprendente, iba sin referencias y la verdad que me sorprendió bastante. Carta variada acompañada de una buena variedad de vinos. Os dejo un video de los huevos yuca y su original presentación. Tiene un postre que se llama«explosión de chocolate» que me han hablado muy bien, pero hay que pedirlo por adelantado, habrá que volver, no?
Salvador G.
Classificação do local: 5 Madrid
Reconozco que este sitio no es para todos los gustos, te tiene que gustar otros sabores a parte los cotidianos. Es inovador, mezcla sabores, texturas y utilizaelementos como el pez mantequilla que estan deliciosos. La presentacion es maravillosa y de verdad que le pongo un 10 porque se lo merecen. Cené muy muy bien. Gracias
Alfredo G.
Classificação do local: 4 Madrid
Comida muy elaborada y sabrosa. Las croquetas de queso y miel deliciosas y el tartar de salmón tenia una combinación de gustos muy peculiar. Los arroces muy jugosos y especialmente rico el de sepia. De los postres, destacar el de 3 vainillas y el helado de mango. Muy buen servicio en un ambiente cómodo y relajado. Era martes y estábamos casi solos en el local que es un poco pequeño, hay que decir. Recomendable.
Rafael L.
Classificação do local: 2 Madrid
Fuimos a este restaurante por recomendación de un amigo de un amigo que nos hacía descuento, y también principalmente porque intentar reservar mesa para 12 dos días antes del fin de semana de locura de cenas de empresa en Madrid, pues no es tarea fácil, y este sitio tenía espacio para nosotros. Punto positivo, por cierto, que se podía hacer la reserva por internet. El sitio es mono, sin echar cohetes, pero mono, pero probablemente esto sea lo mejor que pueda decir. Para empezar, tuvimos acceso de un tercio de Alhambra los tres primeros que llegamos, a las 21:30 de un sábado; el resto se tuvo que apañar con caña o saltar ya al vino porque no quedaban… A las 21:30 de un sábado, insisto. Tengo que decir que no tuve nada que ver con la elección de los platos(pedimos todo para picar en común) y ni siquiera miré mucho la carta, pero me hubiese dado un poco de cosica pensar que el responsable de elegirlos pudiera haber sido yo. Pedimos una especie de patatas à la «algo», que básicamente era patatas cocidas puestas de pie y con un bigotito de tres salsas distintas. OK. También pedimos una especie de humus con cuscurritos de pan que no se como se llamaba en la carta, pero era humus encima de una tabla de pizarra. Por último, reseñar lo que creo que era su plato estrella, que era una suerte de «huevos sobre carbón de yuca», cuya principal gracia residía en que llegaba tapado y al abrirlo se liberaba una nube de humo aromático muy interesante. Lo malo es que lo que quedaba luego era una yuca tintada de negro bastante disgusting(y mira que a mí personalmente la yuca me va) y un charco de clara de huevo casi cruda. Vamos, un cuadro de comedor es lo que quedaba. Por otro lado, como hay que ser justos, también debo decir que el tartar de salmón estaba muy requeterrico, y también una especie de sashimi de atún rojo macerado en algún tipo de vinagre con sésamo, que estaba super, super super bueno y que si lo llego a saber me hubiese pedido tres de esos y no todas las chorradas anteriores. Los postres tampoco estaban mal. Por último, el precio: pagamos unos 35 euros por comer bastante justitos(y contando que teníamos como un 30% de descuento). Eso sí, con vino y gin tonic al final y todo, así que bueno, de precio bien. Ah, y tienen aparcacoches, que teniendo en cuenta su ubicación, bajo el puente de Segovia, es un punto claramente a favor!