Bar Galleta

Este museo galletil culinario ha sido un gran descubrimiento! Fuimos a comer con reserva previa, y nos sentaron en una mesita en buen sitio. El local es moderno, con odas a la Galleta por todas partes ;-)
Tardaron un poquito en atendernos, pero finalmente pedimos la recomendación del camarero (solemos hacerlo la primera vez que vamos a un sitio para acertar al 100%), y al final comimos unas flautas de pescado con crujiente de galleta y salsa thai espectaculoides!
Para el segundo yo me decidí por el lomo de buey con papas, muy rico pero algo frío. Marta pidió una ensalada con fideo «crunchy» con muy buena pinta.
Los postres (todos con galleta, of course) estaban tope sabrosones.
Pagamos unos 65 €, incluyendo dos copas de vino por barba.
Sin duda, un buen comienzo galletil :-)

My experience here is limited to the menu del dia, which was fantastic. Come here on a week day afternoon and you’ll find it full but not overly crowded. Ambiance is lovely.

CARTA EN TABLA
En un principio había decidió titular esta reseña como «Le Cocó 2», más abajo explicaré por qué, pero además de que el título es injusto con el restaurante, que creo que es algo mejor, al leer un comentario a otra reseña he decidido que llamarla «carta en tabla» es más apropiado y me hace gracia por el enfoque de estudio de mercado que le da al asunto.
Hace algunos años ya que en Madrid prolifera un tipo de bistró con una nota en torno a los 25 – 35 euros PAX, con casi todos los platos pensados para compartir y con una carta no sólo similar en cuanto a especialidades si no también en presentación: la sacan agarrada a una tabla de madera con una pinza. Son los restaurantes «carta en tabla».
Por la decoración, platos, trato y la carta en tabla el Bar Galleta recuerda muchísimo a Le Cocó. Donde aquél estaba decorado en azules y verdes el Galleta está decorado en dorados y cremas, pero en esencia ambos tienen un ambiente muy parecido: paredes sin el enlucido con los ladrillos originales a la vista, mesa rústicas de madera sin barnizar con los bordes redondeados y el tacto muy suave de tan gastado, mesas compartidas con otros grupos, jarrones con flores silvestres, servilleta de tela pero sin manteles… vamos, esto del rural chic. En el caso de El Galleta hay un perfume a galleta que impregna toda la sala, punto.
La carta muy similar también al Cocó y tantos otros restaurantes de Malasaña-​Chueca, el «un poco de todo»: el risotto de costumbre, los palitos de berenjena rebozada de rigor, el tartar de atún que no falte, las croquetas especialidad de la casa, los metzes de hummus con nosequé, la burrata con nosecuántos, el magret de pato con nosemás y la hamburguesa de buey con nosemenos.
Y sin embargo se come mejor que en Le Cocó. La comida es de mejor calidad y donde allí sales despagado e insatisfecho del Galleta sales bastante más contento, más feliz y pensando que podrías volver. Será que guisan mejor, será el olor galleta.
Vamos con la comanda:
BERENJENAS REBOZADAS EN GALLETA CON POMODORO Y PARMESANO: He puesto «pomodoro» porque así aparece en la carta pero, bueno, me llevan los demonios al escribirlo. Las berenjenas muy buenas, se nota el rebozado a galleta que les da un toque muy crujiente y muy dulzón. No son las mejores que he comido pero no estaban aceitosas y el queso no les sobra. El parmesano yo creo que no era parmesano pero tampoco perjudicaba al plato. El «pomodoro» era tomate triturado concentrado, «purée», que tiene un sabor muy potente y un poco frito. Bien.
AJÍ DE GALLINA CON MILHOJAS DE PATATA: Resultado inesperado. Yo pensaba que la carne del guiso estaría bien y pincharían en la salsa, pero no. El pollo del guiso teníà la textura de un filete de pechuga a la plancha, le faltaba tiempo de cocción en la salsa, pero la salsa estaba sorprendentemente buena. El milhojas de patata no son más que unas patatas panadera haciendo de base del guiso. También bien.
TACOS DE CARNE MECHADA CON PIÑA, AGUACATE Y CILANTRO: El título es del todo descriptivo y se ajusta perfectamente a la realidad del plato. La carne mechada es ternera deshilachada, que nadie la confunda con la carne mechada típica de Andalucía. Esto estaba muy bueno.
Como las raciones son más del doble que en Le Coco, que son escasitas, no hubo sitio para postre.
El ticket, fueron 27 euros PAX con dos vinos y dos cervezas. Mal en el tema de vinos por copas, ni carta, ni variedad.

Entrar en Galleta es como ir a una casita de muñecas. Todo, desde la vajilla hasta la decoración parece de película. Fui con otras dos personas y tomamos el menú del día, que fueron 12 euros si mal no recuerdo con primero, segundo y postre.
El primero, un falso rissotto, estaba en su punto y no escaseaba en queso, cosa que se agradece.
De segundo, unas tiras de pollo con arroz salvaje al curry de las que no esperaba mucho de primeras pero finalmente me sorprendieron para bien.
El servicio me pareció notable, pendientes de si nos faltaba algo y atentos y los postres, lo más regular, ¡aunque seguro que vuelvo!

Hacía mucho que quería probar este sitio y no me ha decepcionado. La carta es armoniosa y variada, tanto en comida como en vinos. El tartar de atún resultó ser delicioso (el secreto fue el mango!). El pato y las flautas de pollo también. Y de postre hay que pedir la tarta de galleta y chocolate… como no! Si tuviera que poner una pega serían los precios: quizás 37euros por cabeza es demasiado.

Y volvimos otro día y la experiencia no fue buena, de hecho no comimos allí. Llegamos a las 4 para comer 6 personas y poco más o menos que nos invitaron a irnos cuando tenían mesas a punto de levantarse. Muy mal por la atención. No se si volveré…

Los viernes que salgo antes de trabajar me gusta ir a conocer sitios nuevos para comer en el centro, así que viendo las opiniones de este nuevo sitio de la corredera, dije vamos a darle una oportunidad.
El restaurante me pareció que sigue la estela de esos restaurantes modernillos con sus mesas de madera, espejos y sillones. En definitiva, un lugar bastante cuqui.
Hay dos clases de menú durante el mediodía uno que incluye la hamburguesa del día y otro con dos platos. Yo aunque tenía ganas de hamburguesa (como siempre) pero como no todos los días se debe comer al final acabé decidiéndome por los dos platos del menú del día. Un tartar de ensaladilla y un cuscús con pollo, ambos platos estaban deliciosos y no me hicieron arrepentirme de no coger la hamburguesa.
No aceptaban cheques restaurantes que en mi caso es importante.

Fuimos ayer a cenar, ambiente muy bonito y cuidado. Teniamos grandes expectativas hasta que llegaron los rigattonis con gamba y calabaza que sinceramente no sabieron a nada. Me dejaron cambiar el plato por el foie de pato que estaba bueno, pero tampoco más allá. De primero cogimos el Mussaka que estaba bien, pero tampoco nada espectacular. Relación calidad/​precio regular. El personal si fue muy amable en todo momento.

Una de las aperturas de este 2014, definitivamente. El Galleta es probablemente uno de los bares más cuidados y más bonitos de todo Malasaña, y tiene un ambiente totalmente arrebatador. Quien sea que lo haya planificado, ha conseguido darle un toque absolutamente espectacular con esos ventanales, esa luz tenue, esa decoración y esas lámparas bajas. Es imposible pasar por la Corredera Baja y no darse cuenta de que está ahí, la verdad.
Llevaba mucho tiempo queriendo ir, y no fue hasta un día que fui a comer con nuestro querido Lord Hamburguesero que no pude acercarme, a disfrutar de su menú del día. Por suerte no tuve que reservar (aunque tiene movimiento, a mediodía suele haber sitio) así que me libré de las malas experiencias que cuentan otros Unilocalers.
Nos sentamos en una de las mesas, y nos trajeron la carta. Tienen un menú del día que consiste en una super hamburguesa, y a por ella que fuimos. Me encantó, me gustó muchísimo: la carne estaba muy bien cocinada, el pan brioche era muy bueno y no se desmoranaba (aunque un pelín dulce para mi gusto) y las patatas que lo acompañaban todo estaban deliciosas.
Si tengo que ponerle un pero, mencionaré que el refresco que me pusieron era de 200ml (ínfimo, la verdad, estoy deseando que las botellas grandes se conviertan en estándar). Pero por lo demás, la comida bastante correcta, y un servicio bastante simpático. Tengo que volver una noche, a probar la carta, que tiene buena pinta.

Ha sido una sorpresa, es un local con música agradable, una decoración bonita, limpio…
Los camareros son pacientes y amables, no tuvimos que esperar mucho para comer. Pedimos hummus y pulpo a la brasa para compartir, las cantidades están bien y a todos nos gustó. De segundo pedimos musaka que estaba muy buena, hamburguesa de buey tb buena.
De postre la fiesta no paró y nos pedimos, tarta de queso, tiramisú, tarta de zanahoria y tarta de galleta, todo buenísimo… No quedó nada en el plato.
Volveré seguro, es un lugar agradable.

Poco puedo decir de la comida, porque no llegué a probarla, ya que el servicio, concretamente el señor que atiende en la entrada, no nos permitió acceder, después de haber reservado varios días antes, pero no confirmado, según sus propias palabras. Aparentemente, no se fían de las reservas y vuelven a llamar para confirmarlo. Llamada que mi amiga, que fue quien reservó, nunca recibió. Así que después de demostrar con el listado de llamadas del móvil que no había recibido llamada para confirmar nada, y tras tenernos esperando «10 minutos» que fueron 20, terminamos marchándonos. Un trato al cliente muy deficiente, de entrada te dicen a la cara que no se creen que vayas a ir a la cena que has reservado. En fin, sin comentarios.
Lástima que el éxito inicial o el estar de moda no sepa digerirse como es debido, porque, francamente, me quedaron muy pocas ganas de volver.

La comida, casera y muy bien presentada y preparada. El menú del día está bastante bien tanto de tamaño como de precio y merece la pena. Es de agradecer que los refrescos sean de tamaño grande y no la mierda de la botellita de 20 cl que, directamente, debería estar prohibida. El servicio atento pero sin pasarse, a veces un poco ‘a por uvas’ y charlando entre ellos más de lo normal. Precio correcto.

Padres que vienen a ver a su hijo en Malasaña. Hijo que propone nuevo lugar para comer a riesgo de equivocarse. Resultado: EXITAZO.
Llevaba unos días pasando por enfrente de esta nueva propuesta de la gastronomía malasañera, y empezaba a surgir en mi una buena predisposición a conocerlo. No sólo porque el local me parecía muy chulo sino también porque el nombre mola todo y tiene origen en el apellido del dueño, que es un Fontaneda de los de toda la vida. Así que allí me planté con mis progenitores.
Para empezar te ponen un aperitivo de pan y 3 salsas, tapenade de aceitunas, yogur y pepino, y aceite y tomate, un buen detalle que anticipa una comida más «cuidada» de lo habitual.
Pedimos las flautas de pollo y el pulpo a la brasa para compartir, sin duda recomiendo lo segundo, un pulporgasmo asegurado en tu boca.
De segundo pedimos pastela de pollo (dulce-​salada y a tope de almendras), la cocotte de merluza (PLATAZO con un sabor a hierbas delicioso) y la ternera con yuca y batatata (que me pareció que tenía un sabor más común pero a mi señora madre le encantó).
La comida fue de 10 y el servicio de 11, la presentación de los platos fabulosa sin grandes artificios. El punto de todo perfecto, las cantidades correctas, los sabores interesantes y definidos. El precio… pues para darse un caprichito, no es caro pero tampoco para cualquier ocasión.
Un pero, el tiramisú que pedimos de postre no triunfó nada, la crema de mascarpone está buena pero la base de una sola galleta ni es suficiente ni sabe a café como debería (cabe decir que soy un junky de este postre y por lo tanto más exigente de lo normal).
Conclusión: volveré, recomendado para padres modernos, para cita-​churri y para darse un homenaje, que nosotros lo valemos.

Fui a cenar un domingo de Agosto, pongo en situación. No reservamos y encontramos mesa xo no se sí con todo el mundo aquí sería tan fácil.
Pedimos varias cosas para compartir; ensalada de rúcula y pera, croquetas y rollitos… Todo muy bueno!!! Quizás lo que menos me gusto fue la tarta de galleta
El servicio más que correcto a pesar de que estaba lleno. Y la decoración nos encantó. Pega, las mesas de dos están demasiado juntas así que íntimo, intimo… No es
Volveré seguro!!!

Hablo de la noche, que es cuando lo visité, pero al parecer hacen almuerzos, cenas y meriendas.
Bonita decoración, buen servicio y música animada para estar a gusto con un coctel y charlar.
Probé el Pisco Sour y si bien no soy un experto en este coctel, concretamente este me encantó! Servicio atento y además te ponen gominolas para endulzar la visita, siempre agradezco este detalle :)
Los precios son los standards, no lo veo ni caro ni low cost. ¡Y creo firmemente que este verano va a ser un punto importante en la zona!