Wöllen

Amo las meriendas de éste lugar, siempre que pido el desayuno/​merienda de campo las tostadas nunca están ni quemadas ni blancas, tienen el aspecto y el sabor perfecto. Y siempre la comida tiene un decorado muy tierno.

Sé que es desleal porque una dolencia me impide disfrutar de los derivados lácteos como los helados pero hay un núcleo no negociable entre el MKT, la gastronomía en términos amplios y el placer: requisitos mínimos para ser apenas aceptable.
Está bien el deck porque La Cañada pero estaría mejor si las mesas tuvieran ceniceros y las colillas de cigarrillos no fueran una decoración ad hoc del ambiente al aire libre.
Aplaudo la pretensión de cafetería y la felicitaría si no fuera porque a la mesa llega una taza tibia de líquido borroneado con trazos de filtro sin cambiar. Gracias por la delicadeza del petit four pero no compensa la aberración a la que llamás café americano.
Lamento los precios redondos que no dan cambio porque la atención es buena y hubiera gustado dejar una propina adecuada.

Había tenido una mañana muy jodida… Había caminado mil millones de cuadras, yendo y viniendo para no poder hacer NADA. Y todo eso sin desayunar :(
Si no ingería algo pronto muy pronto, me iba a transformar en Hulk!
Y llegué al Wöllen.
Había una mesita vacía en el deck, así que aproveché. Me trajeron la carta y ordené un desayuno de campo (aunque también me tiraba horrores el desayuno Wöllen, que viene con mafaldas, ñam, ñam).
La moza fue muy amable y me trajó todo bastante rápido, creo yo. El desayuno constaba de dos tostadas bien grandes de pan casero, manteca y mermelada/​dulce de leche y una infusión, más un jugo de naranja mediano y la correspondiente copita de soda ($ 50).
El café no era una maravilla pero estaba bien, ni quemado ni fuerte. Las tostadas eran enooormeees y de un pan muy rico. El jugo fue lo que más me gustó, era natural y con un poquito de pulpa.
La atención fue adecuada y ágil, y en varias oportunidades se me acercaban otros mozos a preguntarme si necesitaba algo más.
Lo más más lindo fue poder disfrutar de la sombra de las tipas en el deck, porque es un espacio muy lindo y –si no hay manifestación en el Palacio 6 de Julio o espacios públicos aledaños– es muy tranquilo. En líneas generales, fue un muy buen desayuno!

Tienen buenos sándwiches pero los desayunos y meriendas no me gustaron !!! La atención no fue la mejor

Muy ricos los helados, con algún que otro gusto interesante y diferente y una gran variedad. La atención no es la mejor, pero parece ser un tema de todos los locales ya que en el único que me atendieron bien fue en el de plaza España. La decoración hermosa y acorde a la esencia del lugar.
El precio del helado esta dentro del rango de una buen helado de marca en Córdoba.
Lo recomiendo.

Creo que de las heladerías industriales (o sea no artesanal como Torino), Wöllen es la mejor de todas. Todas las franquicias son buenas, tanto en helados como en cafetería.
El helado es realmente delicioso. Esta vuelta fui por un helado, pero los sándwiches tostados que vi en otras mesas me tentaron tanto que voy a volver pronto.
Los precios son bastante buenos en relación a la calidad de los productos y el local es bastante lindo.

Todos los locales de Wöllen son excelentes. El diseño, la tipográfia en su cartelería, los colores en tonos marrones.
A nivel heladería, están en mi TOP 3 de Heladerías de Córdoba. Sugiero que prueben la Crema Wöllen.
A nivel cafetería son de primera. La atención rápida, y su carta es bastante amplia. Los precios, moderados, ni tan baratos ni tan caros.

Sentarme a merendar en bares de la cañada me hace más feliz que la pizza fría, y este es uno de mis preferidos para hacerlo. Empecé a ir hace poco porque pensaba que era re caro, a decir verdad. Es que es tan lindo que sentís que te van a cobrar por arruinarles el lugar con tu cara. Mucha madera mezclada con muebles más modernos, luces de navidad, aire a fondo, mesitas afuera en un deck donde siempre da el vientito. Me gusta que tiene mucho vidrio así que si te sentás adentro podés disfrutar igual el lugar.
Una sola vez probé helado acá (sé que es básicamente una heladería pero a mi el helado MEH), era como muy cremoso pero no riquísimo. Como demasido empalagoso tal vez. En general pido tostado o merienda. Ambas cosas son bien completas, el tostado con papitas de copetín y la merienda abundante.
La atención depende mucho del día. A veces son simpáticos y atienden a tiempo, pero en una ocasión esperamos una hora por un tostado y submarino. El mozo corrió a un kiosco a comprar algo que les faltaba, pero en vez de avisar que TODO BIEN PUEDE PASAR, PIDO OTRA COSA NO ES UN RIÑÓN nos tuvo esperando todo ese tiempo y al final no lo consiguió. Dieron un poco de ganas de matarlo.
Pero después todo ok: buenos precios, todo rico, y es a mi parecer uno de los bares con más lindo ambiente de la zona.

Yet another excellent ice cream chain in Argentina — it’s hard to go wrong with so many good helado places. They also serve coffee drinks and sandwiches, but I can only speak for their (very good) ice cream.
There are quite a few Wollen locations around Cordoba, but this one seemed to be one of the larger stores, with indoor and outdoor seating. It’s open quite late, like most cafes and restaurants, so don’t worry, it’ll still be open even after a late Argentine dinner. You pay for what you want at the register first, then go over to the ice cream case to choose your flavor.
The large menu board shows their flavors, although it’s a little unclear at first which are ice creams vs. sorbets or whatever. I tried the pineapple (anana), correctly suspecting it would be a sorbet, and didn’t love it enough to get it. The «Crema Wollen» flavors are where you’ll find the mascarpone, which is a must-​try if you like cheesecake: it’s a sweet, light mascarpone-​flavored cream with a generous berry fruit swirl. It’s almost overwhelmingly sweet and rich, but in a good way! They also have «sambayon,» that mysterious South American flavor that’s like an egg custard with sweet wine. The dulce de leche granizado (with chocolate chunks) was good, not the very best we had in Argentina, but definitely worth trying.
The single-​scoop «cucurucho» (cone) is a large portion and more than enough for a dessert or snack — see my photo. You can try a sample or two before you commit, so don’t be afraid to try something unusual! Enjoy some people-​watching day or night at the outside tables after a long day of walking around and sightseeing.

Clave Wi-​Fi: wollen42 (minuscula todo)
Desayunar tarde en Wollën es toda una experiencia sensorial. Siempre muy bien servido, el desayuno de la casa es intratable. Lo podes pedir con tostados (vienen 4 bien rellenos y un paquete de papitas fritas de 40 grs), o bien con Mafaldas.
Luego de un par de visitas (la mayoria de resaca), empece a comenzar la carta, fue ahí que descubri «El tostado de pan negro de Jamón Crudo y Queso» (viste lo de las mayúsculas, no?). ZARPADO!!! Indescriptible, exquisito, porn food. Con un café con leche grande, pagas solo $ 10 más, lo re contra valen eh…
También probe los helados, y la van bien. No se distingue sabores repetidos o «franquiciados» que defrauden al paladar veraniego.
Se puede almorzar o cenar. Variedades de ensaladas. Sandwiches calientes. Tampoco es un restaurant.
Precios coherentes al producto, con menos de $ 150 quedan bien satisfechos dos personas.
Just That.

Es una de mis heladerías favoritas. La marca tiene uno de los mejores helados de Córdoba. Pero debo decir que la calidad está bajando y no es lo mismo que era cuando comenzaron.
Este local se encuentra en una de las mejores ubicaciones, al lado de la Cañada. Cada bocha de helado es de un tamaño importante. Saborea clásicos y buena atención. Sobre todo rápida atención. Al igual que otros locales mantiene su estilo en madera. Lo único que esta sucursal no tiene es una biblioteca lo cual es casi constante en todas sus sucursales. Y creo que es uno de los grandes errores especial teniendo cafetería en pleno centro.
Un deck de madera en la calle te asegura un lugar al aire libre. Pero la polución de la transitada Cañada quizás no sea ideal. En el interior hay aire acondicionado.
Sin dudas el local es de paso o para sentarse un rato, no hay lugar para grandes grupos.
Pero de todas formas agradecido de que Wöllen tenga una sucursal en esta ubicación.

Ya había conocido esta heladería en otra de sus sucursales. Grande fue mi alegría cuando descubrí que habían abierto una nueva sucursal a la vuelta de casa.
El estilo de Wollen se repite en todas sus sucursales, mucha madera, algunas pizarras con algún detalle y una que otra imagen haciendo referencia al origen del nombre de la heladería.
Esta sucursal en particular cuenta con una ventaja geográfica sobre las demás, está ubicada a la vera de la tan conocida y tradicional Cañada de Córdoba.
En cuanto a la atención, cada vez que he ido me han atendido rápido y de manera muy cordial.
Si bien es una heladería, esto no se queda ahí, ya que en su carta suelen tener unas cuantas tartas, algunos sándwiches y también una gran variedad de café.
Incluyendo uno que no recuerdo su nombre, pero tuve la suerte de probar, un jarro de café grande con una bocha de helado de vainilla en el fondo, que mientras tomas la bebida, el helado se va derritiendo creando una bebida diferente y realmente muy buena. En definitiva, un lugar para pasar un buen rato mientras tomás un rico café, o helado.

Esta sucursal que está ubicada en la cañada tiene el toque ese que podes sentarte en el deck y disfrutar de los frondosos árboles, toda la ambientación de esta cadena me gusta mucho, sobretodo el uso de la madera, Como en todas las sucursales tiene el espacio lector, tienen una selección de libros para que el que vaya pueda elegir y leer mientras disfruta de su elección en la amplia carta, helados, cafetería, y hasta menús ejecutivos. Si tengo que recomendar algo para las tardes calurosas de córdoba en verano es el licuado de banana Split, es exquisito, también tiene variedad de jugos naturales. Pero la última vez que fui era una tarde fría, un cambio de clima, de esos que no se pueden creer y me sirvió para tomarme un submarino, muy rico y pero lo que más vende es la presentación, vieron que todo dicen entra por los ojos. Si tengo que hacer una crítica, pero más que nada constructiva, es que no aceptaban tarjeta de debito, algo raro para un lugar tan bien montado y que la atención no es del todo dinamica

Bitácora del caminante y el catador de nieves frutadas
ya es conocido entre mis amigos la pasión que tengo por los helados, y yo a veces de tanto caminar y mirar a veces estos detalles sobrepasan mi ojo busca ´nieves frutadas´, es así que recibí un mensaje en el celular de uno de mis amigos en el que me contaba de un lugar al que había visitado y que le había encantado por la atención y la búsqueda del lugar, esta se trataba de una heladería suiza o al menos eso decía su cartelería, con letras que parecían estar acentuadas con diéresis, típico de estos países nórdicos, con toda la curiosidad del mundo agarre un poco de plata y me fui casi corriendo a probar estas nuevas nieves, que además estaban a no mas de 6 cuadras de casa, llegue al lugar, un hermoso entablonado a modo de deck me recibió, con letras rarísimas en sus paredes que al irme acercando se fueron aclarando, era solo una ilusión, una especie de tipografía que tenía reminiscencia en estos dialectos o lenguas nórdicas pero que finalmente comunicaban, tenían los nombres y los distintos sabores de las cremas y las nieves heladas, con libros para leer y la mejor atención.

Una de mis cosas favoritas en el verano (o primavera, pero ya no existe) es caminar por la Cañada y sentir el sol en mi piel. Me encanta que este lugar tiene tantos arboles, que dan sombra pero también agregan una onda muy verde y relajada. También me gusta que hay tantos negocios como bares, cafés, y restaurantes en la Cañada así podés disfrutar de la tarde tomando o comiendo algo rico.
Ya hay muchas panaderías y cafés en la Cañada, pero no todos tienen helado también. Wöllen es una heladería/​café que tiene más que 50 sabores de helado, más productos de pastelería como tortas, cheesecake, brownies, tartas dulces, y más. También venden café, té, submarinos, y otras bebidas calientes para acompañar una porción de la tarta o torta de tu elección.
Yo fui una vez con mi novio una tarde para merendar, y la verdad es que es un lugar muy copado en términos del ambiente. Tiene muchas frases interesantes en las paredes y una onda muy suiza, porque supuestamente el helado que vende es del estilo suizo. Yo pedí un café cortado con una porción de torta de selva negra, pero no había. Pedí otra torta, pero tampoco tenía, así que terminé comiendo algo, pero no me acuerdo qué.
La atención era muy buena, salvo la falta de tortas, pero eso es otra cosa que no tiene que ver con el mozo. El café estaba muy rico y lo disfruté mucho. Mi novio pidió un café también con una porción de cheesecake. El cheesecake estaba rico, pero yo vengo de la tierra de los cheesecakes, y para mí le faltaba un toque de algo. Tenía sabor a un flan de vainilla más que nada, pero para los argentinos capaz un cheesecake es así. Igual, disfrutamos mucho la merienda esa y dijimos que deberíamos volver para probar los helados.

Me crié comiendo helado, cuando los helados eran otra cosa, mis viejos no se cansan de contar que en la fábrica para la que trabajaban, al chocolate lo traían de Suiza, a los dátiles de Egipto y a las castañas de España, que las recetas eran obras de arte y se respetaban al milímetro, etc .Es entendible que habiéndome criado comiendo estos helados, tenga bastante elástica la capacidad de sorpresa respecto a heladerías, sin embargo, Wöllen me sorprendió un poco cuando probé sus helados por primera vez. Tienen una cremosidad hermosa, que además de ser dificil de conseguir, es difícil de mantener, se nota que han encontrado la temperatura a la que mantener el helado para que no se arruine lo más importante, que es la textura.
Los sabores no son ninguna revolución, son los clásicos, con especial énfasis en los chocolates (el Ferrero, que es de chocolate con avellanas es una LOCURA) y los dulces de leche (de hecho la crema Wöllen es con dulce y crema de leche) y algún que otro gusto apenas exótico, como el de chicle o el limón con frutilla, que es un gol de mitad de cancha.
En este local, chico pero luminoso y bien cuidado, además se puede tomar café y comer alguna cosita, hay tostados, tartas y hasta ensaladas, además de la pastelería clásica y algún licuado, claramente el punto fuerte es el helado y es a lo que ir.
Hay un deck en la vereda donde se puede comer un BUEN helado con una vista privilegiada de la cañada, aunque solamente lo recomiendo domingos, feriados o días de semana después del horario de comercio porque es un poco caótico el tránsito vehicular.
Se estaciona en la calle y la disponibilidad depende mucho del día y la hora, sino, hay playas en la zona.