Walter

Vine a esta peluquería, junto con mi hermana y mi madre, para ponernos bien guapas para la boda de mi hermano. Y es que sabremos hacer muchas cosas, pero arreglarnos no es una de ellas.
Fuimos tres días: el primero para pedir cita; el segundo, el día antes de la boda, para que nos dejaran medio preparadas ya que al día siguiente teníamos que ir a las 8 de la mañana y no teníamos mucho tiempo, así que nos lavaron, cortaron, pusieron mechas, alisaron y rizaron (cada una tenía lo suyo); el tercer día (madrugón), nos maquillaron y peinaron cual actrices de Hollywood.
La segunda vez que fuimos estuvimos aproximadamente 3 o 4 horas en la peluquería. Mi madre tenía que hacerse pruebas de peinado ya que era la madrina, mi hermana y yo tenemos melenazas rizadas, por lo que también son bastante entretenidas, y además, somos unas indecisas y teníamos que elegir peinado. A pesar de pasar allí la tarde entera, no nos aburrimos ni un minuto, y es que los dueños (una pareja que también es peluquera), están como una cabra. Hacen que te sientas como en casa, te cuentan su vida entera y todas su fiestas y demás, pero sin ser pesados.
El día de la boda se pegaron todo el madrugón sólo por nosotras (los sábados no abren hasta las 10). Además, en las esperas mientras terminaban de peinar a una y maquillaban a otra, te dejan tumbarte en la hamaca que tienen, o en el sofá con masaje incorporado. Mala siesta me pegué yo en la hamaca.
Al final acabamos las tres muy contentas, tanto que incluso mi madre volvió después de esto un par de veces más. Eso sí, prepárate el bolsillo porque no es una peluquería nada barata. Fácilmente (no lo sé seguro porque pagó mi madre), nos pudimos dejar entre las 3 400 euros, para que te hagas una idea. Yo no volveré sin mi mami ;)