Tonyina

Sitio de moda, con cocina moderna y fusión.
Tienen unos menús de desgustación bastante buenos, algo caros pero con muchos platos. Son menús de los platos de la carta, pero fijos y hay que preguntar el menú del día.
A persar del nombre, no es un sitio con mil variedades de atún como puedes pensar de algún sitio de Cádiz.
Los platos salen rápidos, están sabrosos y bien preparados, con buena presentación.
El servicio es atento y rápido.
El local es, como en Valencia, un poco apretados. Mesitas de 2 en el fondo, algo más de espacio en la entrada y con terraza que en primavera debe estar muy bien.
Los platos duralex para el toque retro.
La cocina está a la vista, con cristalera, pero no se escapa demasiado humo.
En resumen, el sitio está bien, precio alto pero no te quedas con hambre y platos bastante buenos

Emmm… no se muy bien como calificar este local, hay cosas que me gustan y cosas que no. Empiezo.
Llegamos un día entre semana prontito, sobre las 13:30 con el local COMPLETAMENTE vacío, y nos preguntan si tenemos reserva, la cual no teníamos. Pensé bueno será que está todo reservado pero la chica torció el morro se lo pensó mucho y finalmente nos sentó en la parte trasera junto a los baños. ejem…
Pasada la comida el local seguía estando medio vacío con lo que no entendimos el por que de la reserva… en fin.
Me gusta que sean innovadores con la carta y creo que a quien le gusta probar cosas nuevas el menú tiene buena pinta aunque las raciones son muy pequeñas, yo no pedí menú por que el de ese día no me convencían algunos platos.
Pedí «Pepitonyinas» y «Tostanyinas» o lo que es lo mismo, pepitos y tostas.
Una de Solomillo con salsa bearnesa– dónde el solomillo aunque a primera vista asomaba mucho por fuera del pan brillaba por su ausencia ya que eran lonchas muy muy finas y la salsa se me hizo un poco molesta, aunque aúna así la mezcla no la descarto.
otra de Pollo confitado, bacon, cebolla crujiente y salsa césar– Estaba buena.
Mi compañero pidió sobrasada ahumada, brie, miel y pólen. — Bien.
y otro de jamón y setas que también estaba bueno.
Mi primera impresión quizás me desanimó un poco, pero quiero volver, por que hay platos que me llaman mucho la atención que creo mejorarán mucho mi opinión.
La decoración muy correcta y moderna, me encantó la manera en la que te traen la cuenta (Foto) muy apropiada para el nombre del local ;)

Über dieses kleine, sehr nette Restaurant kann ich nur Gutes berichten.
Das helle Interieur aus Holz und der eindrucksvolle alte Kachelboden sorgen für ein einladendes Ambiente und der Service ist stets aufmerksam.
Das Essen — ich habe bis auf ein Abendessen bisher immer das Mittagsmenü probiert — ist einfach klasse: innovative Gerichte, schmackhaft, ansprechend angerichtet und stets mit einem besonderen Touch, oftmals auch spanische «Klassiker» mit einem Hauch Exotik (z.B. spanischer Kartoffelsalat mit Wasabi-​Schaum) oder einfach neu und modern interpretiert.
Das Mittagsmenü umfasst 3 kleine Gerichte (meist eine Tapa, eine belegte Tosta (z.B. mit Thunfisch und gebratenen Paprikastreifen) und ein Fleisch– oder Fischgericht) und ein Dessert (z.B. Aprikosencreme mit Ingwerschaum, Ananas-​Ravioli…).
Die Gerichte des Tagesmenüs sind bereits festgelegt, d.h. man kann keinerlei Auswahl treffen (was aber zumindest bei einem Allesesser wie mir kein Problem ist).
Selbstverständlich gibt es auch ein À-​la-​carte-​Angebot.
Die Portionen sind nicht sehr groß, aber wer kein halbes Schwein zu Mittag braucht, wird bestimmt satt. Ich finde die Größe genau richtig, um danach wieder zur Arbeit zu gehen und nicht vollgestopft in ein Nachmittags-​Energieloch zu fallen.
Vor dem Lokal gibt es einige Tische draußen.
Da das Restaurant recht klein ist, sollte man auf jeden Fall reservieren.

En el espacio de más o menos un mes, he estado dos veces en este sitio. No podría decir que este sea un sitio de mis favoritos, porque estaría mintiendo como un bellaco, pero sí que he de reconocer que es un sitio que merece la pena probar.
La primera vez fui con compañeros del trabajo. Fuimos a una hora conflictiva (todavía estábamos de intensiva y salíamos a las 15:00). Yo, que soy un poco especialito para las comidas, no estaba convencido del menú, así que le pedí a la camarera que por favor me trajera la carta que yo no iba a pedir menú. Lo primero que me contesto (y no de muy buenas maneras) antes de traérmela fue que era muy tarde para pedir algo que no fuera menú… Vamos a ver bonita, yo soy el cliente y vengo a comer, si no tuviérais un menú donde NO se puede elegir nada (es decir, no hay un primero a elegir y un segundo a elegir) pues no tendría que tirar de carta. Es un restaurante de los que yo llamo «mariconada en el centro de un plato enorme», que utilizan productos a los que no estoy acostumbrado comer así que se me hizo rara la carta. Al final, terminé eligiendo: Solomillo & bearnesa (que no es más que una especie de bocata, pequeño, con solomillo de vacuno y salsa bearnesa), tostanyina de salteado de setas con mozzarella y jamón ibérico y por ultimo una tostanyina de sobrasada ahumada, queso brie bañado en miel y polen espolvoreado. Dentro de lo que había en la carta me pareció lo mas normal. He de reconocer que conforme iba comiéndome los platos elegidos, me iba gustando mas… Hasta que llegue a la de sobrasada… Quizá el error fue pedirla la ultima, ya que luego me tire el resto del día con sabor a sobrasada en la boca. Eso si, el solomillo y la tosta de setas y jamón, tremendos. Al final, eso y dos aguas, terminé pagando 20 € aprox.
La segunda vez que fui repetí platos, salvo que esta vez no pedí la de sobrasada, me conformé con las otras dos. Una vez más, la atención de las camareras dejó bastante que desear: entramos en el restaurante, no había ni un solo cliente y estaban todas las camareras menos una (que estaba al teléfono) de palique en la barra, habiéndonos hecho notar de que estábamos allí, nadie nos hizo caso hasta que la del teléfono terminó. Cuando esta última terminó lo primero que nos pregunta es: ¿tenéis reserva? Y nosotros pensando: No hay ni dios y nos pregunta si hay reserva… Le dijimos que no y al no tener reserva nos metieron en una mesa al fondo del todo. Sinceramente, no se lleva mas estrellas este restaurante por el trato bastante indeseable de sus camareras.

El sitio es agradable y el trato correcto, la comida es pretenciosa pero no llega, al final las tostas y los entrantes se quedan a mitad de camino. El precio nos pareció bastante caro, en total siete platos entre 2 tostas (pequeñas), burrata, dos canelones crujientes y algún otro plato, de beber cerveza, trina, agua y un par de claras y dos postres, en total 79 €. No creó que vuelva.

Hacía mucho que quería descubrirlo de primera mano, y una comida con un amigo que necesitaba estar por esa zona me permitió por fin quedar allí.
Ya se ha dicho mucho de su decoración moderna con el toque de bar clásico de toda la vida en las sillas de chapa, por ejemplo. Yo quiero centrarme en la comida, sus cantidades, el servicio y el precio.
En sala se alternan tres chicas muy amables, muy rápidas y eficientes. Ahí la puntuación es altísima. En cuanto llegas te preguntan qué bebida quieres y te la acompañan con unas papas y, cuando completas la mesa, enseguida te toman nota.
Nos decidimos por el menú de mediodía, que siempre incluye tres platos y postre. En este caso tuvimos la suerte de degustar (no puede describirse de otra manera) una ensalada de alubias con espuma, una tosta de higos con cebolla caramelizada y unos fideos finos con una caballa estraordinariamente cocinada. Acabamos con una especie de panacotta fría con mucho (y muy bueno) sabor cítrico.
Las raciones son justas. Lo digo por si alguien va con hambre. No te quedas famélico pero tampoco lleno. Algo que podría ser normal (aunque cada vez lo es menos) con un menú de 12 euros.
Sin embargo, su gran pero lo veo en lo que no entra en esa ecuación. Porque ni la bebida ni el café lo hacen, encareciendo bastante el producto y llegando a superar con dos consumiciones por persona los 17 euros.
En resumen, tanto a nivel de imagen como de trato y de calidad del producto es uno de los lugares más recomendables de la ciudad, pero el pequeño detalle del precio le penaliza, puesto que con 17 – 18 euros accedes a menús de alto nivel con todo incluido en muchísimas zonas de Valencia.

Siguiendo como siempre vuestras recomendaciones y aprovechando que estaba por la zona, hoy fuimos a probar el menú de entre semana que había leído era más barato de lo que ha resultado. La atención rápida, están muy al tanto. Llegamos pronto pero conforme se iba llenando el local no decaía. Eso si, recomiendo reservar. El primero una ensaladilla con crema de wasabi y hojas verdes, muy fresquista y con la verdura al dente. De segundo un huevo escaldado y patatas con crema de queso y trufa que llena bastante. Sabor agradable y muy original, pero ahi que empiezas con el pan y no acabas. La carrillera como plato principal muy jugosa, raciones reducidas pero suficientes contando con que el menú se compone de tres platos. Y de postre crema de albaricoque con jengibre… exceso de dulce para mi gusto. Como veis, es un menú algo especial como menú del día pero son 12 € más bebida que se ponen en 15 porque además te cobran el pan aparte. Esta bien por probar un sitio diferente con menú original pero resulta caro. Además hay que tener en cuenta que es cerrado, por la gente que sea delicadilla para probar cosas (que no es el caso de la mayoría de los Unilocalers… jajajjaja). En fin, buena opción pero creó que debían ajustar el precio entre semana.

Pues un jueves más a probar restaurantes de Valencia, en este caso el Tonyina. Tienen menú de mediodía, a un precio de 11 €.
Lo primero ha sido una ensalada de pollo y pepino con espuma de hierbas que además de la vista, el aroma y el gusto eran magníficos.
De segundo tosta de queso con tomates secos y pesto de rúcula. De nuevo una presentación muy buena y un sabor mejor.
El plato principal consistía en lomo a baja temperatura con puré de cebolla asada y celeri. Textura, color, sabor… Todo genial.
De postre un biscuit glacé con chocolate un poco duro y muy bueno.
Salimos a la terraza a tomar el café, y la verdad que fue un colofón perfecto.
Un local majo, moderno, con dos estancias (una interior más discreta y tranquila) y un servicio excelente, hacen de este local uno de los mejores que he probado en menús de mediodía.
Sin qué sirva de precedente, le pongo 5 estrellas

Fui anoche a cenar atraído por los buenos comentarios en Unilocal.Las camareras italianas no deben de estar ya. La chica que nos atendió no fue muy amable, parece que le pareció poca la comanda. El camarero se esforzó algo más
El Thai Duck me decepcionó bastante, el canelón crujiente flojillo, (solito en el fondo de un cuenco), y la tosta de roasts beef normal si bien la tosta, muy tiesa, parecía integral. Tampoco era muy correcta la vajilla y la presentación. Igual no acertamos con la selección de platos, bien es cierto que se olvidaron de traernos la carta y luego les entró prisa por atendernos y les costó dar explicaciones y recomendaciones
No creo que vuelva

After two weeks touring in Spain, this was the best tapas restaurant so far. White wine was very good, tapas menu exquisite! Only point of criticism was the pâté de foie gras which was part of the menu, undiscussed/​surprise. Our party didn’t want that — animal abuse — but the staff recovered very well, thanks to our lovely waitress.
We weren’t the only ones who have discovered this treasure; advisable to make reservations.

Fuimos a cenar un sábado por la noche. El servicio fue pésimo y engloba desde, platos pedidos que nunca llegaron, cafés antes que los postres, aire acondicionado a tanta potencia que acabamos con dolor de cabeza, platos demasiado especiados, tapas ridículamente caras comparadas con su tamaño, agua «natural» que literalmente estaba caliente y camareras nada agradables Fuimos porque nos dijeron que el menú de medio día estaba bien. No pensamos volver nunca.

Ya he ido varias veces y me ha gustado siempre.
Pedimos las anchoas, muy ricas, pero a 2,5 € la unidad, son un poco caras y no son demasiado grandes. La camarera siempre propone el pan de cristal, pero preferimos pedir pan normal, y mucho mejor.
La crema catalana de foie muy rica, igual que el provolone.
Pedimos también la regañá y nos sorprendió lo buena que estaba, pero pedimos dos raciones porque según la camarera, era poco para los cuatro, y mejor.
Mi tostanyina de botifarra buenísima, igual q el coulant, aunque hay que esperar un poco.
Salió a 20 € por persona, pero no pedimos vino. Creo que es mejor elegir los platos que el menú, eliges lo que quieres y de precio similar.
Y la decoración es bastante peculiar, pero chula.

Me encanta! Recomiendo el menú al mediodía:
Si quieres comer en un ambiente acogedor, probando tapas originales servido por unas camareras majisimas y muy graciosas, este restaurante te va a gustar mucho!
Precio menú mediodia: 12 Euros

Después de una buena tarde de cine en los Babel, Unilocal me trajo directa a este restaurante, relativamente nuevo, que está por la zona. Me encantaron su estética y decoración, por dentro y por fuera invitaba a sentarse y como la noche era muy agradable nos situamos en la terraza.
Nos atendieron muy rápido y como íbamos con los estómagos chillando pedimos que nos sacaran algo con la bebida; papas y olivas aliñadas a la italiana fueron recibidas en nuestros cuerpos como solomillos de buey con foie. A primera vista nos pareció todo con un toque especial, las raciones, tostas y platos tienen su elaboración y están pensados para sorprender. Pedimos una ensalada para compartir, unas alitas con salsa de soja y sésamo (una especie de Teriyaki) y varias tostas. La mía, deliciosa, llevaba ventresca, pimiento y una mayonesa japonesa (imagino con wasabi) sobre una base de pan de cereales. La de mi novio era de pollo al curry, creo recordar, y aunque no la probé él estaba más que satisfecho. Para beber una copita de vino tinto del Priorato acompañó perfectamente la velada. Las camareras, aunque el nombre del negocio está en «valencià» eran italianas y muy agradables, volveremos seguro.
Una amiga que trabaja por la zona me ha comentado que el menú de mediodía está genial por 10 euros (de 4 platos no excesivos), será cuestión de pasar por allí un día de estos.

Simplemente me encanta. Un bar de tapas con decoración cálida y acogedor de madera, donde destaca la comida innovadora, elaborada, presentada con cariño y de gran calidad en la materia prima. Voy con frecuencia y siempre como el menú de medio día. Consiste de 3 tapas y postre. No se pueden elegir las tapas del menú, pero nunca me pusieron algo que no me gustara y apenas repiten. Siempre sorprenden con sus mezclas de lo conocido y lo atrevido. (por ejemplo hojas verdes con ensaladilla y espuma de wasabi!)
Es recomendable reservar, ya que el local es bastante pequeño.

Un bar de tapas curradas e innovadoras donde las raciones no son ridículas!!! Esto ya es en sí una noticia en Valencia. Y como además están buenísimas, pues ya no hay más que hablar. Las combinaciones de ingredientes en sus ensaladas, tapas y tostas te pueden gustar más o menos, pero no cabe duda que son originales y con gusto. A mí en concreto, sólo unas pocas me llamaban, pero al menos esas están de vicio. Los precios están ajustados a la calidad.

La Tonyina es un local relativamente nuevo (menos de un año) que hay en la zona de la Avenida Aragón (cerca de Mestalla, para los futboleros).
Entramos un día entre semana por casualidad porque me hizo gracia el nombre de uno de los platos «Las guarricas de mi pueblo» y nos pedimos el menú del día por diez euritos. Incluye, una ensalada del día (me gustó), una «tosta» del día, queso de cabra con mermelada de cebolla (bien), un segundo plato, las guarricas, que resultaron ser chistorras (muy buenas) y un postre, helado (normal).
Salí contento ese día y decidí repetir al cabo del tiempo con unos amigos que vinieron de Madrid. A ellos les gustan mucho las tostas y por aquí en Valencia no son muy habituales (vale, hay sitios con montaditos, pero no es lo mismo…) y me acordé que ahí hacían.
El caso es que no sé si fue porque reservamos para un sábado noche y pedimos a la carta, pero ni el servicio ni la relación calidad precio fueron como la primera vez. El local estaba lleno (unas 40 personas) y tardaron un poquito en atendernos y servirnos. Cenamos en plan picoteo y compartiendo los platos de unos y otros. Prácticamente con entrante-​ensalada-​tosta-​tapa por cabeza salimos a poco más de 20 euros (el doble). Eso sí la comida estaba bastante buena.
El local tiene un rollito diferente, con las paredes todas de madera y sillas rústicas/​simples como de colegio y una zona en el centro con la barra y la cocina más moderna. El contraste de ambos ambientes parece ir en la línea del local que te ofrece tapas y tostas con productos y nombres de los de toda la vida, pero presentados de una manera más vanguardista pero informal. No es que tengan mucha variedad, pero hay que reconocer que tienen platos muy originales que no puedes encontrar en otro restaurante.
Para mí este sitio de momento es un «sí pero…». Me ha dejado cosas buenas y otras no tanto. De todas maneras le daré algún día otra oportunidad, a ver si le quitamos ese «pero».

Luces y sombras en este local, creo que relativamente nuevo.
Acudimos por sus buenas referencias. Es un viernes por la noche y está lleno.
La primera impresión es buena. El comedor que queda más cerca de la entrada es acogedor. El suelo y las paredes son de pino.
Detrás de la barra hay otro salón, algo menos acogedor y más claustrofóbico, donde finalmente nos sentamos. Durante la espera en la barra hemos pedido un par de cervezas y seguiremos con esta bebida el resto de la noche, así que la valoración del vino no se corresponde con el servicio del vino, sino con el servicio de camareros, del que hablaré más tarde.
Pedimos varias tapas:
— Sardinas ahumadas con salsa tártara con pan de cristal y tomate (buenas, pero a precio excesivo. No hay más que compararlas con las que sirven en Bodega Montaña).
— Huevo, patata y trufa en un un vaso de yogur. Combinación que recuerda a un plato similar de Vuelve Carolina. La comparación es odiosa, claro.
— Presa ibérica con chimichurri. Al chimichurri le faltaba aceite y la presa parecía (o era) lomo adobado.
— Tosta de berenjena, queso feta y tomate (muy buena).
— Tosta de marlin, huevas, tomate y pesto (excelente).
Lástima que el tamaño de cada tosta sea tan pequeño.
Respecto al servicio de camareros tengo que decir que hacía tiempo que no tenía que esperar tanto rato entre plato y plato.
Hay buena oferta en la zona (a bote pronto recuerdo Aferro, Samsha, Apicius, Bodega Barroca…) pero todos merecemos una segunda oportunidad.

De este restaurante sólo puedo hablar de su menú de mediodía que es el que me he zampao hoy mismo. Todo un Sobresaliente.
El menú consta de un entrante con un toque especial, una tosta de segundo y un plato de carne o pescado de plato fuerte, pero bastante contundente y postre todo por 9.90 €. Un lujazo!
A pesar de que no tienen cocina propiamente dicha, sacan un resultado excelente de buenas materias primas y eso se nota.
El local es sencillo y moderno, me ha gustado el toque de decoración con botellas y latas, las mesas y las sillas parecen de estas antiguas que me han recordado a los pupitres del cole, pero quedan muy bien en el entorno. Las paredes todas forradas de madera, dándole así un ambiente calido al local. Yo creo que han querido hacer un bar/​restaurante de los de toda la vida y lo han conseguido, platos de Duralex de los marrones de antes (pero nuevos, claros) platos sin mucha sofisticación pero con mucho sabor, y muy bien presentado.
El trato ha sido superamable y atento.
Creo que volveré a probar sus cenas, me parece que este sitio ha sido un descubrimiento y merece la pena.

Tonyina es un restaurante que lleva poco tiempo pero que ha sabido ganarse al público con una combinación de ambiente agradable y comida de calidad y buen precio.
El local es todo de madera, desde el suelo hasta las paredes dándole un ambiente cálido y acogedor. Las mesas quizás están demasiado cerca porque el comedor no es muy grande y han intentado aprovechar el espacio al máximo. Eso le quita intimidad pero aún así se está muy a gusto. Han puesto además una barra y sillas altas en los grandes ventanales de la entrada, para que los que van a comer solos puedan entretenerse con el ir y venir de la gente.
La carta no es muy extensa, de igual manera que los platos son algo escuetos a juego con ese concepto de exclusividad y minimalismo que quieren transmitir. Todo está muy bien cuidado, desde la manera de cocinar hasta la presentación.
Hay tapas, tostas y ensaladas. Cualquier cosa que os pidáis estará buena, estoy segura. Cuando entramos en el restaurante y vimos los platos que habían en otras mesas comenzamos casi a salivar de la buena pinta que tenían.
Especial mención tiene el provollone que hacen con tomates deshidratados y unas tostas de setas con queso mozarella y jamón. Muy rico y asequible de precio. Las tostas cuestan alrededor de los 3.50 euros y las tapas varían entre los 5 y los 8 euros.
La verdad, viendo el tipo de restaurante que es me esperaba una cuenta más cara…