Tam Tam

Tengo predilección por este local de Benimaclet.
Creo que es porque su terraza te puede llegar a teletransportar en un día caluroso de verano, mientras te tomas unas cervecitas rodeado de plantas. Será una tontería, pero a veces, cuanto uno necesita es sentarse relajado, en medio del caos urbano, y olvidarse por un momento del mundo.
El Tam Tam es ese lugar dónde puedes quedar con los amigos, ya sea por la tarde o por la noche, y a precios bastante asequibles, dejar que las horas vuelen entre charlas y risas.
Hay una sensación de ambiente de estar «entre colegas». Es un bar de gente de barrio, lo que hace que te sientas como en casa.
A mí me encanta pasar alguna tarde con los amigos, sobre todo ahora cara al buen tiempo (y eso que la climatología para las fechas que son ya bastante acompaña), a tomarme unas cervezas y ponernos al día.
Es como una cita más que apetecible, de obligado cumplimiento, que experimento cada cierto tiempo.

Este pub consolidado por la incesante afluencia de los universitarios alojados en el barrio generación tras generación, sorprende un poco por su concepto poco esmerado (ni actualizado ni extraordinariamente pulcro) pero sí por la cantidad de gente a la que convoca (ya de todas las edades) y lo bien que se está en su terraza interior, reducto indispensable para comenzar una ronda de copas por el barrio.
Anotar sólo que sus baños no son aptos para los escrupulosos y que, de no tener sitio en la terraza, la charla puede complicarse por las injerencias de la televisión musical a todo trapo y el bastante bullicio que se vuelve generalizado a cierta hora de la noche.
A favor: que las copas son baratas y el ambiente variado y que el barrio completo parece estrenar aquí la noche sin mucha sofisticación y ninguna otra inquietud que pasarlo bien.

Bueno, bueno, bueno… Me encanta poder combinar la intimidad parejil con el cachondeo de los colegas, y además, ¡poder fumar! ¿Cómo se explica esto? Pues muy sencillo:
Tienen una terracita interior que está de lujo, en donde obviamente, al ser un espacio abierto, puedes fumar mientras tomas algo sin molestar a nadie (además ponen proyecciones musicales en una de las paredes).
Que quieres estar dentro con luz ténue general y alumbrando una vela encendida cada mesa… pues perfecto, ya tienes el clima ideal para pasar la noche en pareja. Además hay poco ruido, con lo cuál las conversaciones pueden ser sosegadas, incluso con un toque de romanticismo.
Es el sitio ideal para quedar sobre las 12 de la noche y marcharte a las 3, más o menos cuando cierran. No te sabrá mal pasar tantas horas allí si estás con la compañía adecuada, porque estarás a gusto, y lo notarás.

Me gusta el Tam tam, su envoltorio, su política de empresa, su maravillosa terraza, verde que te quiero verde más lorquina imposible, su clientela, gente normal que va y viene y apenas monta follón, sus camareros, agradables y cercanos… y me gusta que forme parte del Benimaclet.
Hace esquina con la calle Emilio Baró, y está muy cerquita de otro lugar de ensueño como es En Babia, a escasos 20 metros…
Si algún día me mudo de nuevo, posiblemente lo haga a Benimaclet, con DNI de barrio, pero con corazón de pueblo urbanita, con todo lo bueno que ello conlleva, poco tráfico, edificios bajitos, casa de pueblos, y sobre todo con sitios como este Tam Tam. Cabecera de sitios donde tomarse una, dos o tres copitas maravillosas…

Uno de mis lugares preferidos del barrio de Benimaclet. Lugar muy recomendable si después de cenar con amigos os apetece tomar una o dos copitas sentados para seguir la conversación que se ha quedado a medias en la cena. Su fuerte es sin duda su terraza interior, llena de vegetación que en verano da fresquito y que en invierno resguarda del frio. Es un lugar muy acogedor, muchas veces da la impresión de que estás tomándote la copa en el patio de casa de un amigo. El ambiente es muy normal, gente de todas las edades y los camareros muy atentos y simpáticos. Los precios son muy ajustados (5 euros la copa) perfectos para economías resentidas por la crisis. También hacen mojitos. Tienen una pantalla gigante en la que suelen poner videos de conciertos. El otro día me quedé alucinado con uno que pusieron de homenaje a Queen.
La única pega que se le puede poner a este local son sus baños. Muy viejos y que están desde hace mucho tiempo pidiendo a gritos una reforma.