Podría emplear este comentario para avisar a los más golosos que aquí tienen una meca del gluten chocolateado pero realmente, si alguien ha pasado por esta parte de la Gran Vía y no se ha parado minutos y minutos a babear frente a ese escaparate, debería plantearse una revisión de vista. La verdad, no sabría decir con certeza si en este horno venden pan. Yo diría que no. Y si lo venden, pocos entrarán sólo a por él. Es más bien una pastelería, que deja un poco de lado la habitual variedad entre dulce y salado para centrarse en lo importante: el dulce. Y, más concretamente, el chocolate en todas sus variantes. El fallo que le veo es que en ningún sitio pone el nombre comercial, más allá del luminoso«dulcería», pero en realidad dudo que nadie se fije en esto teniendo ese escaparate lleno de bombones y esos mostradores en el interior con tantas tartas como imagines. Estad atentos estos días, porque tienen toda la pinta de ser de esos que montan un belén con figuras exclusivamente hechas de chocolate.