Palau de Congresos

Nice building with amazing auditorium and multiple rooms ideal for talks and presentations. All the staff are friendly and helpful

Norman Foster fue el elegido para hacernos un Palacio de Congresos en Valencia, porque aquí en Valencia, en el momento de hacer cosas grandes, no nos andamos con tonterías. La verdad que la ciudad necesitaba algún edificio de éstas características porque faltaban espacios capaces de albergar grandes eventos y convenciones. Ahora igual vamos sobrados de grandes espacios, pero eso ya es otra truculenta historia.
La cuestión es que a finales de los 90 Foster nos parió este edificio en Valencia y desde entonces se le ha dado mucho uso y, a mi parecer, bien dado. Aunque no soy la única que lo ve así porque el 2010 fue elegido como Mejor Palacio de Congresos del Mundo, que se dice pronto.
Técnicamente hablando, el Palau de Congresos tiene una superficie de 15.581 m, organizados en 3 auditorios o salas de conferencias, 9 salas de comisiones, y una sala de exposiciones de 1.077 m. Muchos metros, pero aún así parece ser que le van a plantar un hermanito gemelo al lado porque el palacio no acaba de ser adecuado para eventos más pequeños. Además, disponen de una amplía carta de servicios, que va desde los recursos humanos (azafatas, seguridad, intérpretes) hasta cosas más técnicas o funcionales como decoración y montaje de carteles y otros atrezzos. No falta, óbviamente, servicios relacionados con el acto de llenarse las panzas (cátering, cafeterías, restaurantes).
En definitiva, todo muy funcional, muy bonito y muy útil. Cosas que no siempre acaban de ser bien conjugadas en Valencia.

Siempre que hay algún casting para algún programa a nivel nacional o incluso los propios de Canal 9, en la mayoría de los casos se realizan aquí. Menos mal que el recinto es enorme y te puedes sentar en el suelo en cualquier lugar mientras esperas tu turno, ya sabes como son estas colas.
No sé cuantos millones se habrán gastado en construir este Palacio de Congresos pero la verdad es que nos hacía falta y le damos bastante uso. Congresos, conciertos, castings e incluso galas televisivas se han celebrado aquí.
Por su diseño vanguardista, dispone de multitud de salas para poder celebrar los diferentes eventos y esa forma puntiaguda facilita la entrada de luz en su interior. Normal que mis amigos madrileños me digan «ay es que en Valencia hay mucha luz». Además está todo impoluto.

En este momento, me apetece ponerme un poco más seria y formal que de costumbre, motivo por el cual voy a dedicarle una entrada al Palacio de Congresos de Valencia. ¡Hala!
Conozco bastante bien el lugar, pero no porque yo haya sido invitada precisamente a muchos congresos ni nada que se le parezca, no, sino porque durante una época yo fui una de las muchas azafatas que trabajaban allí atendiendo a los asistentes, enclaustradas durante doce horas diarias (o bueno, mi horario, al menos, era así). Curioso, ¿verdad?
Y bien, comenzaré diciendo que se trata de un recinto grande, muy grande, más que amplio, cosa que ya cabe esperarse, desde luego. Además, es totalmente luminoso debido a los enormes y amplios ventanales translúcidos que posee, a excepción de algunas zonas algo más oscuras y que necesitan de una cálida luz interior, como pueda ser el pequeño vestíbulo que lleva a la puerta del servicio de cáterin.
Nada más entrar al Palacio por la puerta principal, se ve un amplísimo recibidor con un mostrador lleno de azafatas para atenderte amablemente en lo que necesites, ya sea información, ya sea recogida de documentación para un congreso determinado (con previa presentación de tu DNI, por supuesto), etc.
Luego, están también las salas de ponencia; hay una concretamente muy grande, enorme, como si de un teatro se tratara, en la cual las azafatas custodian las puertas de entrada y de salida, facilitando así el acceso a los asistentes, pero también tragándose junto a ellos el rollo que el ponente en cuestión esté soltando (aún recuerdo aquel muermo de congreso sobre Economía y Finanzas, ¡uuuf! Y, por supuesto, ni que decir tiene, encima tuve que aguantarlo de pie, en plan florero, al igual que todas mis compañeras. ¡Olé!).
Otra sala que se encuentra en este gran recinto es la de proyecciones, más pequeña que la sala principal, por supuesto, pero con aparatos para que los asistentes interactúen con dicha proyección, como se pudo ver en un congreso sobre Medicina, en el cual la gente respondía a unas preguntas de tipo test con una PDA facilitada por la azafata presente el interior de esa sala, que también tenía el fin de atender las necesidades de cualquiera de los asistentes (por supuesto, durante todo el tiempo que durase la sesión, la azafata tenía que estar de pie también, claro. ¡Que me lo digan a mí!). En esta sala hay también otra azafata, pero en el exterior, custodiando la puerta para impedir que los invitados que hayan llegado tarde interrumpan la sesión con su entrada.
Por otro lado, está también la cafetería, grande, muy iluminada y con una gran cantidad de cristales con vistas al exterior y mucha elegancia. Y los baños también son amplios y bastante limpios, con numerosas cabinas y grandes espejos.
Y no sólo trabajan allí las azafatas, sino que la tarea que llevan a cabo las limpiadoras también es de diez, pues todas las veces que he estado allí me he encontrado todo el elegante edificio como los chorros del oro.
Además, los camareros del cáterin y los vigilantes de seguridad también tienen un papel importante en este edificio. Así pues, el lugar está completito en lo que a funciones se refiere.
Desde luego, si alguien tiene intención de asistir a algún congreso en este Palacio, puede tener por seguro que el lugar en sí le encantará. Si se aburre o lo pasa mal, eso ya sería culpa del congreso celebrado y expuesto, o incluso del propio ponente, pero nada más; ¡desde luego!
Bueno, y si a lo que vas es a trabajar de azafata, prepárate entonces un baño de agua caliente por la noche y con sales relajantes especialmente para tus pies, porque… ¡falta te harán!

En una de las entradas de Valencia está otro de los edificios simbólicos de la ciudad. El Palacio de Congresos es uno de los elementos de la nueva ciudad, la moderna.
Solo la parte exterior con la zona ajardinada y las fuentes ya es una auténtica pasada. Pero su interior impresiona aún más. Yo tengo dos grandes experiencias dentro. Una donde me licencié como periodista hace ya unos años y otra viendo al grandísimo Andreu Buenafuente.
El Palau de congresos cuenta con tres zonas habilitadas para congresos. Yo definiría que es como tres teatros en uno. Además la acústica interior es impresionante. Esto os lo comento porque aunque tiene uno de los aforos más grandes de toda la ciudad, desde cualquier punto de las salas puedes ver el espacio central.
Además precisamente está acondicionado para escuchar las conferencias desde cualquier punto. Si os fijáis en la programación y tenéis dudas, os lo recomiendo porque vais a ver todo un espectáculo tanto por el edificio en sí como por el evento interior.
Por cierto, una de las ventajas es que siempre hay una gran facilidad para aparcar. Nada más en la entrada cuenta en el lateral izquierdo con un servicio de cafetería.

Este sitio me lo sé de memoria, pues he trabajado aquí muchas veces. No sólo hacen congresos sino que también de vez en cuando organizan algún concierto, espectáculo de danza o musical, sobre todo de cara a Navidad. En su página web podéis encontrar toda la agenda de eventos.
Tiene tres auditorios, uno grande (con capacidad para más de 2000 personas) y dos medianos. La acústica es realmente buena, pero el escenario no es muy grande y según para qué espectáculos puede resultar pequeño.
En el piso de arriba hay salas de comisiones, para hacer pequeñas presentaciones o reuniones de empresa. El pasillo central es muy amplio y normalmente las empresas ubican sus stands ahí cuando hay congreso. Tiene servicio de cafetería y catering y sala VIP.
En 2010 fue nombrado el mejor centro de congresos del mundo. Sin embargo a mí parecer tiene algunas deficiencias importantes: no hay taquillas donde los conferenciantes puedan guardar sus cosas y el servicio de guardarropía no siempre funciona, en el último espectáculo donde trabajé fueron un montón de niños y no se dispone de alzaderos para que puedan ver el escenario y siempre hay algún problema con la visibilidad de algunas butacas.

Palacio de congresos de valencia, centro donde se reunen las grandes eminencias del tema a tratar. Este lugar de arte moderno esta muy bien ubicado y en su interior se tiene muchisimo espacio y puede albergar muchisima gente.