Cuando el hambre aprieta a ciertas horas, este tipo de lugares pueden salvarte de los gruñidos estomacales. Así pues ya son varias las veces que acabo aquí para comerme un kebap y terminar con la hambruna. No es el mejor kebap del mundo, pero está bueno. Y dada su ubicación y su horario, cuando pasamos por esta parte del Carmen es lo más a mano. Eso sí, si pides para llevar no pidas patatas. No te recomiendo el estado en el que llega a casa.
María P.
Classificação do local: 2 Valencia
Con un nombre que no deja demasiado a la imaginación, efectivamente: se trata de un kebap frente a las Torres de Serranos. Más concretamente frente al jardincillo de su derecha, mirando hacia el río. ¿Qué tiene esto de especial? Pues precisamente la causa por la que el sábado vine hasta aquí a hacer check-in: eran las 2.30 de la madrugada y era lo único abierto donde poder comprar comida tras largas horas de curro nocturno –la dura faena de quien trabaja dando de cenar a otras personas es que su propia cena tiene un horario indefinible. ¿A remarcar? Que el negocio lo lleva un único tipo y prácticamente trabaja a la velocidad del rayo, pero se lo ve estresado como el que más, y eso que no éramos una cola exagerada en aquel momento. También sorprende el hecho de que, aparte de kebaps(y algunos atrevimientos habituales como patatas fritas, hamburguesas o perritos calientes) ¡prepara hasta cubatas! La atención me pareció pésima, pues no sólo el hombre no da a basto, sino que prácticamente no habla castellano ni tampoco se esfuerza demasiado por hacerse entender. Me sigue sorprendiendo muchísimo esto en locales de Valencia… En fin, que pregunté por ese«hot dog completo» a 4 euros y logré desencriptar de su discurso incomprensible que lo de «completo» viene porque le echa mostaza a la salchicha. AJAM. Obviamente no compré, pero sí le pedí una cerveza, indicando la marca concreta que me apetecía, en vista de que en el cartel había varias opciones. Sin importarle lo más mínimo, su reacción fue ponerme otra que no era ésa y encima decir en voz alta la marca de la sustituta, rollo«te bebes ésta porque a mí me apetece». Salí de allí compuesta y sin cena, y con una cerveza que me gusta menos que la que había pedido, pero la verdad es que al probar del durum que se había pedido mi compañera noté un cierto toque distinto que, por lo menos, le da algo de salvación al sitio. Vaya, que dudo que vuelva, pero si no queda alternativa en momentos de hambruna mortífera nocturna es bueno saber que éste aquí está.