Me contaba la persona con quien fui al local que la cocinera es argentina. Dicha cocinera le da el toque de su tierra a todo que hace. Su tortilla esta de lujo. Hay como dos ambientes durante día en el local, por la mañana para desayunar con sus zumos naturales del día … Ya por la tarde un público más «» cañero”“ Volveré me encantó
Isthar S.
Classificação do local: 3 Valencia
No puedo hablar de su comida, pero sí de la amabilidad con que no sólo nos pusieron un Vermouth delicioso, sino que me preguntaron si me había gustado y me presentaron la botella. Ese día tuve un flechazo más con Xaló(Alicante). Ese pueblo que trajo de regreso a mi vida la Mistela negra y que ahora además pone en mi descubrimiento este Vermouth(así lo escriben ellos, son así de modernos): «Vall de Gorgos». A los amantes del Vermouth, que cada vez van siendo más, les animo a probarlo y degustarlo. Está delicioso.
María Q.
Classificação do local: 3 Valencia
Bar de barrio con un toque moderno. He ido varias veces a almorzar y tienen buenos zumos, desayunos y bocatas. Las empanadillas tampoco están nada mal pero si tengo que aconsejar algo son los mini bocatines de variados rellenos: tortilla con habas, longanizas, pisto, atún y olivas etc. Cuando entras por la puerta con hambre de león te comes un buey, pero estos bocadillitos te sacian y son de un tamaño no excesivo ¡que luego hay que comer! Tiene una pequeña terraza que suele estar llena cuando da el solecito a media mañana. Los dueños son semi amables, he de decir, vamos que no se pasan de simpáticos. Ese y la limpieza de los baños son los peros que le pongo al lugar. Les falta adecentar un poco los retretes y dar alegría a los camareros, que además podían agilizar el servicio a la hora de cobrar. Las varias veces que he ido he tenido que esperar un buen rato para que me cobraran, algo que me pone muy nerviosa porque ya he consumido y me quiero ir, básicamente, después de 5 minutos(o 100) eternos en la barra tienes que decir tú que quieres que te cobren porque ni te miran. Espero que lo tengan en cuenta y mejoren ese punto ya que tampoco es que lo que ofrezcan no lo encuentres en ningún sitio. La amabilidad y rapidez en el servicio son fundamentales. Estaré más que encantada de actualizar mi comentario si la cosa mejora en este aspecto, si no con tres estrellas les sobra.
Javier R.
Classificação do local: 3 Valencia
Una buena opción sobre todo para cenas en la calle fugada hacia la torres de Quart respecto al centro neurálgico del noctambulismo del barrio del Carmen: cocina creativa con tintes vegetarianos y exotismos diversos, precio moderando tirando a caro y un pintiparado ambiente casi high-tech. A este restaurante con buena voluntad, sin embargo, la propuesta se le ha quedado un tanto irresuelta: demasiado sofisticado para hallarse ya fuera del meollo de las encrucijadas más esnobs del barrio del Carmen y demasiado sutil para incentivar el desplazamiento hasta aquí a fin de cenar. Esto se nota en cierta indolencia a la hora del planteamiento de cenas, aunque no en la actitud del personal: la carta tiene su chispa, pero los sabores no resultan tan sorprendentes, ni siquiera tan exóticos como prometen por escrito, con una vocación vegetariana y de «cocina del mundo». Tiene una terraza(servicio subidito de precio) un poco peregrina: tres mesas alineadas en la estrecha acera que impiden subir a los coches aparcados. El ambiente, adentro, propone un contraste no del todo incitador: muy fino, pero animado(a veces demasiado) por amiguetes y allegados acaparando el servicio con chisposas conversaciones.
Nicolau A.
Classificação do local: 4 Valencia
Guirigall en valenciano significa desorden, jaleo. El nombre de este restaurante de cocina vegetariana viene al pelo, ya que en sus platos se destila una mezcla de estilos gastronómicos de diferentes zonas del mundo. Os pongo un ejemplo: las patatas bravas, en lugar de estar aderezadas con su salsa habitual tipical spanish, las sirven con curry y wasabi. Pruébalas que a lo mejor cambias la manera de entender a las bravas. Como vivo cerca y muchas veces paso por delante de su puerta, siempre me fijo en el menú del día. Innovan una barbaridad, casi a diario. He ido dos veces. Una vez a comer solo, donde probé un cuscús vegetal muy rico, y a cenar con mi chica, donde salimos muy satisfechos. Además, sin premeditarlo, participamos en una subasta que suelen celebrar cada quince días con objetos ochenteros. Muy divertida la propuesta. Adecuada relación calidad precio.