Endavant

Siento diferir de la opinión de los Unilocalers… pero para mí este lugar no tiene más de tres estrellas, y ya estoy siendo generosa.
Llegamos, y lo primero, que a pesar de haber reservado, el dueño nos mira con cara rara y dice, ah vale, pero la reserva es para tres, ¿no? Ya que la mesa libre que tenia era para tres… ya que no nos había guardado la mesa… tras convencerle durante 10 min que era para cuatro seguro, entra dentro, imagino que lo comprobó en la libreta, y por fin, tras 10 min esperando, nos dio la razón ¬¬ y nos preparó la mesa.
Llega la carta, efectivamente, no pretendáis comer más que pizza, ya que solo hay tres entrantes, 4 ó 5 ensaladas, y unas 8 pizzas a elegir.
Elegimos Fondue de queso, una ensalada y una pizza para cada uno, ya que vimos que era de masa finita y apretaba el hambre. Le pedimos vino tinto, y nos saca sin preguntar el vino de la casa, de estos sin etiqueta, y aunque yo no soy muy sibarita, no me parece correcto por lo menos tener tres tipos de vino en función de lo que te apetezca beber/​gastarte.
La fondue correcta, pero la ensalada dejo mucho que desear. Vamos, la misma que me puedo hacer en mi casa todas las noches. Y no sé porque, ponía que llevaba huevo y solo tenía 4 ó 5 yemas… no lo entendí…y la cantidad para cuatro, bastante limitada.
Y llegaron las pizzas. Primero que nos saca tres, en vez de cuatro, nos toca reclamarle la 4ª, ya que se había olvidado.
Decidimos compartir todas, y bueno, aceptables, pero para mí no fueron ninguna maravilla, y en una de ellas se les había abierto el bote de pimienta, picaba mogollón.
Pedimos un brownie para los cuatro que estaba aceptable, y cafés.
Resumen: me gustó la situación, en el centro pero algo apartado, la terraza, tranquila pero nada bonita, y el precio la verdad que para la zona muy bien. 16 € por persona con todo lo citado. La comida no me pareció destacable, y el servicio del camarero (creo que era dueño) me dejó bastante que desear, pero por calidad/​precio/​situación, he puesto tres estrellas.
No la recomiendo como la mejor pizzeria de Valencia ni de lejos, pero si un sitio si quieres comer una pizza medio decente a precio asequible si estás por el centro, sin más.

Inicialmente, viendo la carta, o te pides una ensalada y el fondue, o no te quedan demasiadas opciones, considero que la carta de entrantes es un tanto corta.
Con respecto a las pizzas, dudo seriamente que este local haga las mejores pizzas de Valencia. Pizzas de masa muy fina, yo diria demasiado, con respecto al condimento, demasiado queso y poca cantidad de cualquier otro ingrediente, por no decir, que a todas las pizzas le añadian pimienta (no demasiada pero lo suficiente para tener un sabor ligero picante).
Sin carta de vinos, pedimos un vino, y directamente nos sacaron el de la casa.
Un trato un tanto escaso, cenamos en la terraza y muchas veces tardabamos bastante en poder pedir o reclamar platos, por no decir que llegamos y se habian equivocado de comensales (eramos 4 y montaron para 3), y tambien se dejaron una pizza en la recamara.
Con respecto al precio bien, pero tampoco fue nada baratisimo.
Estos son los motivos por los cuales le doy esta valoracion.

A este local tienes que ir con decisión, es decir, no esperes encontrártelo de frente a no ser que salga él a buscarte. Escondido en pleno casco antiguo!!! Y aún así lleno, esto da que pensar…
El otro motivo por el que hay que ir con decisión es, que esta noche te apetezca pizza, pues su carta no ofrece más de segundos. Y es que, si yo lograse unas pizzas como las suyas, no me complicaríà la existencia ofreciendo ‘raviolis al fruto di mare’. Dudo que alguien que las haya probado se haya quedado indiferente. Masa finísima, tamaño ideal y sabores deliciosos hacen que me anote bien el camino para saber llegar la próxima vez.
Sobre el local comentar que es pequeñito, algunos dirán que romántico otros que agobiante, pero para los segundos decirles que la terracita que montan en frente es un autentico oasis en medio de Valencia, libre de paseantes, coches y ‘7 mecheros a euro’ que hacen que lo más importante sea lo que tiene que ser: la cena y la compañía.
Sobre lo segundo os encargáis vosotros. Sobre lo primero, no os preocupéis, mi experiencia me dice que os dejo en buenas manos…

Personalmente creo que esta es la mejor pizzeria de Valencia. El restaurante es muy acogedor y ademas de las pizzas, los entrantes suelen ser deliciosos. La atencion al cliente puede mejorar muchissimo. Por eso las 4 y no ñas 5 estrellas.

Like a zombie needs brains, I need cheese. On the recommendation of my dinner companion, we stopped here to have a bite to eat, and, since the teeny-​tiny seating area was full, we sat across the street in the square, under an outdoor heater. When we arrived, we were the first to sit there, but before we left, more tables had been added to accommodate more guests.
I highly recommend the two items that we ate: the fondue (or fonduta) and the mushroom pizza (Pizza funghi). Both were amazingly delicious, and, while it was a little bit of cheesy overload, the flavors complemented each other nicely. The fondue was savory with oregano and Italian spices, and the pizza was super-​thin, crispy, and covered with an incredible blend of cheeses. We finished that with a small portion of tiramasu, which included the subtle flavor of oranges along with coffee and chocolate, and you have a meal fit for a cheese-​loving zombie.

Pizzas buenisimas a precio perfecto

Realmente en los comentarios que he leído está todo dicho, pero no quería perder la oportunidad de dejar también mi opinión.
Endavant es una pizzería que te encuentras casi por casualidad. Está escondido en un callejón en el barrio de la Xerea, a dos minutos de la catedral. Muy muy pequeñito, con 5 mesitas máximo, super acogedor y con un trato cercano y amable.
Las pizzas están buenísimas, y además tienes unos poquitos entrantes, de los cuales recomiendo sin dudar la fondue de queso.
Muy buena comida a muy buen precio. Si pides una pizza con bebida y algo para compartir, te costará en torno a 10 €.
Búscalo, es todo un acierto :)

Pequeñito, acogedor. Romántico en el sentido clásico… un restaurante pequeñito con 5 mesitas y cuidado sin esfuerzo aparente. Las pizzsa buenas y el precio mejor.

Es una pequeña pizzería de esas que te encuentras callejeando, y un día que no sabes donde cenar te decides a probarla.
Las pizzas están buenas y son bastante baratas, creo que rondan los 6 €
Luego tienen algunos entrantes, de los que recomiendo muchísimo la fondue de queso.
También tienen algunos postres caseros, únicamente he probado «la bomba» o algo así se llamaba, es de chocolate y realmente cuesta comérselo y todo xD pero bueno a mí es que el chocolate me empacha, así que si os gusta pedirlo de postre.
Para dos personas con pedir una pizza para cada uno y algo para compartir se cena bien, con lo que rondaría los 10 € por persona.
Recomendable también reservar mesa, porque suele llenarse. El local es muy muy pequeño, aunque cuenta con terraza. Recomiendo cenar en la terraza que montan, ya que a parte de sentirte con más espacio a tu alrededor, no se te queda olor a humo… La verdad que el olor que se te queda al cenar dentro es el único inconveniento de cenar en este sitio.

Sabrosas pizzas en este pequeño rincón todavía céntrico, en una de las callejuelas que llevan desde detrás de la catedral hacia el barrio de la Seu. El cálido (aunque apretado) ambiente interior es del todo acogedor una vez consigues ubicarte en torno a la mesa y abstraerte un poco del bullicio que se arma apenas haya tres parejas.
El trato es familiar y ágil (muchos años atendiendo ya) y, con un poco de amabilidad, incluso receptivo a cambios con los ingredientes. Las pizzas son al horno de leña, muy sabrosas, con un buen diámetro, con la masa fina (al estilo italiano de verdad) y con ingredientes abundantes (si bien echan mano de algún congelado).
Han emplazado una pequeñísima terraza (un poco desangelada) en la cercana plaza de Mossén Milá al cruzar la calle y se está a gusto en esta encrucijada poco transitada por los noctámbulos.
Es un sitio estupendo para una cena improvisada en pareja (nunca en grupo, por lo escueto del establecimiento), enmarcada en el ambiente propenso y romántico de esta zona a espaldas de la catedral.

Encontrar una aguja en un pajar tiene que ser complicado. Pero igual es encontrar un restaurante con buena comida por muy poco dinero.
Endavant es un restaurante que está en la zona del Carmen. Es una pizzería muy pequeña y me llevaron porque era y es muy barata.
Desde ese día intento ir siempre que puedo. La verdad es que al ser un local tan pequeño muchas veces no tienes sitio. Pero bueno hay que hacer un esfuerzo y probar su carta.
Hablando de la carta, es muy limitada. Tiene un par de ensaladas, una cazuela con queso fundido que está buenísima y varias pizzas. Las pizzas son bastante grandes y justo detrás de las mesas está la cocina donde las hacen.
Si os guardáis un hueco, también tienen unos postres caseros que están tremendos.
Lo mejor es el precio. Realmente os dejará sorprendidos por unos 10 ó 12 euros tendréis una buena cena. Además el local me parece un punto de encuentro muy auténtico para llevar a alguien especial.
Por último los camareros son encantadores. En verano tienen una terraza fuera. La verdad es uno de estos locales con esencia que hay que conocer.

Había intentado ir a este sitio un montón de veces porque todo el mundo me decía que está muy bien y es super barato, pero siempre que iba estaba a reventar.
Ayer por fin conseguimos una mesita y comprobé que todo lo que decíà la gente es verdad. Es un local super pequeñito (el salón de mis padres es mucho más grande), pero aún así no resulta agobiante.
Pedimos una fondue de queso y crostini al horno, que es una cazuelita de barro con más queso y carne y más cosas que no te sabría decir, pero que a todos nos encantó. También tienen una lista de pizzas no muy extensa, pero que están buenísimas y la hacen con la masa más fina del mundo. Buenísimas, como los postres caseros que tienen, que te hacen dudar de tus propios gustos…
Y nada, creo que es un sitio ideal para ir en invierno, porque es tan chiquitín que una de las mesas está pegada al horno donde cuecen las pizzas y da mucho gustito acercar las manos y calentarte. También es muy gracioso, que de vez en cuando se llena todo de humo y se crea un ambiente de chimenea muy hogareño, pero que enseguida los camareros abren un poco la puerta y se ventila pronto.
Puedes llamar para reservar mesa o para encargar una pizza, aunque tendrás que ir tu mismo a recogerla.

Pizzería y bocataría encantadora en el centro de Valencia. Tiene pocas mesas y una carta reducida, pero suficiente y respetada por los parroquianos. No puedes dejar de probar la fondue de queso. Económico, buen ambiente y fantástico aroma a pizza recién hecha.