El Tentempié

Fuimos hace poco y no nos atendieron muy bien. Ya no es lo de antes y parecían preocupados solo por ir a descansar

Un bar pequeñito pero uno de los mejores sitios para tomarse una cerveza o un vino en Patraix, la terraza es agradable sobre todo con buen tiempo.
Se agradece mucho que siempre tengan el detalle de acompañar tu bebida con un montadito o alguna tapita sencilla.
El producto aunque es un bar sencillo es de buena calidad.

Este local, pel simple fet d’estar en el meu barri ja té un punt positiu. Per dins és xicotet, amb unes poques taules i una barra (xicoteta clar esta), el tracte molt amable. En una pissarra anuncien el vermut amb tapa per 2 € i encara que ho preparen amb molt amor i una coctelera (afigen granadina, ginebra i soda), em resulta al meu paladar massa suau, encara que sempre que vaig ho demane pel que roín no esta. Ja disposen de taules en l’exterior, així que és el lloc ideal per a dotorejar a la gent que va camí de la Plaça de Patraix.
Este local, por el simple hecho de estar en mi barrio ya tiene un punto positivo. Por dentro es pequeño, con unas pocas mesas y una barra (pequeña claro esta), el trato muy amable. En una pizarra anuncian el vermut con tapa por 2 € y aunque lo preparan con mucho amor y una coctelera (añaden granadina, ginebra y soda, me resulta a mi paladar demasiado suave, aunque siempre que voy lo pido por lo que malo no esta. Ya disponen de mesas en el exterior, así que es el lugar ideal para cotillear a la gente que va camino de la Plaza de Patraix.

Solo puedo hablar del vermut que sirven aquí porque no he probado otra cosa. El 2º evento vermutero de los Unilocalers valencianos nos hizo recalar aquí y tengo que aceptar que tengo una especie de amor-​odio con este sitio. En primer lugar, el vermut «pijo» es un poco light porque sabe a poco, está fresquito sí pero muy aguachao; solo cuando haces una segunda ronda y te ponen el rojo líquido directamente de la botella puedes apreciar el excelente sabor de ese vermut caseso. Así sí que nos entendemos.
El trato es muy bueno, la acústica del local un poco agobiante porque los paneles rebotan el sonido y al final sales de ahí con un runrun… En la primera copa nos pusieron unas papas y unas aceitunas, aceptable, y en la segunda unos montaditos con salchichón o fuet que estaban ricos.

Declaro mi amor absoluto por este local.
Se encuentra en uno de los locales que van a dar a la plaza de la iglesia de Patraix y en el cual no recuerdo lo que había antes pero me alegro un montón de que ya no esté.
El lugar en si irradia encanto, pero del sencillo y verdadero por sus tres paredes y su gran ventanal.
Cuando entras lo que ves son no más de seis o siete mesas de madera de pino acompañadas de sus correspondientes banquetes y la barra. La terraza todavía no la tenían montada pero por lo que nos comentó el dueño en un par se días eso cambiará y yo bien que me alegro.
Bueno vayamos al lío: la pizarra de la puerta anuncia cerveza, vinito o vermut más montadito por 1,20 (!!!) así que resistirse es imposible.
Mi elección fue el vermut, pero no sabía realmente la maravilla que estaba a punto de descubrir. A la pregunta de «¿qué vermut tienes?» el camarero nos enseño la botella añadiendo que lo preparan con un toque de granadina, ginebra y soda, todo esto con la coctelera en la mano para empezar a ponerse al lío (!!!). Que es que resulta que es así como lo preparan en Madrid. Yo desconocía dicha maravillosa costumbre pero casi me pongo a bailar un chotis para celebrarlo.
A ver hay que ir, esto es así. Hay que peregrinar hasta Patraix para degustar el, hasta la fecha, mejor vermut que yo he probado en Valencia.
Además, para rizar más el rizo de la perfección la carta es apetecible a mas no poder y a precios normales (y lo de normal lo digo yo que soy una humilde estudiante que tres días a la semana trabaja sirviendo cafés, o sea que baratitísimo) Vull dir: montaditos a 0,90 y tortas que no superan los 2 euros, si mal no recuerdo.
Recomendadísimo. ¡Volveré! vaya que si volveré