Delicia

A mí, ni me atrajeron sus neones ni su estilismo interior. Es más, ni siquiera vi ninguno de estos detalles, soy más primaria: terraza en calle peatonal al solete + café con chocolate + cercanía a la oficina de ocupación en la que tengo hora en un rato. Unga unga.
Disfrutando las maravillosas vistas que ofrece esta calle del casco antiguo, con su griterío del mercado próximo, sus señoras paseando al perro o al carro o a los dos, sus repartidores voceando, sus obreros taladrando la calle infinitamente levantada, sus banderolas de «Velluters sin prostitución» en los que han tachado la N de ‘sin’… Aish, buenos días, Valencia.
Sólo de desayuno, que era a lo que íbamos, tres o cuatro menúses, para todos los gustos. Bollería, pasteles y bizcochos caseros por todas partes, capuchinos con cinco dedos de espuma…
Un sitio con el nombre muy bien puesto.
Los neones ya paso a inspeccionarlos otro día.

Mi padre trabaja en pleno centro de Valencia y Delicia suele ser la cafetería donde se toma el café de mitad mañana y almuerza. Alguna vez que he caído por la zona a esa hora, le he acompañado. Buenos bocatas a precios populares.
Es un local bastante nuevo, creo que cumplió un año hace unas pocas semanas, y el interior está bastante currado. Decorado de modo minimalista, las paredes azules y la cuidada iluminación le dan un toque íntimo. Siempre pienso que debo llevar a mi chica, pero no sé porqué todavía no he encontrado el momento.
Uno de los principales atractivos es la terraza, que en los días soleados, es un auténtico placer saborear una tapita buena con su birra. La dueña, Marisé García, es muy agradable y su equipo de trabajo prestan un excelente servicio.
Siempre que me marcho, veo el menú y me digo a mi mismo que tengo que volver a comer. Intentaré cumplir mi palabra porque tengo el presentimiento que se come muy bien aquí.

Pasas por la puerta, te quedas mirando la fachada y dices: «Mola, se lo han currado». Así es Delicia. una cafetería en una de las calles peatonales del centro de Valencia que ha elegido tirar por el diseño para servir de reclamo a sus clientes.
No sólo es el diseño sino también la multitud de ofertas que colocan siempre en la puerta del negocio. No puedes decir que no quieres acceder a él. Ante ese campo magnético me vi obligado a ceder y a almorzar un día en su interior.
Lástima, estaba todo lleno y me tuve que conformar con tomar mi café con leche con tostadas en la terraza exterior. Una terraza que no pierde el estilo de dentro pero que si que carece del glamour de las luces de néón que te retrotraen a los años 80, donde todo era néón.
Bonito lugar para tomar una copa o almorzar un día tranquilamente. De la comida, no puedo destacar nada más que su variedad y su amplia oferta.

Se trata de una cafetería con aire bastante modernillo y de lounge bar en el centro, casi al lado del mercado central y que la han inaugurado hace poco más de un año…
Cuando vivía por ahí me daba mucha curiosidad y no pensé que un sitio así aguantaría en esa zona… quien pasa a menudo por ahí sabe que el ambiente, sobre todo cuando empieza a oscurecer tiende a ponerse un poco sórdido…cosa que contrasta un poco con el brillo blanquiazulado de esta cafetería.
Hace poco, ya viviendo lejos de la zona entré a probar lo que tenían y bueno, el diseño realmente llama la atención, aquella figura de madera colgada en el techo, las lámparas, el mobiliario… pero cuando te centras en lo que tienen en la barra tienen unos pequeños brownies y unas cocas de llanda bastante sugerentes…
Pero si no quieres sólo café, sino algo más…unas tapas o comer ya enserio, también te ofrecen cositas interesantes… igual no a la altura de la decoración, pero para comer y salir satisfecho por unos precios más que razonables.