Antonio Manuel

Découverte au hasard de promenades dans la ville, la Taberna Antonio Manuel propose des tapas de qualité, à un prix plus que convenable pour Valence.
A goûter absolument: les croquettes de jambon ibérique (1 € pièce) et les clochinas al vapor (petites moules de la région valencienne).
A noter: la taverne est très fréquentée par les locaux, ce qui est assez bon signe :)

Acudimos a este restaurante, tras asistir al Olimpia. La experiencia, ni fu ni fa.. Tapas normales y precios para turistas. No creo que repita.

Una de las tabernas que escasean en nuestra ciudad con las tapas tradiciones de toda la vida y con calidad.
Las croquetas son las mejores que he probado en mi vida (las ibéricas son increíbles)
También probamos las gambas al ajillo, los mejillones y la cazuela de jamón con patatas. Todo muy bueno y bastante cantidad. Los precios son normales, quizás algún plato si que está un poco más desproporcionado pero en general la calidad/​cantidad es inmejorable.
A veces es complicado encontrar un hueco en una mesa pero siempre puedes utilizar la espaciada terraza o incluso picar en la barra.
Mucha variedad de tapas y un buen servicio. ¡Repetiré seguro!

He ido a cenar un par de veces a este local y la verdad es que no termina de convencerme… no es que esté mal, no es eso, pero con la cantidad de bares de tapas que tenemos en Valencia, este en concreto no me aporta nada especial.
Fui con amigos alemanes para cenar de tapas. Nos ofrecieron el pan de la casa, con tomate y alioli junto, no lo tenía claro, pero pa combinación es buena.
Pedimos: bravas, ensaladilla rusa, pulpo a la gallega, calamares romana, croquetas de boletus y huevos rotos con jamón.
Las bravas simplonas, nada que reseñar, la ensaladilla con pimiento (no me gusta), los calamares buenos y tiernos, las croquetas de boletus buenas de sabor, pero casi quemadas por fuera, el pulpo ni fu ni fa y la sartén demasiado hecha: la llema del huevo cocido, y el jamón crujiente como si fuera bacon y pegado al fondo de la sartén.
Lo dicho, que malo no está, pero en lugar de repetir, a la próxima le doy la. oportunidad a otro bar de tapas.

De tapeo. No está mal. Las croquetas de boletus están buenas. Servicio rápido. Para la zona en la que está, no está mal de precio.
5 tapas (x2) para 7 personas y bebida, salimos a unos 11 € pp

Ce resto est parfait… les tapas sont tres bonnes, tres convivial !! Les serveurs sont accueillants et quelques uns parlent francais :)
On a l habitude d y aller souvent nous n avons jamais ete decus !!

Para almuerzos de lo mejor de la zona. Servicio rápido y mucha variedad de bocatas. Local grande en interior y terraza en peatonal. Bocata y bebida 3.60 € y con café 4.00 €

Cazón cazón y cazón adobado! Espectacular!
Los calamares y las bravas muy buenos. El aceite que usan esta limpio de otros sabores. Las croquetas de boletus buenísimas. El servicio rápido y ha mejorado mucho la atención.

Es nuestra tercera visita y no se si es por fallas pero se me antoja algo más flojo, aún así está bien, tiene muchos platos típicos para elegir, las raciones algo justas y el precio algo elevado, aún así recomendado para tapear. Buena cerveza y buen vino turbio.

La primera vez que pasé por la Taberna Antonio Manuel me llamó la atención el gusto por su decoración: todo de maderita, larga barra con altos taburetes, barriles que hacen de mesa junto a la ventana, y unas pocas mesas al fondo. Es un local la mar de coquetuelo.
Nunca he pedido nada de la carta porque solemos quedar en la Taberna Antonio Manuel a tomar unas cañitas mientras nos reunimos para ir al Teatro Olimpia.
Me gusta que con la caña te pongan un pintxito sabroso y elaborado que te pone el camarero con una amplia sonrisa.
Si quieres estar a tus anchas y con los niños, mejor disfruta de su terraza, la calle es peatonal y pueden corretear sin peligro.

Mis compañeros de trabajo y yo teníamos invitaciones para el Olympia. Aprovechamos para hacer un afterwork en la taberna de al lado pensando que cenaríamos de tapeo y bien. Nada más lejos de la realidad. Las croquetas de boletus están muy buenas, pero poner una por persona me parece bastante cutre. Las patatas bravas y las tapas típicas bastante normalillas, en cualquier bar de barrio las hacen con muchísima más gracia. No obstante, la sorpresa nos vino en la ensalada. Pedimos la de ventresca esperando una señora fuente con verduras frescas. Bueno, cumplieron nuestras expectativas, estaban tan recién que nos encontramos un gusano negro que bien podría haberse unido con nosotros a la fiesta, pues se meneaba por el plato a sus anchas. Un compañero lo despidió rápido y no me dio tiempo a hacerle foto, qué pena, con la marcha que llevaba el colega…
Al traernos la cuenta no nos descontaron ni dicha ensalada, así q reclamamos y al final lo quitaron y nos pusieron chupitos, nada que no haría cualquier otro bar. En fin, taberna típica de turistas de paso. Mucho platito en la carta a calidad 0.

It’s exciting to be in a new city, but also a little hard because you don’t know where to eat. I want to stay away from anything near the tourist areas, but want something that is good and where locals eat. We found ourselves wandering around, again, and I mentioned we could just go back to MQM, but you also want to try something new as well. Well, we found ourselves in the same neighborhood, and though Ruben from MQM suggested Vinotito, it was pretty pricey and fancy. We wanted something a little more down to earth. Antonio was right across the street and we decided to give it a chance.
We got a table in the back and it has a warm and inviting feeling. Our server spoke very little English but was friendly and nice enough to give us the English menu as well. We ordered patatas brava and little chorizo sausages, which were okay, but the patatas were great… they came with a garlic mayo and spicy sauce on top. As per our server’s suggestion, we ordered the house specialty… Cornejo en salsa al ajillo, or rabbit in garlic sauce… LOL! This dish was very good! Sort of like chicken, but then again, doesn’t everything that isn’t beef? LOL!
We also ordered wine and our server explained that it was 8E for a bottle of the house, but he then showed us another that was 40E… okay, we’ll take the house! LOL! It turned out to be pretty good and there was no label.
Me: So wine in a bag in a box and then they just refill… LOL!
Overall, it was a very pleasant meal. The place started to fill up. Some young guys sat near us, but ever since my attempted pick pocket experience in Madrid, my guard is a little high. But we did feel relatively safe the whole time we walked around. Everything was good, although the partner did not care for the little sausages. The garlic sauce was so good, we started dipping our bread into it. The rabbit does come on the bone.
Me gusta Antonio Manuel!

Here is where my husband and I tried the joy of ham. That is Serrano ham, for Iberico ham is too heavy on my wallet. We had our ham with Manchego cheese. It was delicious. We also had the clochinas al vapor which are steam cockles similar to mussels or so I’m told. You might want to do some research if you’re a picky eater, but visually they look similar, and taste-​wise, clochinas are more squishy and less juicy than mussels. (Sorry to deliver bad news – that is what comparing does to innocent foods.) Now this place is classy and even has outdoor seating. It has exposed brick interior and also an artsy wall of barrels displaying all the famous people who visited their restaurant. Of course, we are not on there, but someday who knows maybe we will be up there, on a barrel.

Disfruto mucho tomándome un café o una copa de vino (depende el momento del día) con mi pareja o amigos en sitios del centro de Valencia. Es algo que suelo hacer bastante a menudo. Por eso, me alegré mucho cuando descubrí ya hace más de un año que estaban montando un restaurante en esta esquina tan transitada de San Vicente. Máxime cuando vimos que la decoración era muy bonita, estilo tasca, con pizarras colgando, barriles de vino de mesas y muy buena presentación.
Lo he visitado varias veces, siempre en la terraza, y todas las veces tuve la misma sensación: le falla el servicio. Puede que sea coincidencia, no lo sé, pero siempre nos tocaban los mismos camareros, que acodados cual borrachos en un bar, charlan y se cachondean de todo, en lugar de darte un servicio rápido y sobre todo atento. Es un negocio relativamente nuevo y ellos dan la impresión de tener vicios semejantes a los que un empleado que lleva mucho tiempo en su puesto de trabajo ha adquirido. No puedo decir nada sobre la comida (que es bastante rica) y los dueños, que parecen amables, pero la última vez, estuve a punto de decirles la cantidad de gente que pueden perder por el mal servicio de los camareros de fuera.
Para gustos los colores, yo no voy más, y es una pena porque el lugar me gusta bastante.

Es un reciente descubrimiento al que encasillo claramente de la siguiente manera: comida o cena a base de tapas y vino. En mi caso, cena, acabada la jornada, para engañar al desánimo que me invadía al empezar la semana otra vez, para colorear la noche del lunes con tintes de una de viernes.
Antonio Manuel es como un pedazo de Andalucía incrustado en una de las arterias que marchan directas al corazón de Valencia, la calle San Vicente. Nada podía conferirme más aliento que entrar al local y encontrar un ambiente impregnado de la alegría y el color inherentes al sur español: barra y taburetes altos de madera, toneles a modo de mesa y bastantes otros comensales decididos a prorrogar el sentimiento de libertad de los festivos.
Al abordar el menú, cada uno que marque sus pretensiones. A mí no me apetecía gastar demasiado, así que, pedimos una copa de vino, con la que incluyen una tapa. Deliciosa, en tanto que agradable y simple: una ensaladilla reciente y cuidadosamente preparada. Otra dosis de vino, por qué no, y calamares sorprendentemente frescos y sabrosos. Rebozado casero.
Tres tragos y sus respectivas raciones más tarde, la velada improvisada encargada de dar entrada al martes después de un día largo adquiere un cariz más positivo. La cena no es abundante, pero por 7 u 8 euros es complicado hallar un picoteo más satisfactorio. Me parece una taberna de sobresaliente.