Zabol

Recuerdo esta zapatería desde pequeño, en realidad era la zapatería donde mi madre se compraba todos los inviernos las botas, esas botas de piel interminables con tacones altos. Siempre esperaba a las rebajas porque nunca ha sido una zapatería barata, pero siempre ha tenido la mejor calidad en calzado.
Por su fisonomía, siempre tenia todos los zapatos expuestos, ya que es mas escaparate que tienda, pero esta fisonomíà la tiene desde que yo era chico, creo que le ha funcionado.
Yo me he comprado un millón de zapatos allí y siempre nos atendía Manolo, un señor que ya no esta, el llevaba toda la vida allí y siempre nos recomendaba lo mejor que podíamos comprarnos.
La zapatería Zabol tiene varias en Sevilla y alguna en Cordoba, es de los pocos negocios que resiste bien a las grandes superficies, porque siempre trabaja con calidad de piel y buenas marcas, los zapatos aunque sean mas caros, duran mucho mas. El precio es un poco mas caro, pero hay una gran variedad de zapatos.
Los zapatos de caballeros son mas clásicos pero tienen una marca que me encanta «Camper»

Zabol es otra de esas zapaterías a cuyo escaparate me quedo imantada, mientras mi mente realiza un catálogo rápido de los modelos que más me gustan y los archiva en algún lugar de fácil acceso. Y no es de extrañar, porque la tienda ocupa una esquina y disponen de muchos metros de exposición. Bueno, también entro de vez en cuando y ¡hasta me compro zapatos! Es broma, me he calzado en este lugar bastantes veces.
Mirando su web he descubierto que es un negocio casi centenario, comenzó en 1928, llamándose «La Española» y ya van por tres las generaciones de vendedores de zapatos «de alta calidad», como decíà la noticia del ABC que he leído y que comentaba las reformas en uno de los locales. Según esta reseña, los primeros tafiletes –zapatos combinados con el bolso– que pudieron encontrarse en Sevilla llegaron a Zabol.
Es cierto que tiene muchos modelos del tipo estilizado y super elegante que yo nunca me pondría. Cosas muy femeninas, con tacón alto o no tanto, pero en todo caso tacón y marcas italianas, a menudo fuera del alcance de mi bolsillo (sobre todo porque se trata de zapatos para ponértelos en algunas ocasiones, y no del calzado de batalla que yo uso de forma continuada, cuando algo me resulta cómodo ya no me lo quito).
Pero también tienen casi más modelos de Camper que en la tienda franquicia de la marca situada en calle Sierpes. Panama Jacks, otra de mis favoritas, 24horas, Basic, …
La atención, en contra de lo que podría parecer, no me parece tan buena. Es cierto que la ratio de dependientes por número de clientes es más alta que en otros lugares. Pero también me resultan un poco altivos, será que yo no doy el perfil de la compradora modelo (que supongo será una señora-​señora de las que compran tafiletes), pero a veces da la impresión de que estén haciéndote un favor al mostrarte la mercancía.
De todas formas sigo yendo, y sobre todo examinando las novedades de cada temporada. Tienen más tiendas en la calle Sierpes, en Velázquez y Asunción.

Esta zapatería fue inaugurada por mi madre cuando apenas tenía dieciocho años. No me la imagino a esa edad, trabajando de dependienta en una tienda donde después tanto he comprado.
Me gusta por la calidad de los zapatos. Los diseños también, vale, pero sobre todo porque tienen «herraduritas» de nivel superior, buena piel y buenas hormas, que es lo que yo necesito para no ir llorando por las esquinas (soy enormemente delicada). También porque hay un dependiente con experiencia que se ve conocedor de la profesión y yo eso siempre lo agradezco.
Mi última adquisición fue para una boda familiar. Me volví loca, jamás me había gastado tanto en unos zapatos de fiesta. Espero que se casen pronto muchas amigas o al menos organicen fiestas para poder amortizarlos… Si no, acabaré poniéndolos en una estantería del salón, cosas más raras se han visto ¿no? ;-)