Camper

Amazing quality of shoes, truly. Reminds me of Mephistos in the immediate wearability and attention to detail. Cool setup of retail space too!

Venir hasta aquí merece la pena sólo por echarle un ojo al interior de la tienda, aunque no vayamos a comprarnos unos zapatos ese mismo momento. Según me contaron, la obra interior responde al proyecto de Benedetta Tagliabue, que juega con siluetas y reflejos en el mobiliario interior, con formas que recuerdan a las siluetas de zapatos.
Por lo demás, se trata de una tienda Camper en la céntrica calle Tetuán, un sitio de paso habitual de cientos de miles de personas, que sin duda desde fueran sienten que su atención se ve captada por la atractiva e interesante apariencia que el local desprende hacia su exterior.
Como cabe esperar, venden zapatos, a precios moderados o tirando a elevados, según el bolsillo. Yo, cuando puedo, me paso a echarle un ojo y alguna vez traje aquí a algún amigo que estaba de viaje y le gustó la experiencia de encontrar algo diferente en el rancio centro sevillano que, afortunadamente, cada vez tiene más alternativas.

Camper es una de mis marcas favoritas, asi que todo lo que diga será bueno. La tienda Camper de Sevilla, la única que hay junto el outlet llamado ReCamper, tiene un diseño acorde a la marca y te atienden de forma muy amable. Suelo comprarme varios pares de camper todos los años, hasta detalles del punto que los zapatos que llevé en mi boda fueron de esta marca. Me gusta mucho su diseño, su calidad y su originalidad en todos los aspectos: zapatos arreglados para ocasiones especiales, zapatos de uso diario para el trabajo, zapatos más llamativos para salir, zapatos cómodos para el verano… mi idilio con esta marca comenzó leyendo una entrevista a Iván Ferreiro en el año 2000. Decía el gallego que tenía una manía cuando hacía un concierto: llevar unas pelotas de Camper. Eso me marcó, principalmente porque era muy fan de Piratas, y me llevó a investigar (por aquel entonces en el mundo offline) dónde podía comprarme unas camper en Sevilla. Finalmente vi que estaba el modelo pelotas en negro en El Corte Inglés, el precio lo recuerdo muy bien porque las 14.000 pesetas que costaban no las podía ahorrar de forma sencilla (o mejor dicho en un tiempo prudente con lo caprichoso que soy) y lo pedí por los reyes. Me cayeron. Y recuerdo que fui muy contento a clase con mis pelotas camper, pero claro, estaba en Sevilla y los primeros comentarios que recibí fueron del tipo «¿Por qué te has gastado 14.000 pesetas en unas botas de fútbol de principios de siglo? … son feas de cojones» A mi me daban igual esos comentarios, eran los zapatos que más me gustaban y me acuerdo que me duraron un montón de años, hasta que ya apenas no quedaron pelotas en la suela. Siguiendo la manía de Iván Ferreiro, yo las utilicé en todos los conciertos de música que iba (algunos míticos, como la única vez que vi a Radiohead en Madrid en el año 2003) y las veces que salía de España de viaje. Todavía las guardo de recuerdo, aunque ya no me las pongo.