Classificação do local: 3 Mairena del Aljarafe, Sevilla
Situado en una de las calles más fiesteras y coperas de la ciudad, Volapié se aleja del estilo moderno y discotequero para ofrecer al cliente una versión igualmente alcohólica, pero algo más tranquilo y tradicional.
Apenas a 100 metros de la Plaza de Cuba, un cartel rojizo nos da la bienvenida a Volapié. Es un local grande decorado con múltiples elementos toreros y tradicionales, como azulejos y cuadros de fiestas folclóricas. Además de los típicos taburetes de madera junto a la larga barra, puedes sentarte a beber o a ver el fútbol que proyectan en una gran pantalla sentado en sus múltiples sofás. Todo ello se ubica en un ambiente relajado y tranquilo, muy diferente al de los locales adyacentes. Todas las veces que he ido a Volapié el servicio ha sido rápido y eficiente(aunque no hay mucho misterio en servir una copa). Normalmente no hay mucha gente, pero los días de fútbol se llena hasta las trancas(si vas con tiempo podrás sentarte en uno de sus sofás y ver el fútbol en la pantalla del proyector). En Volapié, que yo sepa, solamente puedes pedir cosas para beber ya sea un café para merendar o un cóctel por la noche. El precio de las bebidas es como el de todo bar de copas, los refrescos valen 2 €, y las copas de ahí a arriba. Desconozco la faceta de cafetería de Volapié, aunque se que existe, en cuanto la conozca la incluiré en el comentario. Una de las cosas que me gusta de Volapié(y de los otros muchos sitios que hacen lo mismo) es que con cada bebida te ponen un buen cuenquito de frutos secos, que calma más el hambre de lo que parece(total, no puedes pedir nada para quitarte el hambre…). En definitiva, Volapié es un bar de copas de corte tranquilo y tradicional, de buen servicio y óptimo para ver el fútbol. No tiene nada que lo haga especial, pero no deja de ser un buen sitio al que ir si te apetece tomar una copa con los amigos sentado en un cómodo sofá.
Marta G.
Classificação do local: 3 Sevilla
No podría decir el tiempo que este bar lleva abierto porque hasta hace poco ni siquiera conocía su existencia. Como casi delante tiene el famoso kiosko que está a la entrada de la calle Betis creo que nadie se fija en que poco antes hay un bar. Es lo que tiene ser un kiosko y estar en medio del paso. Además tiene relativamente cerca el restaurante San Marcos, que lo eclipsa todavía más si cabe. Precisamente a ese restaurante fui hace poco a comer en uno de éstos almuerzos improvisados en los que la vida te sorprende y acabas en sitios inesperados. Como la cosa iba de improvisar no teníamos ni idea de dónde ir mi chico y yo cuando salimos, nos apetecía tomar algo en plan tranqui. Íbamos hacia Plaza de Cuba cuando, ¡ops! «pero si aquí hay un barecillo». Y además es de éstos muy típicos de la zona en los que igual te puedes tomar un café, un té o un cubata. ¡Perfecto! Así que nada, cogimos sitio dentro porque nos parecía más acogedor y comenzamos con unos cafés para terminar con un ron al que se agregaron unos amigos en aquella técnica sevillana tan conocida de «killo, ¿dónde estáis? Enga, pues tiramos para allá». Es un sitio bonito, acogedor, y cuenta con el factor sorpresa de que no reparas en el a simple vista por lo que no creo que se llene demasiado hasta altas horas de la madrugada. Perfecto tratándose de la calle Betis.
Ignacio L.
Classificação do local: 4 Dos Hermanas, Sevilla
Me encantan esos días de entresemana en los que no tienes plan por la tarde y decides irte a tomar algo con un par de amigos, ni uno más ni uno menos. Esas tardes en las que quedas para tomar café y una copa después y se va alargando la noche hasta que se convierte en entrada la madrugada. Así es como conocí el Volapié. Había pasado muchas noches por delante, pero ya se sabe cuando decides salir por la calle Bétis, sueles recorrerla prácticamente entera y no te sueles parar en los sitios que tienes a la entrada cuando vienes por Plaza de Cuba. Esa tarde se ve que estábamos algo vagos y nos quedamos en el primer tercio de la calle trianera. Era la primera vez que entraba. Nos pedimos dos copazos los tres y nos salimos fuera para apoyarnos sobre la pared en plan compadre. El interior es pequeño y no se cabía. El solecito –o como se dice en Sevilla, el solito– y las vistas del río creaban una imagen perfecta. Te atiendan muy rápido en barra sin necesidad de esperar más de lo necesario, aún cuando la aglomeración es importante. Después de este día, para mí la Calle Bétis empieza aquí.
Álvaro B.
Classificação do local: 3 Sevilla
Tiene la calle Betis un bar con nombre torero a más no poder: El Volapié. A diferencia del que podemos encontrar en la calle Génova, este Volapié no sirve tapas ni nada que llevarnos a la boca, sirve copas porque estamos hablando de un pub. Su barra es larguísima y serpenteante, parece no terminar nunca y tras ella se apiñan sobre estantes botellas y más botellas de alcohol, impresionante puesta en escena que nos encontramos nada más entrar al local. Tienen muchas marcas de ginebra y por eso me gusta asomar por allí de vez en cuando para degustar alguna marca desconocida por mi paladar cuando surge ocasión. Su cercanía con el río hacen de este local un sitio muy especial, no tiene precio estar en un pub tranquilo que se presta a la conversación tan cerca del Guadalquivir, mirar por su ventana o asomarse por su puerta es terapeútico por lo que relaja y tranquiliza. Una de las mejores puestas de sol que podemos ver, es la de la calle Betis viendo como el astro rey parece desvanecerse sobre el puente de Triana, y este es uno de los mejores sitios desde donde podemos contemplar esa hazaña a diario.