Embarcadero

Muchas vistas pero no cumplen… una pena… si buscas un café no es tu sitio. Por mucho que te confirmen por teléfono,… ¡¡NO TIENEN CAFETERA!

Magnífico emplazamiento con unas vistas increíbles del río Guadalquivir y la Torre de Oro. Genial para ir a última hora de la tarde, pues las vistas mejoran con la luz. Ojo que si no lo conoces es fácil que pases de largo, pues la puerta de entrada es muy pequeña y prácticamente no se ve. Las copas están algo más caras de lo habitual (también es verdad que las vistas hay que pagarlas) y es autoservicio.
La decoración, para mi gusto, no está mal, todo recordando como un puerto con taburetes de tablas de madera, cuerdas, botellas…
Buen sitio para sorprender a alguien sin duda alguna o para traer a gente de fuera :)

Grandiosas vistas y quizás por eso las copas de pagan.
Si tienes la oportunidad no dejes de subir a la terraza hay unas vistas maravillosas.

¡Qué sensación más agridulce me transmite este bar! Creo firmemente que en cuanto a ubicación es sin lugar a duda alguna el mejor de Triana y seguro de los mejores de Sevilla. Un auténtico espectáculo visual que deja a más de uno con la boca abierta cuando atraviesas sus puertas. Sin embargo, nunca llueve a gusto de todos y para mí tiene alguna que otra pega, como el ambiente, el trato del servicio, etc.
Lo primero que hay que decir es que si no lo conoces seguramente pase desapercibido ante tu vista, y es que está en la trianera calle Betis pero algo escondido. Situado entre dos bares, se accede a través de una puerta de madera con un pequeño cartel, apenas visible, y un estrechísimo pasillo que desemboca en unas escaleras que te trasladan hasta la misma orilla del Guadalquivir.
Una vez que estás dentro solo hay que disfrutar de las vistas. La decoración es agradable, simulando un muelle, te sentirás como un auténtico marino entre cuerdas, cabos y pequeños taburetes realizados con tablas de madera. El espacio se distribuye en dos alturas, una de ellas donde está la barra y algunas mesas, y la mejor para mi gusto, una zona baja pegada a la orilla con unas vistas espectaculares de la Torre del Oro.
El ambiente es bastante pijo, un lugar de moda donde a veces si no vas con pintas de tener dinero en la cartera te miran de arriba abajo, creo que eso es lo que le falla a este local, eso y el servicio de camareros que aunque ha mejorado últimamente, alguna que otra vez he tenido experiencias desagradables, como un verano de calor horroroso en el que llegué a las 22:05 y me echaron por ir en pantalón corto ya que según ellos no permitían la entrada así a partir de las 22:00 cuando ya en el local había gente con pantalones cortos.
En definitiva un lugar privilegiado, al que no voy todo lo que me gustaría por precio, ambiente y servicio. ¡Una pena! Pese a todo, no le quito las 4 estrellas ya que creo que el local en sí se las merece de sobra.

La mejor vista de Sevilla.

Lugar con esencia a los pies mismos del Guadalquivir. Es perfecto para las tardes de primavera y verano, donde podréis disfrutar de unas bebidas, no sé si también de tapas (not sure.!) Pero lo que sí tengo claro es que el sitio tiene encanto. Puedes hasta tocar el agua del río. Perfecto para una velada con tu pareja sin gastarte una pasta!

Un sitio bastante alejado de la Triana ruidosa y fiestera que te traslada a la Triana antigua y Marinera.
Es una terraza bastante tranquila con unas vistas inigualables que ofrece esta parte de Sevilla, mientras rozas la orilla del rió Guadalquivir, por la zona de Triana.
Goza de un gran encanto y personalidad por su ambiente, que parece que estés en un barco de antaño navegando por el río, mientras te quedas maravilladas por el espectáculo de luces que puedes ver sólo mirando el agua.
En verano es una terraza bastante fresquita y alejada del ruido, en invierno el propietario la protégé con mamparas y hay climatización, para que nunca dejes de disfrutar de este emblemático lugar en ninguna época del año.

Noche veraniega de un día caluroso. Empieza a levantarse una ligera brisa que refresca tu cara… Estás rodeada de buena gente, tu pareja o amigos a quien quieres, aunque no se lo digas, gente a la que admiras por diversas razones y por las que sientes un cariño muy especial.
Hay música en directo y estás sentada tomándote tu bebida preferida. Miras enfrente y tienes grandes monumentos, no solo por su tamaño sino por su importancia histórica, por haber sido enclaves de interés en el desarrollo de la vida social y política de tu ciudad, en otras épocas…
Debajo de ti hay un río, un río también grande, de cuya característica recibe su nombre… Es bello y podrías estar feliz con tan solo mirarlo, aunque no te rodearan esas buenas personas, aunque no hubiera monumentos, ni la bebida…, pero están y todo es más completo.
¿Crees que estoy describiendo un sueño? Pues no, prueba a ir una noche a El Embarcadero y comprobarás que es realidad… mágica y bella, pero realidad…

Embarcadero
La Calle Betis es un nexo de unión de Triana y los Remedios, en los dos barrios se puede tapear, comer, tomar café, copa y puros… En esta calle paseando un día y por pura casualidad, descubrí este sitio, mejor dicho, me tope con una puerta de madera cerrada que ponía Embarcadero (me picó la curiosidad) Días después en mis paseos de carrito con bebe, me acorde y dije, me voy a pasar por allí a ver si esta abierto (lo que sea eso).
Cuando llegué me lo encontré abierto, me asome y vi una escalera que en mi situación con el carrito de bebe me impedía bajar a verlo. Gracias a la amabilidad de un sevillano, me ayudaron a bajar el carrito, y lo que vi, café, bar, terraza, me quede impresionada. Como podía estar eso allí, y no haberme enterado antes!!.
Es un bar pequeñito con una terraza con mesitas de madera, y lo más bonito que tiene es otra zona con mesitas en el propio embarcadero del río. Una pasada de sitio.
Días mas tarde volví con Dani a tomarnos una copita y todavía recuerdo ese fresquito junto al río y como no, las vistas. El Embarcadero está justo en frente de la Torre del Oro y al fondo se divisa la Giralda de Sevilla, pocos sitos pueden ofrecer mejor panorámica.
Ambiente agradable y romántico. Si llevas a tu chic@ a cenar por allí, no olvides llevarlo, al menos, a tomaros una copita aquí.